Hace tiempo que hablar y escribir en inglés dejó de ser una opción en el ámbito laboral y pasó a convertirse casi en una obligación. La lengua de Shakespeare es actualmente una herramienta clave para desenvolverse en un mundo global en el que el idioma no debe suponer una barrera. Pero, ¿es posible compaginar el día a día de un directivo con el aprendizaje y perfeccionamiento del inglés? ¿ es una quimera aprender inglés en 30 minutos cada día? A priori, la tarea se supone complicada, pero no es ni mucho menos imposible. Y, de hecho, requiere mucho menos tiempo del que podríamos imaginar.
Los españoles, no nos engañemos, tenemos un problema con el inglés desde hace décadas. Basta echar un vistazo a algunas de las intervenciones públicas que han llevado a cabo nuestros más altos representantes políticos en los últimos años.
Los directivos españoles tampoco son ajenos a este problema. Así lo apuntaba hace sólo unos meses un estudio de Cambridge English Language Assessment y la consultora QS Intelligence Unit. Según un informe titulado ‘Inglés en el trabajo: un análisis global de las habilidades del inglés en el mundo laboral’, uno de cada cuatro ejecutivos de nuestro país suspende en inglés y uno de cada cinco no cuenta con las competencias básicas para desarrollar las funciones que le han sido designadas en su puesto de trabajo. España se sitúa lejos de países de nuestro entorno como Francia, Bélgica o Suiza, en los que el 95% de los altos cargos de sus empresas domina el inglés.
Hablar un idioma a nivel usuario es distinto a manejarlo dentro del entorno laboral
“Nos cuesta aprender idiomas por varias razones. La principal es que somos una sociedad que suele creerse el centro del universo. Los españoles piensan que España es lo mejor y no es necesario aprender de otros”, explican expertos de Go English, una reconocida escuela proveedora de idiomas. “En nuestra contra también tenemos la industria del doblaje, que desde pequeñitos nos impide ver la televisión en otro idioma que no sea el español”, añaden.
La cuestión es: ¿se puede ser un profesional de éxito sin saber inglés? Lo cierto es que así ha sido de un tiempo a esta parte, pero cada vez va a resultar más y más complicado. “Actualmente todo el mundo habla inglés y, antes o después, llegará el momento en el que puedas encontrarte en una situación comprometida si no lo hablas medianamente bien”, explican desde Go English. Conviene señalar además que hablar un idioma a nivel usuario es distinto a manejarlo dentro del entorno laboral, donde redactar emails, asistir a reuniones o atender llamadas telefónicas son labores que requieren un dominio específico.
Por suerte, pese a que España se encuentra algo retrasada a nivel de idiomas respecto a otros países con los que competimos, existe una lectura positiva: el 75% de nuestros directivos tienen un nivel aceptable de inglés, según el informe de Cambridge English Language Assessment y QS Intelligence Unite. Es decir, tres de cada cuatro altos cargos son más que capaces de defenderse en este idioma.
Basta con saber aprovechar los momentos de stand-by, ya sea en un trayecto en tren o en una habitación de hotel tras una reunión de negocios
Precisamente son estos ejecutivos los que a menudo sienten la necesidad de dar un paso más en sus competencias lingüísticas. Pero el día tiene 24 horas y compaginar una apretada agenda con el perfeccionamiento del inglés es difícil. ¿Es posible encajar la práctica real en la organización diaria de un alto cargo? La respuesta, una vez más, es afirmativa. Basta con saber aprovechar los momentos de stand-by, ya sea en un trayecto en tren o en una habitación de hotel tras una reunión de negocios. “Es necesario encontrar esos 30 minutos semanales para relajarse y tener clase. Tomarlo como un momento de crecimiento personal”, apuntan desde Go English.
A menudo, los expertos recomiendan pactar algún momento de la semana para hablar inglés con familiares, amigos o incluso con desconocidos que manejen el idioma. Sin embargo, la pereza y la vergüenza suelen salir a la palestra y acabamos dejando la tarea para otro día o, directamente, la abandonamos.
Pues bien, cada vez más escuelas ofrecen a sus clientes la posibilidad de resolver este problema con distintas alternativas como Go Learn, una plataforma de blended learning que te permite trabajar con el móvil, tablet o pc, según tu preferencia. “La parte positiva de esta herramienta es que puedes trabajar con tu móvil y eso quiere decir que no existen impedimentos para hacerlo en cualquier lugar y a cualquier hora”, explican los expertos de Go English.
La llamada telefónica complementa lo aprendido, lo sella y lo pone en práctica a través de la conversación, en cualquier lugar y en cualquier momento
Además, este tipo de plataformas, ofrecen la posibilidad de grabar vídeos para intercambiarlos con los compañeros o profesores y mantener conversaciones semanalmente a través de teléfono, skype o sesiones online, entre otras ventajas. De esta forma, “la llamada telefónica complementa lo aprendido, lo sella y lo pone en práctica a través de la conversación, en cualquier lugar y en cualquier momento”.
Evidentemente, pese a la flexibilidad que ofrecen este tipo de alternativas, aprender o mejorar un idioma para alcanzar un nivel más o menos alto requiere de grandes dosis de constancia. Según apuntan los expertos, la frustración o la falsa sensación de no avanzar suelen ser los principales enemigos que nos acechan.
Sin embargo, existen toda una serie de estrategias que pueden ayudarnos en esta hercúlea tarea. Cambiar el idioma en nuestros dispositivos móviles, intentar pensar en inglés a medida que avanza nuestro aprendizaje o, simplemente, comprometerse ‘emocionalmente’ con un profesor para tener una cita semanal de 30 minutos en la que valorar el trabajo hecho y mantener una conversación, pueden ser algunos de ellos.
La transformación digital ha llegado para quedarse, y las herramientas y aplicaciones que podemos encontrar gracias a soportes como el smartphone o el iPad ofrecen un sinfín de posibilidades que podemos aprovechar no sólo para informarnos y comunicarnos, sino también para mejorar nuestro nivel de idiomas. Las excusas se acaban y, a decir verdad, quedarse atrás ya no es una opción.