La jornada ‘¿Quieres ser un simple jefe o el líder de tu equipo?’, organizada por Apd el pasado jueves 15 de junio resultó todo un éxito y, en palabras de Pablo Martínez, exjugador profesional de baloncesto y uno de los ‘entrenadores’ que guiaron al grupo de trabajo, “la metodología B&ST de entrenamiento directivo volvió a funcionar con los asistentes al evento, en una jornada que nos llenó de energía, aprendizaje y buenas reflexiones”.
Para deleite de los asistentes, Michael Jordan inauguró la jornada mediante un vídeo en el que compañeros y rivales analizaban sus virtudes. Pocos como él podrían ilustrar el liderazgo dentro de una cancha de baloncesto e identificar los elementos que hacen de un jefe un auténtico líder fuera de ella.
Así, el ejercicio introductorio permitió a los asistentes, de manera conjunta, determinar los factores esenciales para la gestión más efectiva de equipos, tales como la ética de trabajo, ser un ejemplo para los demás, ser creativo, tener fortaleza mental o asumir responsabilidades en momentos críticos.
“Junto a las 13 personas que nos acompañaron, fuimos primero abriendo el foco de lo que podríamos hacer cuando nos toque liderar equipos de trabajo, para después cerrar con cinco elementos fundamentales que si somos capaces de ponerlos en marcha nos darán muy buen rédito”, resumía Pablo Martínez a la conclusión de la jornada.
Una vez identificados los patrones del liderazgo, la segunda parte consistió en analizar sus virtudes desde la perspectiva grupal, de equipo. Para ello, el ejemplo que se estudió fue el de Los Ángeles Lakers que ganaron el anillo de campeones de la NBA en 2009. A través de las impresiones de la propia plantilla, los asistentes pudieron establecer los elementos que transforman la suma de talentos en un equipo ganador. O, más bien, los intangibles que cada jugador exhibe en función de la gestión grupal.
De esta manera, quedó claro que abstractos como el sentimiento de pertenencia a un grupo o el espíritu ganador identitario de un equipo o empresa se erigieron como cuestiones fundamentales que un buen líder debe conseguir trasladar su equipo.
Más tarde, de la pizarra pasaron a la cancha y pudieron poner en práctica lo aprendido para buscar mejoras en la gestión de grupos. A través de dos ejercicios reglados, los asistentes trabajaron, por un lado, la creatividad y la búsqueda de oportunidades; por otro, la gestión de procesos y la optimización de los recursos existentes. Empapados en sudor, experimentaron en primera persona los problemas y conflictos que se dan sobre el parqué para la consecución del objetivo principal del baloncesto: meter más canastas que el contrario. Precisamente el mismo objetivo de cualquier gran compañía.
Algo extrapolable al ámbito empresarial y que sirvió de punto de partida para el epílogo de la jornada. Tras una pausa para reponer fuerzas y capacidad pulmonar, los asistentes trabajaron, de nuevo ante la pizarra, para lograr una transferencia de las áreas de mejora evidenciadas en el campo a la actividad diaria, evidenciar los factores claves del éxito y definir de manera concreta las áreas de mejora a tratar a partir de mañana.
Un debriefing propositivoy constructivo que permitió a los asistentes identificar nuevas oportunidades para optimizar y potenciar sus capacidades gracias a dos ‘entrenadores’ de altura como Pablo Martínez y Marco Maglienti.
“La sensación general del grupo fue de una jornada con gran impacto en lo formal (el método de dos aulas, el deporte, el clima que se genera…) y, sobre todo, de buena y muy concreta información que poder aplicar después. Eso nos hace una vez más ser muy optimistas con esta metodología que hemos creado, y que es muy capaz de ayudar a los equipos y a los líderes a entrenarse para ser mejores, de forma amena y práctica”, aseguraba Martínez. Con ganas de más, ahora los asistentes no dudarían en qué contestar si alguien les preguntase ‘¿otra partida?’