En un contexto de inflación persistente y presión salarial, Antonio Sas, Director General de Betterfly en España, defiende la retribución flexible como una palanca estructural para aumentar el poder adquisitivo y fortalecer el compromiso sin elevar los costes empresariales. Su receta combina dos claves: flexibilidad y personalización, un binomio que define el futuro de la compensación laboral.
La retribución flexible ya no es coyuntural, es estructural. Hoy es la forma más eficiente de reforzar el poder adquisitivo sin afectar a los costes salariales. Un empleado sacando provecho de este beneficio puede lograr un ahorro medio de 1.300 € al año por empleado, y hasta 2.500 € en algunos casos.
Para el empleado es como tener una subida de sueldo sin que la empresa tenga que asumir un coste adicional. Lo que para la compañía supondría miles de euros en gasto estructural, aquí se consigue optimizando el salario ya existente. Por eso hablamos de salario real: porque se traduce en más poder adquisitivo en el día a día, sin afectar al presupuesto de la organización. El impacto va más allá del bolsillo: estamos viendo mayor compromiso y una percepción de valor clara en los equipos.
Hay varios indicadores útiles que nosotros recomendamos para medir el impacto de los beneficios:
Pensamos que cuando los beneficios se usan, es más fácil demostrar su conexión con el fortalecimiento del vínculo de la persona con la empresa y su impacto en el compromiso, deja de verse como gasto y pasa a ser inversión.
Entrevista a Antonio Sas (Betterfly) – 6 Congreso APD de RRHH
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En Betterfly pensamos que el futuro pasa por diseñar paquetes personalizados: estabilidad y seguridad para perfiles más sénior; y flexibilidad, propósito y experiencias para los más jóvenes. Naturalmente no se trata de tener un catálogo infinito, sino de dar opciones que cada empleado pueda adaptar a su momento vital. Creemos firmemente que las empresas que empiecen hoy a rediseñar sus beneficios con foco en personalización llegarán preparadas al 2030.
Lo que vemos es que la retribución flexible ya no es un extra, se ha convertido en parte de la planificación financiera de los empleados. De hecho, detectamos picos muy claros: a final de mes, cuando el presupuesto aprieta; justo después de las recargas; y los jueves, que se han convertido en el día de mayor gasto en restauración.
Para las empresas, esta información significa que pueden diseñar políticas de compensación mucho más ajustadas a la realidad del día a día de sus equipos. Saber cómo, cuándo y en qué usan los beneficios permite adaptar la oferta, comunicar mejor y asegurar que cada euro invertido se traduce en uso real y sobre todo en valor percibido.
Ser un partner estratégico es liberar a RRHH de la gestión administrativa y aportar los datos necesarios para tomar mejores decisiones. Yo siempre digo que en la práctica, trabajar con Betterfly es como sumar personal extra al equipo: reducimos horas de gestión, bajamos costes y dejamos que RRHH se enfoque en lo que importa, que es cuidar a las personas.
Además, nuestro compromiso es mantener los paquetes de compensación vivos: flexibles, actualizados y alineados con lo que pide cada generación de empleados. No hablamos solo de beneficios, hablamos de experiencias que generan compromiso real.