Incentro acaba de recibir el prestigioso galardón de Google Cloud Country Partner of the Year 2025 en Iberia, mientras se mantiene en la lista de Best Place to Work en España. Dos premios que, aunque parecen destacar áreas diferentes, en realidad tienen algo en común: una forma única de hacer las cosas. En la presente entrevista, hablamos con Carlota Brinquis, Directora de Incentro Cloud España, quien analiza cómo la compañía ha logrado no solo consolidarse como un referente en tecnología, sino también como un lugar donde las personas son el verdadero motor del éxito.
Totalmente. Aunque a primera vista puedan parecer premios muy distintos —uno ligado al negocio, el otro a las personas— en realidad hablan de lo mismo: de nuestra forma de hacer las cosas. El premio de Google Cloud reconoce nuestra manera de abordar la tecnología. Y el de Best Place to Work habla de cómo cuidamos a quienes hacen posible esa tecnología, día tras día.
Siempre decimos que en Incentro nos gusta hacer consultoría sin perder el alma. Y eso significa que no solo importan los proyectos, también cómo los haces, con quién los haces y desde qué valores los construyes. El éxito, para nosotros, se refleja en la confianza que generas, en cómo te escuchan y en lo bien que se trabaja cuando hay conexión de verdad. Porque cuando el equipo está bien, el trabajo fluye. Cuando hay cultura, hay consistencia. Y cuando hay coherencia, los resultados llegan.
Al final, la tecnología es la herramienta que hemos elegido, pero las personas son siempre el propósito.
Queremos rodearnos de personas comprometidas, con curiosidad y criterio, que valoren el trabajo compartido y aporten desde la naturalidad y la honestidad. Además, en Incentro cada persona puede marcar su propio camino. No hay una ruta única ni una escalera que subir, sino espacio para crecer desde la autonomía, asumir retos y tomar decisiones con impacto. Tenemos planes de desarrollo, pero no están grabados en piedra: se adaptan a cada persona, a su momento y a lo que quiere construir.
Esto tiene mucho que ver con cómo estamos organizados. Incentro funciona como un ecosistema de células: cada oficina es una célula con vida propia, autonomía y sus propias dinámicas. Esto nos permite ser una empresa global, pero con alma local. Cada célula crece, se adapta y evoluciona de la mano de las personas que la forman, creando entornos de trabajo muy conectados con su realidad y con mucho margen y agilidad para innovar, probar y aprender. ¿Y qué une a todas esas células? La base de nuestra cultura, nuestros cuatro pilares: trabajo en equipo, valentía para hacer las cosas de forma diferente, libertad con responsabilidad y muchas ganas de aprender y mejorar siempre.
Con todo esto, crecer aquí no va solo de avanzar, sino de hacerlo a tu manera, sintiéndote valorado y parte de algo que también evoluciona contigo.
Ha sido un camino muy natural, aunque no siempre evidente. Cuando entré en Incentro como consultora, no pensaba en liderar una oficina ni en premios internacionales. Pensaba en aprender, en aportar y en disfrutar del trabajo con un equipo que me hizo sentir una más desde el primer día.
Con el tiempo, vas encontrando tu sitio. No porque alguien te marque un plan rígido, sino porque hay espacio para crecer, para equivocarte y para proponer cosas nuevas. En ese sentido, mi evolución se ha dado porque hubo libertad para elegir, hubo confianza y hubo gente alrededor que me apoyó y acompañó en cada paso.
Y ahora, poder liderar la unidad que ha recibido el premio de Google Cloud y hacerlo rodeada de personas que han crecido conmigo… es una satisfacción enorme. No por el título, sino porque demuestra que se puede avanzar sin dejar de ser tú. Y eso, en esta empresa, se valora de verdad.
Coherencia, empatía y compromiso real con lo que dices. Una marca empleadora no se construye con frases bonitas, sino con hechos. Con decisiones que ponen a las personas en el centro, aunque eso implique salirse del camino fácil.
En nuestro caso, esto pasa por dar libertad a los equipos, una cultura de feedback constante, transparencia y mucho humor. Porque nos tomamos el trabajo muy en serio, pero también queremos disfrutarlo. Y eso se nota: llevamos 12 años siendo Great Place To Work y no es casualidad. Cuidamos al equipo como cuidamos a los clientes: con atención, respeto y muchísima cercanía.
Este premio de Google Cloud no sólo reconoce nuestra experiencia técnica —que la hay— sino, sobre todo, nuestra forma de acompañar a los clientes. No llegamos vendiendo, llegamos escuchando. Y cuando proponemos algo, lo hacemos conociendo a fondo el contexto, los miedos, las expectativas y los objetivos de quien tenemos delante.
En un sector que a menudo prima la rapidez y la escala, nosotros apostamos por la cercanía, el entendimiento mutuo y el valor profundo. Cada cliente, cada historia y cada reto nos importa. No hay soluciones prefabricadas ni estrategias copiadas y pegadas. Ponemos cabeza, pero también corazón. Porque sabemos que detrás de cada decisión tecnológica hay una persona que necesita confiar, entender y sentirse acompañada.
Google Cloud busca partners tecnológicos, pero sobre todo necesita partners humanos. Y ahí es donde jugamos fuerte. Somos más artesanos que industriales. Hacemos proyectos únicos, con soluciones a medida y desde una conexión honesta y transparente con el cliente. Este premio reconoce precisamente esa combinación: volumen y calidad, capacidad técnica y sensibilidad por el detalle. Una forma de hacer consultoría en la que los resultados importan tanto como la experiencia que dejamos en cada proyecto.
En el fondo, lo que nos diferencia es justo lo que ese reconocimiento pone en valor: una combinación poco común entre excelencia técnica y una forma de trabajar profundamente humana. Sabemos hacer cloud, sí, pero sobre todo sabemos estar al lado del cliente, desde el primer paso hasta mucho después de la entrega.
Y eso no es casualidad. Conseguir ser un partner de referencia para Google Cloud, cumpliendo todos sus estándares de calidad, especialización y rendimiento, no es sencillo. Igual que no lo es entrar —y mantenerse— entre los mejores lugares para trabajar en España. Hacer ambas cosas a la vez, sin perder la frescura, el sentido común ni la forma propia de hacer las cosas… eso es lo que nos hace distintos.
Ser excelentes sin dejar de ser nosotros no es fácil. Por eso es de lo que más orgullosos nos sentimos.
Eso para nosotros no es una desventaja. Es parte de nuestra identidad. Venimos del norte, de un rincón donde las cosas se hacen con cercanía, con honestidad y con mucho oficio. No nacimos siendo grandes, nacimos siendo nosotros. Y quizá por eso, cuando nos ha tocado sentarnos con los grandes, lo hemos hecho a nuestra manera: sin trajes prestados, con los pies en la tierra y las ideas claras.
Siempre hemos defendido que se puede liderar sin ser el más grande. Que crecer no significa perder la esencia ni copiar modelos ajenos, sino atreverte a hacer las cosas desde tu verdad. Construir desde lo que tienes, no desde lo que te falta.
Este premio, conseguido desde una compañía de tamaño medio, con raíces en Santander pero con impacto en toda España, es una prueba de que ese enfoque no solo es posible, sino que también funciona. Y que, cuando lo haces con convicción, el mercado —y un gigante como Google Cloud— lo reconoce.
El gran reto para Incentro es seguir siendo relevantes sin perder nuestra esencia. La tecnología avanza rápido y hay que estar ahí, por supuesto. Pero no a cualquier precio. En nuestro caso, el reto es seguir creciendo sin dejar de ser esa empresa donde cada persona cuenta, donde cada cliente es único y donde cada proyecto importa de verdad.
Para el sector, el desafío es recuperar el foco en lo humano. Porque con tanta automatización, IA y eficiencia… es fácil olvidar que detrás de todo eso hay personas tomando decisiones, sintiendo presión o asumiendo riesgos. En Incentro creemos que el valor del cloud va más allá de los indicadores técnicos; también está en la confianza, en las relaciones que duran y en equipos que quieren quedarse.
Eso no está reñido con la ambición tecnológica, al contrario. Muchas organizaciones necesitan escalar con agilidad, controlar sus costes y mantener la soberanía de sus datos. Ahí el cloud no es solo una infraestructura: es una palanca de negocio. Desde Incentro trabajamos con foco en arquitecturas modernas, entornos multicloud, optimización FinOps, data governance y una estrategia de adopción real, que conecte tecnología con objetivos concretos. El reto está en alinear lo técnico con lo que de verdad importa. Y en eso, nos sentimos muy preparados.