Recientemente seleccionada para participar en la ‘Misión Ciudades Inteligentes y Climáticamente Neutras 2030’, impulsada por el programa Horizonte Europa, Valladolid se posiciona a la vanguardia de la acción por el clima, tal y como nos asegura en la presente entrevista Charo Chávez, Concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio del Ayuntamiento de Valladolid, para quien “es fundamental mirar hacia la ciencia, y es que la innovación es la solución a los problemas y a los retos que tenemos por delante”.
Nos sitúa a la vanguardia de la acción por el clima en el entorno de las ciudades. Sin duda, va a suponer un gran impulso para la transformación urbana con repercusiones en la atracción de inversiones y, por tanto, con consecuencias muy positivas para el empleo. Y, cómo no, supondrá un salto cualitativo en nuestro posicionamiento como ciudad en el contexto europeo, reafirmando la buena dirección tomada por Valladolid en el camino hacia los objetivos del Pacto Verde.
Así es. La UE plantea este tipo de misiones -con la innovación como base- como una transferencia de la I+D+i al proyecto de ciudad, al proyecto de planeta, y ello conlleva una gran responsabilidad porque al final ciudades como la nuestra van a ser las que van a mostrar al resto de urbes –incluso más allá de las fronteras europeas-, con nuestros aciertos y nuestros desaciertos, cómo trazar el camino para alcanzar los objetivos vinculados con la neutralidad climática.
Entrevista a Charo Chávez Concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio del Ayuntamiento de Valladolid
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Sin duda nos abre la puerta a una financiación europea, y no solo al propio consistorio, sino también a otras entidades públicas y privadas, porque al final de lo que se trata es de que esa etiqueta de Misión abra una vía para para la atracción de inversiones. De hecho, es la primera vez que una candidatura de estas características posibilita que las empresas de nuestra ciudad se puedan beneficiar de esos fondos públicos -al tiempo que de determinados fondos privados de inversión- de manera preferente. Es, sin duda, una oportunidad para estrechar el camino entre la colaboración privada y pública.
Nosotros tenemos que firmar un contrato de ciudad en el que tiene que intervenir el sector empresarial, la ciudadanía, otras instituciones… y en ese contrato nos tenemos que comprometer todos a una serie de cuestiones que son, en definitiva, los requisitos para lograr esa neutralidad climática. Ya hoy el 90% de las empresas considera que la sostenibilidad no solo es necesaria, sino que es un elemento importantísimo para la competitividad de las mismas. En este sentido, desde el Ayuntamiento de Valladolid tenemos que traducir ese avance empresarial en compromisos tangibles, en un proyecto y en un plan de inversiones para la ciudad, que debe ser conocido por todo el mundo porque eso es lo que genera las oportunidades para las empresas.
Así es. A través de esta Concejalía en concreto llevamos trabajando con el sector privado desde hace bastantes años. En una primera etapa hemos trabajado en proyectos europeos que nos han permitido poner en práctica pilotos innovadores, sobre todo en ámbitos vinculados a la revolución verde y digital, que nos han permitido testear las soluciones innovadoras, las necesidades de la ciudad, y han sido, sobre todo, el germen de todos los planes como el de Innovación y Ciudad Inteligente o el de Economía Circular que hemos aprobado en los últimos meses. Además, vistas estas soluciones que han surgido de ese trabajo estrecho con el tejido empresarial, nos encontramos en una segunda etapa en la que abordaremos soluciones más integrales y para la que, obviamente, la colaboración privada va a ser también fundamental.
Sin embargo, no solo hablamos de proyectos empresariales, sino también de proyectos ciudadanos; por ejemplo, las comunidades de vecinos igualmente podrán optar a este tipo de fondos porque los edificios de la ciudad tienen que adaptarse a esa neutralidad climática, por lo que se abre una oportunidad real y tangible de esta colaboración.
Impulsado por la Concejalía de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio, el Plan de Innovación y Ciudad Inteligente SmartVa! se concibe como una herramienta de planificación sectorial al servicio de las diversas iniciativas que en materias y políticas públicas de innovación y ciudades inteligentes está desarrollando el Ayuntamiento de Valladolid. No obstante, tiempo atrás nosotros ya veníamos trabajando en una plataforma ciudad para el acceso digital a los servicios municipales que nos va a permitir el análisis de muchos datos para el impulso de políticas mucho más eficientes. Al fin y al cabo, somos una ciudad que está apostando por la innovación, por la digitalización y -un aspecto muy importante- sin dejar a la ciudadanía atrás. En este sentido, hemos establecido una serie de ejes fundamentales: por ejemplo, el de la digitalización de todo lo que tiene que ver con la movilidad, pues se trata de un tractor muy importante para el desarrollo económico; o el de la digitalización de todo lo que tiene que ver con los diferentes servicios de la ciudad, como el alumbrado o la gestión del agua.
Como decía anteriormente, nosotros llevamos ya muchos años trabajando en este ámbito de la mano de proyectos como Remourban dirigido a mejorar la eficiencia energética de los edificios, con ahorros para los vecinos de hasta el 70%. También hemos sido muy innovadores en el tema de la movilidad eléctrica, llegando a conseguir a día de hoy una red de más de 30 puntos públicos de recarga eléctrica. Igualmente, hemos innovado mucho en cuestiones de renaturalización a través del proyecto URBAN GreenUP que ha desarrollado soluciones basadas en la naturaleza para luchar contra el cambio climático sobre todo en zonas con mucha contaminación.
Las políticas innovadoras tienen que centrarse en las personas, en sus necesidades y en garantizar la calidad de vida en las ciudades; recordemos que las urbes van a ser el núcleo donde se acumulará el 70% de la población en 2030 según la UE. Una política municipal innovadora es contar con una ordenanza para que Valladolid sea una ciudad demostradora de innovación, pero que no vulnere los derechos de las personas. Una política municipal innovadora es contar con un plan de economía circular en el que se detalle cómo vamos a ayudar a las empresas o qué tipo de ayudas habrán de articularse. Una política municipal innovadora significa tener una estrategia de cambio climático como la que tenemos en Valladolid… Y todo ello, de la mano de nuevas decisiones, de cambios en las ordenanzas, de tecnología y de incentivos en la fiscalidad.
Para nosotros, uno de los sectores estrella que ha de transformarse es el de la movilidad urbana y metropolitana, con el fin de caminar hacia una movilidad sostenible y segura. También es primordial repensar el sector logístico a través de la creación de una plataforma logística intermodal para la descarbonización del transporte más pesado. Igual de importante es el sector agroalimentario, y no solo porque tenemos la preocupación de garantizar una alimentación segura, de calidad y de proximidad para la ciudadanía, sino porque creemos que uno de nuestros fuertes es el sector de la manufactura agroalimentaria con productos que se elaboran en el entorno de Valladolid. Finalmente, el sector tecnológico es vital, pues alberga una gran capacidad de transformación y de retención de talento.
Por supuesto. Nosotros ya estamos acostumbrados a trabajar con otras ciudades, pero lo que nos proporciona un proyecto de estas características es conocer de primera mano lo que se ha hecho en otras ciudades y ver si esas cosas que funcionan se pueden escalar a Valladolid. Formamos parte de un pool de 100 ciudades de la talla de París, Varsovia o Berlín, y ello nos va a dar un posicionamiento sin precedentes, al Ayuntamiento y también a las empresas e instituciones.
Totalmente. Es fundamental mirar hacia la ciencia, y es que la innovación es la solución a los problemas y a los retos que tenemos por delante. Igualmente, la sostenibilidad es para el Ayuntamiento de Valladolid una palanca transformadora porque se trata de un elemento de competitividad para las empresas puesto que obliga a pensar en las cosas de otra manera, a incorporar conocimiento y tecnología, y a hacer inversiones en intangibles. Nos encontramos ante un paradigma a nivel planetario: no vamos a tener planeta B y solo de la mano de la innovación podemos hacer de este planeta un lugar más sostenible.
