«Un buen líder no manda, sino que delega, ilusiona y contagia sus ganas y su pasión por el trabajo«. Son palabras de Luis Galindo, Rector del Programa de Conferencias de la HAC de Nueva York. Colaborador con 30 empresas del IBEX 35, imparte conferencias en 15 países, es Socio Director de Luis Galindo & Asociados, Consultores en RR.HH. y, sobre todo, un enamorado de las personas y de su desarrollo.
Profundizará en la figura del líder, sus principales características y cómo debe ilusionar a los equipos para que el proyecto sea un auténtico éxito.
Para mí ser líder es ser una persona que sobre todo inspira, y además emociona, motiva, apasiona y entusiasma para sacar lo mejor de las personas. Por tanto, ejercer de Líder y conseguir todo eso es, de por sí, un proceso ilusionante, ¿no os parece?
Los ingredientes para ser un líder excelente son: humildad, equilibrio emocional, empatía, generosidad, confianza en su equipo entre otras cualidades. Un líder debe tener, ante todo, elementos de una gran calidad humana.
La persona que Lidera un equipo debe ser una persona que contagie ilusión por el presente y por el futuro, que desarrolle una cultura de equilibrio entre máxima exigencia y máxima cercanía para el mismo y para las personas del equipo y con cualidades como las ya os he comentado en la anterior pregunta, con humildad, equilibrio emocional, pasión, empatía y mucha, mucha generosidad para acompañar a los demás en su desarrollo personal y profesional….
Hay muchas personas que mandan en las empresas, pero pocas son líderes. Para conseguir una empresa productiva tenemos que contar con líderes, con personas que disfruten y que hagan su pasión inspirando a los demás y consiguiendo que se ilusionen con sus trabajos. De esta forma, con estados de ánimo de ilusión, las personas disfrutan más, el ambiente cambia totalmente y además el trabajo siempre será más productivo y de mayor calidad.
El momento de la verdad del líder es cuando ejerce el liderazgo en los momentos complicados o complejos. Si en situaciones de crisis, de dificultades ese líder asume la responsabilidad de inspirar a su equipo con templanza y madurez para superar positivamente el reto… ¡Entonces es un buen líder! Es en esos momentos en los que el líder debe ser el espejo en el que mirarse, el ejemplo y la inspiración para los miembros del equipo. Esas situaciones ponen a prueba a un buen líder.
Un mal jefe o líder ineficaz no delega porque no confía en los demás, no tiene confianza en su equipo y en lo que transmite… Por eso los equipos mal dirigidos obtienen peores resultados. Un buen líder no manda, sino que delega, ilusiona y contagia sus ganas y su pasión por el trabajo… Por ser mejores, por desarrollar nuevas habilidades, por conseguir retos ambiciosos. Y consigue equipos compactos e ilusionados que están satisfechos consigo mismos y con su trabajo. Un buen líder es ejemplo, entre otras cosas, de ilusión para su equipo.