La Inteligencia Artificial ya está cambiando la forma en la que trabajamos, y muchos empleos se transformarán en los próximos años. Para las empresas que se plantean aprovechar el potencial que ofrece la IA, ¿cuáles son los pasos que deben plantearse para implementarla? ¿Y cómo se convierte la IA en una oportunidad que permita alcanzar la máxima rentabilidad?
María Guerra, General Manager y Responsable de Producto y Marketing en PENTEO, da respuesta a estas y otras muchas cuestiones en torno a la IA en la presente entrevista.
La IA ha irrumpido en las organizaciones de forma vertiginosa, generando un revuelo a todos los niveles de organización, desde el Consejo y la Dirección General, hasta managers y empleados. La mitad de las organizaciones españolas va a incrementar su inversión en proyectos de IA orientados a la mejora en la productividad y la eficiencia, y en el largo plazo a iniciativas más transformacionales.
La IA se debe integrar con cautela. Hay que ser cautelosos y firmes en los pasos hacia la IA. Hay que tener clara la estrategia de la compañía, hacia dónde queremos ir en los próximos años. A partir de ahí, identificar casos de uso concretos que acompañen a la estrategia de las compañías y a los objetivos del negocio, vigilando la inversión que se requiere y el retorno esperado. Es clave lanzar una prueba piloto, monitorizar los resultados y, si el resultado es viable, lanzar la iniciativa.
Los pasos a seguir, a mi juicio, serían los siguientes:
Entrevista a María Guerra, Responsable de Producto y Marketing en PENTEO
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El mayor obstáculo es el conocimiento tecnológico en relación a la IA y la gestión del cambio. La IA está siendo la revolución del siglo y, desde luego, hay miedo, presión, incertidumbre, desconocimiento… lo que implica nuevas formas de hacer, de colaborar, de pensar. El cambio no es rápido, se debe realizar con cautela y tomando las decisiones adecuadas en el momento oportuno.
El uso de la IA se está democratizando. Es una tecnología que está al alcance de todos. pero esto es un arma de doble filo. Por un lado, una oportunidad para que cada vez más, los perfiles de cualquier área de la organización estén capacitados para el uso de esta tecnología. Por otro lado, mayor riesgo en el control sobre la IA, ya que su uso se diluye a todos los niveles. En este sentido, desde IT el rol tiene que ser franquiciador y dotar al negocio de las capacidades, ofreciéndoles las herramientas y formación adecuada para su uso e implementación, asegurando así los estándares de ética y seguridad.
Las prioridades no han cambiado respecto años anteriores. Las empresas siguen priorizando el uso de la tecnología para reducir costes, tener procesos más eficientes y ser más competitivos en el mercado. El uso de la IA está orientada, sin duda, a estas prioridades, pero las organizaciones tienen que tener claro el para qué y no solo adoptarla por el hecho de tener que estar ahí.
Sin duda la IA ya es tendencia. Pero se debe separar la señal del ruido, pues hay mucho hype en el uso de esta tecnología. La mayoría de las organizaciones tiene claro que es una tendencia, pero en España vemos que la adopción está siendo cautelosa, orientando alrededor de un 3% de los presupuestos de IT a la implementación de esta tecnología.
Las organizaciones siguen focalizándose en rentabilidad, competitividad y eficiencia, incrementando las partidas de Ciberseguridad, Analítica y Big Data, y ERP, Producción y Logística.
