Pablo Sanz: «Asturias debe generar un tejido socio-empresarial que facilite las iniciativas empresariales»

En primer lugar, contamos con una tradición industrial re-inventada a distintos niveles en cuanto a subsectores económicos y tamaños de compañía. Esto es, grandes estructuras empresariales intensivas en capital y vocación internacional como ArcelorMittal, Asturiana de Zinc, Thyssen, etc.); industrias de nicho de gran especialización y proyección global, como los astilleros de la región, o corporaciones locales orientadas a la fabricación de máquina herramienta / aerogeneradores; y compañías de ingeniería y servicios a empresas de gran crecimiento y expansión internacional (TSK, IMASA, etc.).

Asimismo, Asturias tiene las riquezas de la tierra, en una doble vertiente:

• Sector agroalimentario, con explotación responsable y sostenible de productos básicos, con CAPSA a la cabeza de un tejido empresarial en general de un tamaño de empresa reducido
• Sector turístico, fomentando todo lo relacionado con naturaleza, sostenibilidad medioambiental, turismo rural de calidad y espacios naturales protegidos .

El sector tecnológico, tanto como sede de software factories de grandes corporaciones de gran tamaño, como semillero de iniciativas de perfil tecnológico innovador con formatos diversos (Start-ups, consultoras pequeñas y medianas, centros de innovación, etc.).

Y por último, el sector energético, con más del 6,5% del PIB en 2015, situándose en segundo lugar en peso relativo tras la industria pesada de hierro y acero.

En nuestra opinión, debe combinar en el tiempo dos tipos de iniciativas complementarias. Por arriba, insistir en seguir siendo una localización amable, rentable y sostenible para la ubicación de Centros de Servicios Compartidos (DuPont, Chemours, RHI, etc.) y Centros de tecnología / software (Accenture, IBM, Software AG, Everis, CapGemini, CSC, etc.), ya que generan empleo de calidad, en sectores intensivos en conocimiento, exigen habilidades idiomáticas, atraen talento, etc.

Y por abajo, generar un tejido socio-empresarial que facilite la creación de iniciativas empresariales ancladas en la región, y que puedan competir globalmente gracias a las nuevas tecnologías, la globalización y la digitalización.

Sin ninguna duda, todo gira alrededor del talento, de la gente. Y a partir de ahí se deben buscar y potenciar todos aquellos aspectos que lo potencien:

• Educación y desarrollo de talento. Ser capaz de seguir formando nuevas generaciones de titulados y profesionales capacitados y con una visión emprendedora de la vida y del trabajo.
• Potenciar condiciones para un entorno de negocios competitivo, instrumentando mecanismos de atracción de inversiones, facilitando cobertura local, ubicaciones competitivas, entorno socio-económico predecible y estabilidad política y jurídica. En esto se debe ser ambicioso, la competencia está a miles de kilómetros o puede estar enfrente de casa, hay que trabajar con visión de la realidad actual.
• Soporte institucional a todos los niveles, no podemos poner toda la responsabilidad en las administraciones de lo que ocurre en nuestro entorno económico, ni mucho menos, pero que, cuando se las necesite estén.
• Potenciar un ecosistema de innovación, como algunos de los que ya están en marcha, tanto desde la iniciativa pública como privada.
• Mantener y potenciar el nivel y calidad de vida, que es factor fundamental para la atracción y retención de talento.

Lo primero trabajar y dedicarse a hacer las cosas importantes bien, y el “hacer las cosas bien”, en todos los aspectos de la vida se define solo. El segundo aspecto, ya lo hemos citado, tener un talento diferente, trabajarlo y atraerlo, si eso es diferencial, todo será diferente.

Y, por último, y partir de esos dos pilares, pues todo lo que ayude a que la gente (en todos los ámbitos de las empresas y proyectos) haga las cosas mejor, más rápido y más a gusto; administraciones, financiación, el acceso al mercado…