LA ALIMENTACIÓN DEL DÍA DESPUÉS:
¿corrección o apocalipsis?
Las consecuencias de esta crisis van a traer cambios en el modelo de consumo. La situación económica que se prevé va a obligar a muchas familias a un replanteamiento de sus necesidades y prioridades, lo que va a suponer una mayor demanda de los básicos en todos los sentidos, alimentación, prevención, logística. El consumidor será más responsable, exigirá más seguridad. Creo que se buscarán los productos y marcas que generen confianza, que den el valor añadido que pide el consumidor y la sociedad.
En los más de 65 años de historia que tiene nuestra empresa hemos atravesado distintas crisis de diferente índole. Es verdad que esta crisis sanitaria ha sido excepcional, pero en todas ellas hay un denominador común y es que siempre damos nuestra mejor versión como organización y formamos un equipo alineado con un objetivo común, que es garantizar los alimentos y satisfacer las necesidades del consumidor presentes y futuras. La cadena de valor alimentaria ha respondido con éxito ante esta situación y hemos demostrado ser un sector esencial, con una gran seguridad alimentaria. Ante estas circunstancias debemos ser muy camaleónicos, flexibles, ágiles y eficientes, tener capacidad de adaptación y apostar por la innovación como fórmula de diferenciación.
La tecnología nos ha dado ejemplo en esta situación y hemos visto que es una herramienta muy útil para las empresas y la sociedad. Ha demostrado su impacto tanto en la forma de comunicarnos, como en el modo de operar para ser más productivos. Es fundamental seguir implementando mejoras tecnológicas, conseguir una mayor eficiencia en los procesos de toda la organización y adelantarnos a la toma de decisiones.
La publicidad sigue siendo un aspecto fundamental en el marketing de las empresas y para nosotros es importante generar empatía a través de nuestras comunicaciones comerciales. Por eso, en el periodo de confinamiento hicimos una readaptación del diseño corporativo, procurando dar un mensaje de ánimo y de superación, y apoyando el mensaje de las autoridades sanitarias y la necesidad de quedarse en casa.
La comunicación para las marcas y las empresas es importante. Durante la pandemia, la sociedad debía saber que estábamos ahí, que seguíamos trabajando para garantizar los alimentos. Y lo hicimos explicando las medidas de seguridad que estábamos adoptando para poder seguir funcionando, y con muchas otras acciones de ánimo y de impacto emocional a través de las redes sociales. Nuestra forma de comunicar se ha readaptado pero no ha cambiado. Nuestro objetivo es seguir siendo claros y transparentes para seguir generando confianza. Lo que no se comunica, no existe.
La nueva situación nos va a traer de vuelta a los básicos y esperamos una mayor demanda de este tipo de productos. Es evidente que se aplicará una economía de supervivencia y que el factor precio se va a anteponer a cualquier otro. Al final será un tema de competitividad, del resultado de la ecuación ‘coste y valor’. Pero también creo que los consumidores estarán más preocupados por la salud en estos nuevos tiempos, y en España tenemos una gran seguridad alimentaria que genera confianza.
La industria alimentaria española va a jugar un papel clave en esta nueva etapa, vamos a seguir construyendo país y valor en nuestro entorno. Pero también tenemos que seguir potenciando la exportación. Nuestra marca es una de las más presentes a nivel internacional y exportamos el 20 por ciento de nuestro volumen. Estamos presentes en 82 países y nos gusta definirnos como una ‘multinacional de pueblo’. Lo internacional tendrá cada vez más peso y en este mercado tendremos que aportar cada vez más valor añadido y diferenciación.
El sector tendrá que aprender a convivir con mayores medidas de seguridad e higiene, y también, ser más flexible para atender las necesidades del mercado. Las consecuencias de esta crisis van a generar cambios en los hábitos de comportamiento y consumo dentro y fuera de los hogares. Tendremos que reestructurar los surtidos y tomar aquellas decisiones que contribuyan a crear valor compartido. El consumidor está en el centro de nuestras decisiones. Más allá del producto, tendremos que pensar en las necesidades y actualizarnos.
Somos una industria esencial y hemos visto y veremos cambios en los consumidores que harán que nos adaptemos a las nuevas tendencias. Al principio de la pandemia, nuestros esfuerzos se centraron en mantener el suministro de alimentos sin que se produjera desabastecimiento. A una crisis sanitaria no podíamos añadirle una crisis de alimentos. Fue una situación de mucha responsabilidad y nos sentimos orgullosos de la respuesta que dimos. Una vez que el mercado se ha estabilizado, es momento de lo más básico. Somos conscientes de que será el producto más básico el que vaya a triunfar en esta nueva etapa, al que iremos añadiendo productos de innovación. Tendremos que reformular la oferta y ajustarla a la nueva demanda.
Juntos somos más fuertes. Esta situación nos ha permitido demostrarnos a nosotros mismos que tenemos experiencia y un gran equipo para responder a demandas extraordinarias.