“En materia de inclusión laboral de personas con discapacidad no es suficiente vencer, sino también convencer”. Así lo cree Virginia Carcedo, directora general de Inserta Empleo, en un momento en el que la imagen de Marca España como país inclusivo y prescriptor goza de una importante reputación a nivel internacional, fundamentalmente en Latinoamérica.
Es la entidad experta en Recursos Humanos y en gestión del talento con discapacidad de la Fundación ONCE. Se trata de una organización sin ánimo de lucro que persigue un doble objetivo: por una parte, favorecer la inclusión laboral de las personas con discapacidad mediante formación e itinerarios personalizados de inserción y empoderarles hacia el emprendimiento con talleres y ayudas para la puesta en marcha de un negocio; y por otra, abordar un completo análisis de puesto-perfil para facilitar a las empresas la incorporación a sus plantillas de este talento con su correspondiente mejora en la rentabilidad económica y social. Además, desde Inserta Empleo desarrollamos campañas de sensibilización dirigidas a la sociedad en general y a determinados targets en particular.
Principalmente tiene que existir una involucración total por parte de la empresa empleadora; es decir, un convencimiento absoluto de que la persona con discapacidad es un trabajador más, que al fin y al cabo lo es. Asimismo, creemos importante el acompañamiento de una entidad experta en discapacidad que proporcione un mentoring acorde a este tipo de proyectos. En muchas ocasiones, los responsables de RRHH desconocen la forma más adecuada de evaluar el talento de un profesional con discapacidad. Por ejemplo, una persona con parálisis cerebral tiene dificultades para comunicarse pero nada tiene que ver con su capacidad intelectual. Y finalmente, es fundamental que la empresa conozca sus obligaciones legales así como sus derechos en esta materia. Sobre este punto creemos que es necesario el “empuje” no solo de entidades como la nuestra, sino también de las Administraciones en calidad de prescriptores.
Afortunadamente, a través de nuestro esfuerzo diario hemos conseguido construir una sociedad más inclusiva incorporando al mundo laboral un número muy alto de personas con discapacidad, colectivo que ya supone a día de hoy el 10-15% de la población; hemos conseguido que muchas organizaciones encuentren en la diversidad una fuente de riqueza y no un motivo de exclusión social.
Multitud de políticas de RSC promovidas por empresas españolas en esta materia están siendo exportadas a otros países, generando una riqueza inmensa a nivel mundial
Todo ello ha generado una muy positiva imagen de Marca España como país inclusivo y prescriptor. De hecho, multitud de políticas de RSC promovidas por empresas españolas en esta materia están siendo exportadas a otros países, a sus matrices en muchas ocasiones, generando de esta manera una riqueza inmensa entre sus respectivos equipos a nivel mundial.
Todos ellos han podido constatar que cualquier política de diversidad y discapacidad, si se implementa correctamente y, sobre todo, si en ella se tiene en cuenta a la persona con discapacidad y a la empresa empleadora desde el principio, será una política exitosa a todas luces. Asimismo, han interiorizado que no es suficiente el respaldo de la legislación, sino que también es imprescindible la sensibilización; en otras palabras, no es suficiente vencer, sino también convencer. Pero independientemente de todo lo anterior, he de destacar que no solo ellos han aprendido de estas ‘best practices’, no ha sido un camino unidireccional de experiencias. Nosotros también hemos podido conocer más de cerca la idiosincrasia de cada país en esta cuestión, algo que nos aporta nuevos conocimientos de cara a seguir trabajando en este ámbito.
Hasta hace unos años, los países más desarrollados, los países del norte, llevaban la voz cantante en materia de cooperación y desarrollo de políticas para la inclusión laboral de personas con discapacidad. Eran los que de alguna manera decidían cómo hacer las cosas sin tener en cuenta en muchas ocasiones a los stakeholders de cada país. Afortunadamente, esto ha cambiado y cada vez más el trabajo en red se posiciona como una herramienta de suma importancia, porque todos tenemos que aprender de todos, aprender que la clave es la colaboración público-privada; porque, como he dicho anteriormente, hay que conocer la idiosincrasia de los individuos de cada región, de cada empresa, de cada Administración. Además, creemos que es fundamental el intercambio de conocimientos, de buenas prácticas… En definitiva, de todo aquello que facilite la adaptación de este tipo de políticas al mayor número de países posible y su crecimiento homogéneo.
Sin duda, nuestro reto es seguir trabajando como hemos venido haciéndolo hasta la fecha, y no pensar que lo tenemos todo conseguido. Por supuesto, la legislación la tenemos, pero ahora hay que cumplirla. En este sentido, nuestro principal objetivo es conseguir que la sociedad en su conjunto no olvide a la discapacidad –que interiorice que la diversidad es un valor en alza– y que cualquier empresa contrate a una persona con discapacidad, pues siempre habrá un candidato ad hoc para ella. Solo así podremos llegar a asegurar algún día que todas las personas con discapacidad tendrán la oportunidad de encontrar un empleo adaptado a su perfil.