Todos los expertos así lo aseguran: vivimos en un entorno de cambio muy profundo en el que el liderazgo ya no puede reducirse a la función burocrática de control y dirección, un modelo que funcionaba en un mundo de estabilidad e inercias. Ahora, elementos como la escucha activa o el estudio constante del entorno y las tendencias son protagonistas, son la receta para liderar la incertidumbre.
De hecho, este contexto el liderazgo requiere un ejercicio continuo de atención, observación de lo que hacen y dicen otros, sean personas, compañías o sectores. Pero, ¿cómo compaginar esa actitud de aprendizaje con la de liderar una gran compañía? ¿Ser humilde y curioso por naturaleza es lo que puede llevar a un líder a cosechar más éxitos, al menos, en lo que a su desarrollo profesional se refiere?
El camino para el progreso personal y colectivo va unido al ejercicio de la autocrítica y a la reflexión constante
Con el fin de dar respuesta a estas y otras muchas cuestiones, Federico Pérez, Responsable de Estrategia y Marketing de Team&Thought, se reunía recientemente con Andrés Romero, Consejero Director General de Santalucía. Dos directivos que coinciden en una misma opinión: “El camino para el progreso personal y colectivo va unido al ejercicio de la autocrítica y a la reflexión constante, y para eso es imprescindible escuchar las apreciaciones, críticas o no, que vienen de fuera porque nos dan la oportunidad de evaluar nuestras acciones, sus consecuencias y decidir el rumbo a seguir”.
Diálogo Directivo: Federico Pérez (T&T) y Andrés Romero (Santalucía)
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Enlazando con la idea de la escucha activa, Federico Pérez quiso ahondar en el hecho de que “ser humilde y curioso por naturaleza es lo que puede llevar a un líder a cosechar más éxitos, al menos en lo que a su desarrollo profesional se refiere”.
En este sentido, Romero opina que “liderar, desde un punto de vista muy práctico, consiste en hacer que las cosas sucedan. Y, al final, eso no lo haces únicamente con el conocimiento que uno tiene y tampoco lo puedes hacer solo. Lo haces compartiendo conocimiento y experiencias de otros y con otros. Las individualidades no son positivas, y menos cuando hablamos de conocimiento o de actitud”.
Es más, para el directivo de Santalucía “es importante mantener siempre una actitud de querer entender, aprender, compartir, de escucha activa. Una actitud abierta es muy positiva, saber que hay cosas que puedes hacer mejor supone una excelente oportunidad para un líder, que siempre debe aprovechar… Aprendo mucho de las personas que me rodean, de mi equipo directivo que me traslada sus diferentes focos de atención, de otros consejeros, colegas, de mi familia. La experiencia de otros me nutre”.
No cabe duda de que hoy los requerimientos para liderar poco tienen que ver con las recetas de éxito del pasado. De hecho, tal y como ya defendía hace más de una década el gurú estadounidense Gary Hamel en su obra ‘El futuro del management’, los nuevos entornos económicos -en los que se manifiestan nuevos retos y nuevos problemas- no pueden ser tratados con viejas recetas de management más propias de épocas pasadas, sino que han de ser enfrentados a través de nuevos modelos de gestión orientados a buscar en el seno de las organizaciones las soluciones que permitan enfrentarse al cambio en el mundo exterior.
Los nuevos entornos económicos no pueden ser tratados con viejas recetas de management más propias de épocas pasadas
Ante ello, Andrés Romero destaca que “el liderazgo es el producto de un duro trabajo continuo. Yo como líder aspiro a ser un líder cercano y próximo a las personas… Si tuviera que dar un consejo a alguien que comienza ahora en esta labor le diría que siempre hay que mirar alto para crecer, pero sin perder nunca el contacto con la realidad y con lo que tú eres. El trabajo, la prudencia, la ilusión y la formación son esenciales”.
Nos enfrentamos a un futuro en el que los riesgos adquieren una nueva dimensión como nos demuestra todo lo que estamos viviendo en estos momentos: la digitalización tendrá un papel crecientemente determinante; las empresas deberemos tener un compromiso cada vez más grande con el medioambiente y con las sociedades en las que estamos presentes; la demografía marcará también ese futuro; será cada vez más necesaria la colaboración entre lo público y lo privado.
Con todo ello, Romero incide en que “es fundamental que seamos capaces de recuperar la confianza. Es un elemento clave y una de las condiciones dentro de las relaciones humanas que permiten el progreso y el avance. La incertidumbre actual proviene en gran medida de la ruptura de esa confianza, tanto a nivel internacional, como local».
En la misma línea, añade el directivo de Santalucía, “el sector asegurador tiene grandes retos por delante. Al final, somos los amortiguadores de los grandes riesgos que acechan a la sociedad en su conjunto. El sector tendrá que estar muy atento para intentar mitigar y amortiguar los nuevos riesgos que puedan aparecer, como siempre hemos hecho. Somos facilitadores en gran medida de seguridad, certidumbre y en último extremo de bienestar y tranquilidad. Ese es un gran reto que siempre ha sido una seña de identidad de nuestro sector y que en el futuro va a tener gran trascendencia y responsabilidad para nosotros”.
