Los bonos, para el que no dedique su tiempo a los mercados financieros, no es sino un título valor que representa un préstamo que un inversor (el comprador del bono) realiza a un emisor (el que emite el bono).
El bono contiene todas las características de la deuda: importe, fecha y modo de devolución, intereses a pagar por el prestatario, etc. Partiendo de esta base, toca analizar el tipo de bono que protagoniza ahora los debates dentro del viejo continente: ¿qué son y cómo funcionan los eurobonos?
Los bonos de deuda pública son los emitidos por Estados que se endeudan para tener mayor capacidad de gasto e inversión en el momento presente a cambio de pagar un tipo de interés a los inversores que les prestan los fondos.
Actualmente la deuda del estado emitida por España es aproximadamente de 1,2 billones de euros, el 95% del PIB Español.
La deuda del estado emitida por España es aproximadamente de 1,2 billones de euros, el 95% del PIB Español
La rentabilidad que los inversores exigen a los bonos de deuda pública española depende de varios factores:
En este momento de dificultad financiera por el enorme gasto público necesario para superar la crisis del Covid 19 surge el debate de los Eurobonos. Lo cierto es que los eurobonos no existen todavía.
Son un instrumento financiero planteado en la crisis financiera de 2011 que no llegó a conseguir el necesario consenso para nacer y que quedó en el “olvido” hasta la actual crisis del coronavirus. Los Eurobonos serían bonos emitidos con la garantía de los estados miembros de la unión europea.
La emisión de Eurobonos permitiría que los países más endeudados, que adicionalmente han sido los más castigados por el coronavirus, puedan financiarse con garantía de unión europea, evitando las dificultades que podrían encontrar para endeudarse sin ese apoyo.
Además, les permite no empeorar aún más sus ratios de deuda sobre el PIB y, por consiguiente, no aumentar el coste de su deuda específica.
La percepción de los inversores de que los eurobonos no tienen riesgo de impago provocaría que el coste exigido al emisor sea menor. De esta forma, al realizar las emisiones bajo el paraguas de la garantía conjunta, los países más endeudados pueden ahorrar miles de millones de euros en gastos financieros.
Uno de los problemas para la emisión de Eurobonos es que es preciso diseñar su estructura y procedimientos y, necesariamente, habría que adaptar legislaciones tanto nacionales como europeas.
Dadas las discrepancias existentes entre los países, es muy improbable que se pueda avanzar con la rapidez necesaria.
Es difícil un acuerdo entre los países. A un lado están los países centroeuropeos, que presentan ratios de endeudamiento previos muy inferiores, Holanda, Austria, Finlandia y Alemania. En el otro Italia, España, Francia y Portugal, más apalancados financieramente y más afectados por el Covid 19.
Los primeros entienden que la emisión de deuda mutualizada sin control del destino de los fondos acaba siendo una transferencia pura de renta de los países que han sido austeros y ahorradores a los países que no han realizado una correcta gestión de las cuentas públicas.
Los segundos, por su parte, apelan a la necesaria solidaridad europea para poder superar una crisis sanitaria que afecta a toda Europa y no tiene nada que ver con la gestión previa de la deuda.
Necesariamente deben ser destinados a gastos sanitarios relacionados con el Covid en el primero de los casos y a inversiones para la recuperación económica en los segundos
Para evitar estos recelos se han puesto encima de la mesa variaciones en la idea inicial de los eurobonos como son los coronabonos y los recovery bonds.
El concepto de estos nuevos bonos es que los fondos obtenidos necesariamente deben ser destinados a gastos sanitarios relacionados con el Covid en el primero de los casos y a inversiones para la recuperación económica en los segundos. De esta forma no se mutualiza la deuda preexistente que es el temor de los países que se oponen a los eurobonos.
Aunque con visión de corto plazo, los principales beneficiados serían los países mediterráneos, a largo plazo, la emisión de eurobonos sería bueno para el conjunto de la Unión Europea. ¿Por qué? Supone avanzar en la integración y supondría un refuerzo a la solidaridad entre los estados disminuyendo el posible crecimiento de populismos que avanzan en los países en dificultades generando desafección hacia Europa. El peaje necesario es una cierta cesión de la soberanía fiscal de los estados.
Vistas las dificultades para poder emitir bonos de cualquiera de estos tipos, lo más operativo es que finalmente se opte por que sea el MEDE (ESM en inglés) el que emita los bonos y que sea éste el que preste los fondos a los países.
Los países “austeros” están dispuestos a eliminar las condicionalidades de los préstamos del MEDE y sólo exigen que los fondos se utilicen para financiar costes sanitarios, directos o indirectos, relacionados con la pandemia del coronavirus, ya sea en materia de cura o prevención.
Por ello, la única dificultad es el “estigma” de país rescatado el que dificulta a los políticos que se utilice este mecanismo por los países más endeudados.