El clásico “ponerse en la piel del otro” ha tomado forma como estraga empresarial y se llama Design Thinking. Una técnica incipiente cuyo éxito radica precisamente en el alto porcentaje resolutivo. Tanto es así que el interés por ella entre los altos directivos de las principales compañías mundiales está in crescendo, aunque para muchos todavía sigue siendo una completa desconocida. Pero, ¿en qué consiste?
Con el objetivo de aprender más acerca de esta nueva forma de solucionar problemas complejos desarrollados dentro de la empresa, Apd ha organizado el próximo día 20 de junio en Santanderel seminario ‘Introducción al Design Thinking: Impulsando la innovación en productos y servicios’ de la mano de David Lacasa, socio de Larten y experto en la materia. Hablamos con Lacasa días antes de la celebración de la jornada para entender la dinámica y trasfondo de la efectiva técnica que está revolucionando la manera de afrontar los desafíos empresariales.
“Esta técnica consiste en poner principalmente a la persona en el centro de todo. Ponernos en los zapatos del objeto de estudio para poder tener su visión en primera persona”, explica el experto: “Si ponemos la compañía o el mercado en el centro, estamos perdiendo el foco principal de nuestro negocio. El objetivo no puede ser vender más que el competidor, sino ser el elegido por los consumidores, y eso nos llevará al liderazgo.
Para alcanzar este punto, irremediablemente, es imprescindible desarrollar y potenciar la empatíapero no solo eso. Hay que saber detectar el foco del asunto: “cuando hemos entendido e identificado el problema, tenemos que acotarlo para enfocarnos posteriormente en idear la solución más adecuada”.
Es entonces cuando entra en juego el plan de acción. En principio la idea es prototipar una solución y testarla repetidamente, no necesariamente de forma lineal, hasta dar con la solución correcta. No nos asustemos. No es tan fácil ni tan complicado como suena.
Ya que se trata de una filosofía de trabajo que ayuda a enfocarse en los consumidores y estar más cerca de ellos, reduce significativamente la tasa de error en el lanzamiento de innovaciones, “ya que fallamos antes y aprendemos del error. Fallar pronto y barato, es la clave”, asegura Lacasa.
También insiste en el error de poner en el centro a la compañía o el mercado ya que desenfocamos nuestro negocio, “el objetivo no puede ser vender más que el competidor, sino ser el elegido por los consumidores, y eso nos llevará al liderazgo”.
“Los empleados son también personas y por lo tanto es una metodología que puede ser también planteada con vistas hacia dentro. Además, como en otras disciplinas, una compañía centrada en las personas genera mayor orgullo de pertenencia”, añade Lacasa.
Dirigida al público objetivo pero también diseñada para los empleados. Lo importante , en todo caso, es ponerse en la piel del otro y anticiparse a los contratiempos a través de la empatía. Un modo de actuar que, desde el punto de vista más operativo, se traduce en que “el contacto con las personas que compran o trabajan sobre nuestros productos y servicios, hace que interioricemos mejor sus problemas y tengamos mucho más claro el objetivo de nuestro trabajo”.