Tener un perfil en LinkedIn es importante para el mundo de los negocios. El que no tenga presencia online pierde oportunidades de conectarse, conocer y darse a conocer como profesional. Pero, ¿qué más debe hacer un usuario para desarrollar su propia personal en LinkedIn?
“LinkedIn es mucho más que un perfil. Las posibilidades son tan amplias que me atrevo a afirmar que para la mayoría es una herramienta con una gran parte de potencial infrautilizado. En una estrategia dependes de unos objetivos, por lo que lo primero que debes preguntarte es: ¿qué quiero conseguir en LinkedIn?”. Son palabras de Pablo Adán Micó, Responsable de Marketing y Expansión de Equipo Humano.
Desenvolverse con soltura en este tipo de plataformas puede parecer a priori sencillo, pero en ocasiones, muchos usuarios tienden a confundir las posibilidades de la red y utilizan perfiles de persona como si fuesen páginas de empresa. De ahí la necesidad de ampliar al máximo nuestros conocimientos. Adán nos lo aclara: “Las redes son conversaciones, y conversan las personas, no las empresas. Un perfil de empresa está compuesto de perfiles personales, que son los que comunican y generan relaciones. El error es caer a un nivel de comunicación más bajo y en una falta de humanización de la marca. Estamos en la era de los embajadores de marca, de los empleados sociales -de los que hablaremos en el seminario-, y Linkedin es su máximo exponente”. Y añade que “la gente ya no se cree lo que dicen las empresas de ellas mismas, pero sí lo que las personas dicen de ellas a título personal. Es uno de los cambios de paradigma de la era digital”.
Un perfil de empresa está compuesto de perfiles personales, que son los que comunican y generan relaciones
En cuanto al proceso de creación de nuestra marca personal en LinkedIn y los pasos a dar a la hora de crear el perfil, el experto matiza que “la marca personal no es lo que dices de ti mismo, sino lo que los demás piensan o dicen de ti. Eso lo hacen no en base a tu perfil, sino a tu actitud. Y en redes sociales tu actitud es lo que cuentas, cómo lo cuentas, con quién te relacionas… y el efecto que generas en los demás. Este efecto se traduce en validaciones y recomendaciones, dos recursos potentes para tu reputación digital en LinkedIn”. El proceso, por lo tanto, es el siguiente: “comienza en tu perfil, en tus interacciones, y en recibir de los demás el efecto de tu presencia y acción en la red. Primero construye tu presencia, después genera visibilidad en entornos y personas objetivo, para acabar aportando notoriedad. Es el proceso natural de la relevancia en una red social”, afirma.
Y como en todo, en LinkedIn hay cosas que funcionan y otras que debemos evitar por todos los medios. ¿Qué suma? “Tener estrategia y objetivos, una idea clara de lo que pretendemos conseguir. Generar relaciones de forma cordial, mejorar tu nivel de reconocimiento. Ser activo, aportar valor, ser atractivo”. Y en el polo opuesto, ¿qué resta? “Estar por estar, pensar que con la sola presencia pueden ocurrir cosas. Debes evitar pensar que es una red social de búsqueda de empleo, porque aunque sirva para eso no funciona de forma pasiva. LinkedIn no es Facebook ni Infojobs”.
Y en redes sociales tu actitud es lo que cuentas, cómo lo cuentas, con quién te relaciones… y el efecto que generas en los demás
Más allá de las opciones habituales de postear, buscar empleo y mostrar nuestro curriculum vitae, el formador destaca otros recursos de la red a tener muy en cuenta: