Las personas constituyen el activo más valioso de cualquier organización. Otros, como su marca, su posicionamiento en el mercado o su cartera de clientes, son también imprescindibles, pero ninguno posee el papel clave de las personas. A fin de cuentas, las organizaciones somos personas que trabajamos para satisfacer las necesidades de otras personas.
En ocasiones, el mundo actual, tan digital y complejo, puede hacer que olvidemos que el compromiso entre las personas y las organizaciones es lo que marca la diferencia. Que las personas, tanto nuestros equipos como nuestra clientela, deben ser, hoy más que nunca, el elemento central de las empresas.
En primer lugar, porque la única manera de dar respuesta a la complejidad del mercado es a través de la flexibilidad, la imaginación y la creatividad, características exclusivamente humanas. Cada persona, con su conocimiento y experiencia, enriquece a la organización y amplía su capacidad para comprender los diferentes escenarios y tomar las mejores decisiones. Como gestores, debemos crear un entorno que potencie el talento, fomente el desarrollo personal y refuerce el sentimiento de pertenencia.
La única manera de dar respuesta a la complejidad del mercado es a través de la flexibilidad, la imaginación y la creatividad, características exclusivamente humanas
Por otro lado, gracias a la digitalización, hoy día es más posible que nunca tratar a cada cliente como una persona única y diferente al resto. Gracias a los nuevos sistemas de comunicación, distribución e inteligencia podemos conocer sus gustos y necesidades particulares y proporcionarle soluciones a medida. De cara al futuro más inmediato, la inteligencia artificial avanzará aún más en esta dirección. En definitiva, la tecnología nos acerca y nos acercará más a las personas.
Soy un firme defensor de que la mejor inversión de cualquier empresa son las personas y que los directivos debemos centrarnos de verdad en el desarrollo de los equipos internos y en los clientes. Mi experiencia en la construcción de modelos de negocio fundamentados en las personas, ha corroborado estas ideas con la práctica: cercanía y trato personal, productos sencillos, calidad en el servicio, programas de desarrollo de talento interno, beneficios corporativos enfocados al bienestar de los profesionales, ofrecer las mejores iniciativas sociales. Porque el camino en la transformación digital es a través de las personas.