En el dinámico mundo laboral de hoy comprender qué es un contrato fijo discontinuo y lo que implica es muy importante, porque en el mercado laboral hay varias posibilidades. No en vano, existen los contratos temporales, indefinidos, a jornada completa y a tiempo parcial, en función de la duración y de las horas que se trabajan. En este post analizamos en qué consiste esta modalidad contractual y cuándo aplicarla, así como las características del contrato de trabajo con periodos de inactividad, reconocido en el Estatuto de los Trabajadores.
El contrato fijo discontinuo es una herramienta esencial en el ámbito laboral, especialmente para las empresas de trabajo temporal que se enfrentan a la necesidad de adaptarse a las fluctuaciones de la demanda en ciertas actividades productivas de temporada. Este tipo de contrato, regulado por el artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores, se caracteriza por establecer una relación laboral de carácter indefinido, aunque sujeta a periodos de actividad y de inactividad, en función de las necesidades de la empresa.
A diferencia de los contratos temporales, el trabajo solo se interrumpe cuando el puesto de trabajo deja de ser necesario por cuestiones de temporada, pero el empleado se reincorpora al llegar la siguiente temporada. Por tanto, es un contrato indefinido con jornadas variables y discontinuas.
Una de las principales ventajas del contrato fijo discontinuo es que permite a las empresas formen parte de la actividad ordinaria, contando con personas fijas discontinuas que se reincorporan durante los periodos de actividad, garantizando así una prestación de servicios eficiente y adaptada a las exigencias del mercado. Esta modalidad contractual está especialmente indicada para sectores donde el trabajo está vinculado a actividades productivas de temporada, como puede ser la agricultura, el turismo o la hostelería.
La modalidad de contrato fijo discontinuo se justifica por una necesidad de dar respuesta al trabajo durante una determinada temporada al año, pero sin que se tenga certeza de la fecha de inicio. Ahora bien, como se presupone que existirá una continuidad año tras año, lo propio es que el contrato sea indefinido.
Desde el punto de vista del trabajador, el contrato fijo discontinuo ofrece la posibilidad de una contratación indefinida dentro de un marco flexible, lo cual implica que, aunque existan periodos de inactividad, el trabajador fijo discontinuo tiene derecho a ser llamado nuevamente cuando se reanude la actividad. Además, este tipo de contrato asegura las cotizaciones a la seguridad social durante los periodos de actividad, lo cual contribuye a la acumulación de derechos relacionados con las prestaciones de desempleo y jubilación.
Cuando termina la temporada de trabajo, el contrato queda en suspenso y eso permite al trabajador buscar otra ocupación laboral o cobrar el subsidio si concurren las circunstancias. Cabe señalar que durante este periodo la persona estará formalmente en situación de desempleado y podrá solicitar su derecho a prestaciones durante estos meses.
Ahora bien, aunque el contrato fijo discontinuo es indefinido y en caso de despido improcedente hay que liquidarlo siguiendo ese criterio, deberá atenderse al tiempo efectivo que se haya trabajado. Esto es importante porque si un trabajador solo ejerce durante 6 meses al año, la indemnización tendrá que calcularse sobre ese periodo y no sobre los 12 meses.
Esta modalidad aporta la seguridad de contar con personal especializado cuando es necesario sin tener que abrir procesos de selección
Es importante destacar que se pueden establecer distintos periodos de actividad en función de las necesidades de la empresa, lo cual debe estar claramente detallado en el contrato laboral. Además, aunque muchos de estos contratos se firman a jornada completa, también existe la posibilidad de establecer jornadas parciales, siempre y cuando estas condiciones se ajusten a lo estipulado en el convenio colectivo aplicable.
Este tipo de contrato de empleo con interrupciones planificadas se utiliza en determinados sectores como el agrícola, las brigadas forestales contra incendios, los socorristas o los comedores escolares. Todos estos puestos de trabajo tienen en común una temporada de actividad concreta durante el año, mayor o menor.
Es un recurso para aquellas empresas que focalizan su actividad en una época determinada del año
Muchas fábricas vinculadas a la agricultura trabajan solo en producción durante la temporada alta, de manera que no tiene mucho sentido mantener a los trabajadores los 12 meses del año. Por ello se ofrece un empleo discontinuo con contrato indefinido.
Lo cierto es que la principal diferencia entre el contrato de trabajo discontinuo y el contrato temporal es que puede preverse cuándo habrá actividad el siguiente año, de manera que para algunos sectores es una buena opción.
Un contrato temporal, en cambio, se concibe para un pico de actividad coyuntural que tampoco podría predecirse para el siguiente año, de ahí que se utilice de forma habitual en actividades vinculadas al turismo. Ahora bien, este tipo de contrato tiene una serie de condiciones específicas que hay que conocer para utilizarlo de forma correcta.
Ante un vínculo laboral periódico y discontinuo, cabe saber que los trabajadores que estén más de 11 meses bajo un modelo de contrato de trabajo discontinuo, el tipo de contrato se percibirá como indefinido. En este caso, cabe puntualizar que entrará en vigor el derecho a vacaciones.
También es importante saber que no existe un periodo mínimo para establecer un contrato de trabajo no continuo, excepto que el convenio colectivo de la empresa en cuestión lo determine de forma expresa.
Para gestionar correctamente el tipo de contrato, las empresas deben realizar un llamamiento a los trabajadores fijos discontinuos cada vez que se inicia un periodo de actividad, garantizando así que estos formen parte de manera efectiva de la actividad ordinaria de la empresa. Este procedimiento permite una flexibilidad laboral que beneficia tanto a la empresa, que puede adaptarse a las demandas fluctuantes del mercado, como a los trabajadores, que mantienen una relación laboral estable a pesar de la discontinuidad de los trabajos.
Cómo se efectúa el llamamiento al trabajo en la modalidad de trabajo discontinuo
Otro de los aspectos que conviene destacar es que la empresa, o la Administración en su caso, está obligada a avisar al trabajador de que va a empezar la temporada para que se reincorpore a su puesto. Esta formalidad, denominada llamamiento, tiene que cumplirse de manera que se garantice el derecho del trabajador a ser avisado y se minimice el riesgo de absentismo laboral. El llamamiento se realizará en función de la antigüedad de cada trabajador. La jurisprudencia tiende a priorizar que esta comunicación se haga por correo ordinario certificado, aunque excepcionalmente valdrían otras modalidades según el caso..
En relación con el llamamiento del trabajador a un empleo fijo discontinuo, a tiempo completo o parcial, pueden darse tres causas por las cuales se produzca su ausencia. Y es que cuando se establece un vínculo laboral con pausas intermitentes, es posible que al solicitar la reincorporación del trabajador, este no se presente por motivos como los siguientes:
En el contexto de una relación laboral con pausas intermitentes, el trabajador tiene que demostrar la imposibilidad material de reincorporarse a su puesto de trabajo, y para ello ha de aportar un parte médico que lo certifique, preferentemente firmado por un facultativo de la sanidad pública.
Otra circunstancia, aunque muy poco común, es la imposibilidad de desplazarse al lugar o la existencia de cualquier otra contrariedad sobrevenida. En este caso, podrá mantener el derecho a que lo llamen el año siguiente. Eso sí, es importante señalar que tendrá que acreditar esta circunstancia después de cada llamamiento.
Hasta hoy existía jurisprudencia a la hora de determinar si la comunicación había de renovarse cada año cuando se produjese el llamamiento al trabajador discontinuo. Pero actualmente se considera que como la causa de fuerza mayor puede ser variada, lo recomendable es dejar constancia de la imposibilidad de reincorporarse.
Si hay una baja laboral, el empresario está obligado, en principio, a llamar al trabajador porque si no lo hace incurriría en un despido improcedente. Ahora bien, una vez que haya recibido la notificación, es obligación del trabajador notificar a la empresa la imposibilidad de reincorporarse, en esta ocasión por estar de baja. En este caso, el trabajador mantendrá su derecho a ser llamado para el siguiente periodo de actividad en el contrato discontinuo establecido.
El supuesto de baja voluntaria se da cuando el trabajador es llamado en tiempo y forma y no se reincorpora al puesto de trabajo sin alegar causa o bien indica de forma expresa que no va a reincorporarse. En cualquiera de estos dos supuestos, será un despido que no incluirá indemnización y que no le costará dinero al empleador.
Eso sí, si la empresa va a despedir al trabajador porque este no se ha reincorporado después de realizar el llamamiento, tiene que cerciorarse de que aquel fue avisado en tiempo y forma. Este es el motivo por el que se recomienda utilizar el correo certificado con acuse de recibo, método que no deja lugar a dudas.
En resumen, el contrato fijo discontinuo es una opción de contratación temporal que se utiliza el contrato fijo discontinuo para responder a las necesidades de contratas mercantiles o administrativas que requieren flexibilidad en la gestión de sus recursos humanos, manteniendo al mismo tiempo una relación laboral estable con sus empleados.