El absentismo laboral es un fenómeno que afecta a empresas y trabajadores en todo el mundo, con repercusiones económicas y sociales significativas. Desde días de baja por enfermedad hasta ausencias no justificadas, el absentismo puede manifestarse de diversas formas y tener múltiples causas. España, junto a Francia y Portugal, lidera el absentismo laboral por incapacidad temporal entre los países de la Unión Europea. Según datos de 2023, España registró una tasa del 4,1 %, un aumento constante durante la última década que se ha visto acelerado por la pandemia de covid-19. Este dato revela la magnitud del desafío que enfrentan las empresas y las autoridades en la gestión del ausentismo laboral en el contexto actual. En este post, exploraremos qué es el absentismo laboral, sus principales tipos y las causas que lo provocan.
El absentismo laboral se refiere a la ausencia o falta de presencia de un trabajador en su lugar de trabajo durante el horario laboral, ya sea de manera justificada o injustificada. Es un fenómeno que puede manifestarse de diversas formas, como las ausencias por enfermedad, accidentes laborales, permisos remunerados, vacaciones, entre otros motivos. El absentismo laboral puede tener un impacto significativo en la productividad de una empresa, así como en su eficiencia y rentabilidad. Por lo tanto, entender sus causas y abordarlo de manera efectiva es fundamental para el buen funcionamiento de cualquier organización.
¿Por qué es necesario matizar este punto? Aunque pueda parecer que este supuesto no entraría dentro de la categoría de absentismo laboral, técnicamente sí lo hace.
De hecho, la mayoría de los informes que se realizan sobre absentismo en España encuadran las bajas de incapacidad temporal dentro de este grupo, a pesar de suponer una ausencia justificada por motivos de salud.
De una manera genérica, el absentismo laboral podría definirse como todos aquellos casos en los que un empleado no se presenta al puesto de trabajo o no realiza las funciones para las que la empresa le ha contratado durante el transcurso de su jornada laboral.
No solo supone la pérdida de horas efectivas, también imposibilita ofrecer ciertos servicios
En este sentido, los diferentes tipos de absentismo laboral se han posicionado como uno de los principales problemas a los que debe enfrentarse una compañía.
No solo supone la pérdida de horas efectivas en términos de productividad por parte de su plantilla, sino que también imposibilita ofrecer ciertos servicios (externos o internos) en el caso de ciertos perfiles muy especializados.
Llegados a este punto, ¿es lo mismo una ausencia por una baja médica que cuando se debe a que el empleado se ha quedado dormido en su casa? Evidentemente, no. De hecho, podemos diferenciar entre cuatro tipos de absentismo.
Es aquella ausencia que puede ser prevista por el trabajador o la empresa, como una cita con el médico o una futura baja por maternidad. No es necesario conocer previamente la fecha concreta en la que se producirá la ausencia.
Sería lo opuesto: una ausencia que no se puede prever por parte del trabajador o la empresa. Por ejemplo, cuando el empleado abandona el puesto de trabajo sin recibir permiso por parte de la empresa, cuando se asiste a una huelga o acto sin informar a la compañía o en los casos de accidentes súbitos. También entran en esta categoría las faltas o los retrasos injustificados.
En tercer lugar, existe un tipo de absentismo que se produce en el propio lugar de trabajo, cuando el empleado realiza tareas o actividades que no están pactadas con la empresa (o expresamente prohibidas). Por ejemplo, pasar el tiempo realizando llamadas personales, ausentarse constantemente para tomar café o utilizar el equipo (como el ordenador) para asuntos personales.
Aunque existe cierta controversia sobre la naturaleza de este tipo de absentismo, lo cierto es que las empresas cada vez se esfuerzan más por evitarlo. En el marco teórico, se trata de una desconexión emocional en el puesto de trabajo.
Es decir, cuando el empleado se encuentra físicamente en su puesto, pero no rinde en términos de productividad por cuestiones emocionales como la pérdida de confianza hacia la empresa o el proyecto, así como por cuestiones personales o psicológicas, como padecer una depresión.
Una incapacidad temporal no es el único motivo que puede derivar en absentismo. En realidad, hay una amplia variedad de causas posibles, como por ejemplo:
Según la Ley General de la Seguridad Social, un accidente laboral es «toda lesión corporal que el trabajador sufre con ocasión o a consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena». Entre sus tipos se incluyen los accidentes ‘in itinere’ (durante el trayecto de casa al trabajo y viceversa) o mientras se trabaja (por ejemplo, esguinces, roturas óseas, golpes, etc.).
Son aquellas provocadas por actividades o funciones concretas del desarrollo del puesto de trabajo. Por ejemplo, cuando un empleado se expone constantemente a la pantalla del ordenador, es más normal que padezca fatiga de los ojos que alguien que no trabaja con esta herramienta.
Se trata de aquellas enfermedades comunes (una gripe) o crónicas (asma) no asociadas al desarrollo del trabajo.
Existen ciertos casos en los que se otorga una dispensa especial al trabajador, como cuando hablamos del permiso de maternidad o el de paternidad.
En ambos casos, también se engloban dentro del absentismo laboral, ya que suponen una pérdida de horas efectivas de producción, a pesar de ser dos casos plenamente justificados en virtud de la legislación vigente.
Aquí entrarían todas aquellas ausencias injustificadas o las faltas de puntualidad en las que incurra el trabajador durante su jornada laboral. En el caso del teletrabajo, también se incluye ausentarse o no estar disponible reiteradamente en horario de trabajo.
Por ejemplo, cuando se produce una ausencia durante una huelga también hablamos de absentismo laboral.
En cualquiera de los casos, el absentismo puede suponer un verdadero problema para las empresas en diversos ámbitos.
Más allá de los efectos más evidentes e inmediatos como son la pérdida de productividad o el aumento de costes, cuando existe un elevado absentismo el clima laboral en la empresa suele empeorar sustancialmente (especialmente cuando no existe justificación o existe una desconexión emocional por parte del trabajador).
Por eso, para hacer frente al absentismo, las empresas pueden recurrir a:
La alineación con los objetivos de la empresa es fundamental para que un trabajador sea productivo. Por eso, una de las prioridades de cualquier compañía es lograr mantener la motivación de los trabajadores, especialmente en un contexto como el del teletrabajo.
En este sentido, una de las ventajas asociadas al trabajo en remoto ha sido la implementación de mayores medidas de conciliación, sobre todo cuando hablamos de hogares con hijos o parientes a cargo, y de flexibilización horaria.
Otra de las medidas más comunes destinadas a minimizar el impacto del absentismo en la plantilla es la formación, que suele traducirse en la adquisición de más competencias para que el empleado pueda desempeñar más eficientemente sus tareas.
Con todo ello, se pretende evitar que cualquiera de los tipos de absentismo laboral analizados se extiendan por la compañía cuando no existe justificación o se desarrolla una desconexión emocional por parte del trabajador.
Porque si bien las faltas de asistencia o los retrasos son síntomas de un absentismo endémico en la empresa, otros como los permisos de maternidad o paternidad suelen evidenciar más bien lo contrario: que tu empresa es percibida como el lugar ideal para conciliar o formar una familia.
Ahora piénsalo: ¿cuál de las dos opciones representa a tu empresa?