Hoy quiero que reflexionemos juntos sobre el teletrabajo. Estoy seguro de que ya habrás lidiado con este tema. Y que habrás encontrado argumentos dispares, defendidos con gran vehemencia. Es evidente que la pandemia ha acelerado – y quizás consolidado- este proceso que solo algunas empresas habían iniciado con anterioridad. Las empresas y los directivos se han dado cuenta de que se puede ser productivo y cumplir con una función laboral sin necesidad de acudir regularmente a un espacio físico.
Sin embargo, no he encontrado un solo CEO que no tenga dudas sobre si se ha quedado corto o se ha pasado en los tiempos de teletrabajo de la plantilla, o si este incremento disminuye la productividad. Por un lado, el buen talento –sobre todo el más joven- demanda cotas crecientes de teletrabajo. Y por otro, todavía no existe la suficiente experiencia para saber si un exceso de teletrabajo incide negativamente en la cultura o la innovación en la empresa.
No te dejes llevar por el contexto: después del típico movimiento pendular, asistiremos a un reequilibrio en el que el factor determinante no será la confianza, ni siquiera el compromiso, sino la medición por objetivos. “Trabaja desde donde quieras, pero cumple tus objetivos. Pero si quieres ascender en la empresa, y que yo conozca cómo te desenvuelves con tus compañeros y tus clientes, no dejes de venir a la oficina con alguna frecuencia”. Y tú: ¿cómo abordas el teletrabajo de tu plantilla?
Cuídate mucho,
Enrique Sánchez de León
