REACTIVACIÓN ECONÓMICA Y SOSTENIBILIDAD
El compromiso con el entorno, la búsqueda de un propósito, la solidez financiera, la especialización inteligente, la apuesta por los sectores más estratégicos, la colaboración público-privada, las inversiones de futuro, la creación de valor a largo plazo… se posicionan, hoy más que nunca, como auténticas palancas estratégicas de cara a lograr la tan ansiada y necesaria reactivación económica tras la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, que ha hecho tambalear el modelo económico y social tal y como lo conocíamos.
Afortunadamente, 2021 parece llegar en forma de esperanza, al menos, si lo comparamos con su predecesor: los avances en materia de vacunación, sumados a los estímulos fiscales y monetarios que en esta crisis han venido teniendo un protagonismo realmente activo, así como las ayudas económicas que llegarán a través de los Fondos Next Generation EU -las cuales requerirán en paralelo de inversiones acertadas y de toda una serie de reformas para conseguir su verdadera efectividad-, son, según los expertos, algunos de los factores más decisivos para provocar el punto de inflexión esperado. Todo, en un momento en el que, además, diversos organismos como el Banco de España, parecen mejorar las previsiones económicas para España de cara a los próximos ejercicios.
Qué duda cabe de que el éxito y la competitividad en el nuevo momento económico en el que nos adentramos quedarán condicionados, en primera instancia, a proteger la vulnerabilidad y reforzar la resiliencia del tejido empresarial. Sin embargo, la sostenibilidad, por encima de muchas otras cosas, deberá ser el prisma sobre el que enfocar todas y cada una de las acciones económicas y empresariales futuras con el fin de posibilitar el crecimiento exponencial y la creación de empleo.
Regiones como Euskadi y Navarra, trabajan hoy por reactivar su actividad económica y empresarial, y volver a situarse a la vanguardia de la competitividad
Una sostenibilidad, en su más amplia acepción, que al mismo tiempo habrá de venir de la mano de una completa transformación digital y de una apuesta decidida por la I+D+i. Tres ingredientes, por cierto, identificados por el Círculo de Empresarios y Boston Consulting Group (BCG) como prioridades estratégicas para caminar hacia la transformación del modelo productivo, y que se encuentran muy presentes en la visión de cada vez más directivos. Es el caso de Igor Txertudi, Director Comercial de Empresas de Grupo Euskaltel, quien asegura que “la reactivación de la economía necesita una vacuna con ingredientes como la resiliencia, la digitalización y la colaboración entre empresas para compartir retos y construir en positivo”, o de Isabel Moreno, Directora Territorial Ebro de CaixaBank: “la recuperación debe poner el foco en la sostenibilidad, satisfaciendo las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, y garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social”.
Lejos de ser intocables frente a los impactos provocados por la pandemia, lo cierto es que regiones como Euskadi y Navarra, que hace escasamente dos años contaban a su favor con las mayores previsiones de crecimiento del país, trabajan hoy por reactivar su actividad económica y empresarial, y volver a situarse a la vanguardia de la competitividad, precisamente bajo la perspectiva del desarrollo sostenible.
Numerosas fortalezas las avalan: un potente sector industrial, gran atractivo inversor, fuerte respaldo a la innovación, grandes avances en áreas estratégicas con gran proyección de futuro vinculadas con las energías renovables, las TIC, el conocimiento, la investigación o la fabricación avanzada… pero, sobre todo, un marcado liderazgo empresarial -que apuesta por la mejora y la excelencia de la mano de valores como la competitividad, la innovación, el desarrollo y la sostenibilidad- y un absoluto respaldo por parte de las instituciones públicas, lo que ha permitido la consolidación de una histórica, sana y efectiva colaboración público-privada a lo largo de los años.
El Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco comunicaba a finales de 2020 la disposición de un presupuesto de 654,1 MM€
En opinión del economista José María Gay de Liébana, quien recientemente participaba en el encuentro ‘La economía vasca ante la tempestad de la COVID-19’ organizado por APD y MAPFRE, “Euskadi es hoy la 5ª economía regional de España con un PIB de 74.000 M€. Se trata de una economía a la que siempre le ha acompañado un progreso de crecimiento gracias a un modelo caracterizado por el componente industrial. Evidentemente ha notado las secuelas de la COVID, pero el contar con una economía industrial le va a permitir rehacerse en mejores condiciones”.
No obstante, el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco comunicaba a finales de 2020 la disposición de un presupuesto de 654,1 MM€ enfocado en la reactivación económica y el desarrollo sostenible de Euskadi con especial atención al impulso de políticas de I+D+i, la puesta en marcha de un nuevo programa, Azpitek, para inversiones en infraestructuras tecnológicas y el impulso a lo que será el Basque Artificial Intelligence Center; ayudas para la mejora competitiva de las pymes vascas; iniciativas para la transformación industrial; o actuaciones contra el cambio climático, entre otras líneas de actuación.
El Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra hacía público un presupuesto inicial de 93,8 M€
En lo que respecta a Navarra, “superar la crisis provocada por el COVID-19, construyendo un nuevo modelo económico y social ‘que fomente nuevas fórmulas de prosperidad’ y también un nuevo sistema de gobernanza publico ‘con nuevos liderazgos, valores y formas de actuar’, que impulsen la calidad democrática y la participación ciudadana”, se postula hoy como el principal reto de futuro. Así lo comunicaba el pasado año la Presidenta de Navarra, María Chivite, al presentar el plan “Reactivar Navarra / Nafarroa Suspertu” 2020-2023. Toda una declaración de intenciones que persigue, entre otros aspectos, reactivar la economía, impulsar la innovación técnica y social como palanca de cambio y diversificación empresarial, fomentar la economía social y cooperativa así como la cohesión digital y territorial, y lograr el alineamiento con la “Green Deal Europea”.
Junto a ello, el pasado mes de enero el Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra hacía público un presupuesto inicial de 93,8 M€ con un claro objetivo: la recuperación de la actividad económica y la generación de empleo, así como el fortalecimiento de la competitividad del tejido industrial navarro desde una perspectiva de sostenibilidad social, ambiental y territorial. Sin duda, un respaldo económico que junto con los retos actualizados de la estrategia de especialización inteligente S3 Navarra, alineados con la necesaria transición ecológica y digital en un contexto de salida de la crisis generada por la pandemia, y el Plan Reactivar Navarra / Nafarroa Suspertu, constituyen la hoja de ruta de una Comunidad con la mirada puesta, más que nunca, en el futuro.