Activos, palancas de rentabilidad, fondos de maniobra, flujos de efectivo… Son muchos los términos económicos que día a día maneja una empresa a la hora de gestionar sus cuentas. Parecen fáciles de entender pero, a veces, no lo son. Y mucho menos, para aquellos directivos y mandos intermedios que no están relacionados directamente con el área financiera de la compañía. Así pues, si preguntásemos cuántos directivos -no financieros- conocen y comprenden absolutamente el lenguaje y, sobre todo, la realidad económica y financiera de su organización, ¿levantarían muchos la mano? Y lo que todavía es más importante: ¿cuántos de ellos son conscientes del impacto positivo que dicho conocimiento puede tener de cara a la correcta evolución del negocio?
«Conocer las consecuencias de tus decisiones es evidentemente muy relevante en la función directiva, entender adecuadamente y poder aportar en el Comité de Dirección, cuando el Director Financiero trata el tema financiero, es cada vez una característica más apreciable en el mundo directivo».
Toda decisión tiene una consecuencia económica y financiera, y la comprensión por parte del equipo directivo de que esos impactos existen es importantísimo
Así lo asegura Luis Tarabini-Castellani Aznar, Director del Área de Corporate Finance de EFE&ENE, quien está convencido de que «los directivos deben ser conscientes de lo que pueden aportar a la compañía desde el punto de vista financiero, y conocer qué puede hacer tu área por tu compañía».
Pero si, más allá de las personas, hablamos de las áreas de la organización que pueden tener realmente un gran impacto financiero, estas no son pocas. Comercial, RRHH, Operativa… todas y cada una de ellas, en mayor o menor grado influyen en la realidad económica y financiera del negocio. De hecho, según Tarabani-Castellani, «las consecuencias económico-financieras de las decisiones tomadas desde el área Comercial, Producción, RRHH, etc., son seguramente más relevantes que las tomadas desde el departamento financiero».
«En el caso de España, bajo mi punto de vista, hay un antes y un después de la tan manida crisis financiera. Antes te encontrabas muchas empresas que gestionaban sin presupuestos, sin conocer qué impacto en caja tenía cobrar a 180 en vez de a 100 días, o tener lleno el almacén de existencias, sin saber qué proyecto es más o menos rentable. Tras la crisis, esas empresas o han cambiado o, en su mayoría, ya no existen», añade el experto de EFE&ENE.
En todo este asunto, no podíamos olvidarnos de la importancia que tiene para una empresa y para todos sus directivos una correcta planificación financiera. Según Tarabini-Castellani, «todos tenemos que ser conscientes de dónde queremos ir (nuestro objetivo) pero también cuál debe ser el camino que tenemos que recorrer para alcanzarlo (nuestras acciones). Así, la clave para poder tomar decisiones a medio/largo plazo de la mejor manera posible es una buena planificación de los recursos y de las fuentes de financiación».
Precisamente, las fuentes de financiación, según el experto, son un tema que resulta apasionante y que está cambiando rápidamente en nuestro país y en Europa, y que también deberíamos conocer, pues forma parte de la realidad económica y financiera de la compañía.
Antes te encontrabas muchas empresas que gestionaban sin presupuestos. Tras la crisis, esas empresas o han cambiado o, en su mayoría, ya no existen
«Hoy estamos viviendo la lenta desbancarización de nuestro sistema financiero y el nacimiento de nuevas alternativas de financiación. Entre los que están siendo más activos en nuestro país en los últimos años podemos nombrar al “Direct Lending”, a los fondos de Mezzanine, fondos de deuda, o fondos de capital riesgo. Otras fuentes de financiación muy novedosas y basadas en puro desarrollo tecnológico son todas las “Crowd”, crowdlending, crowdfunding, etc., que se están comportando muy bien en un mercado tan duro como el financiero».
Muchas son las opciones que pueden presentarse ante una organización, y cualquiera de los que la componen debe estar preparado para afrontarla. ¿Cómo? Haciendo también un ejercicio de comprensión -además del que haga el área financiera, por supuesto- de las necesidades y expectativas de la compañía, así como de las posibles motivaciones que pueden llevarla a acometer, por ejemplo, una estrategia de internacionalización, de diversificación del negocio, de fusión, de adquisición, de venta…
Centrándose más en este último proceso, el experto de EFE&ENE afirma que «cada situación, cada empresa, cada persona; genera motivaciones diferentes ya que cada operación de estas características es completamente diferente».
Las fuentes de financiación están cambiando rápidamente en nuestro país y en Europa
«Sin embargo», continúa el experto, «algunas de las que nos hemos encontrado a lo largo de las diferentes transacciones en las que hemos participado son: creación de valor, acceso a mercados de capitales, defensa de amenazas hostiles, aspectos regulatorios (desde el lado del vendedor); y obtención de economías de escala y alcance (absorción costes fijos, estructura), mejoras productivas y reducción de costes, e integración vertical (control de la cadena de valor), entre otras, (desde el lado del comprador)».