Cada vez más empresas y organizaciones recurren a técnicas de coaching empresarial para poder mejorar los resultados. Según los datos de la Federación Internacional, solo en 2018, un 30% más de empresas lo han puesto al servicio de sus empleados en el último año.
El objetivo es que los responsables de cada departamento se conviertan en líderes, mejorando así los resultados. Que sepan llevar a los trabajadores a los más altos grados de motivación y de fidelidad a la empresa para así obtener mejores cuotas de productividad.
Solo en 2018, un 30% más de empresas lo han puesto al servicio de sus empleados en el último año
Cada uno de los trabajadores ha de saber de sus capacidades y de las del resto del equipo. Es por esto que el entrenamiento empresarial, en ese sentido, está cada vez más demandado. Las empresas, al fin y al cabo, buscan líderes que las lleven hacia el éxito.
Un buen preparador tiene como objetivo facilitar el aprendizaje y el desarrollo de sus clientes. Si esto lo aplicamos en el campo de la empresa, los objetivos serán la mejora del potencial de los trabajadores y de su productividad; lograr obtener lo mejor de cada uno de ellos.
El desarrollo de las competencias y de la creatividad son dos de los objetivos principales, ya que a través de las metodología referida se crean líderes.
Son aplicadas a todos los niveles de la empresa. Habrá técnicas más adecuadas para directivos o jefes de equipo, pero el entrenador también deberá encargarse de motivar a los trabajadores base para que mejoren sus expectativas y se unan a las nuevas políticas de la empresa de manera natural.
Contar con un profesional en este ámbito dentro de la empresa es la mejor manera de lograr que cada miembro del equipo dé lo mejor de sí ante un proyecto o un nuevo reto.
Este líder debe saber qué preguntar para lograr analizar en profundidad a su equipo. Así se llegarán a las mejores decisiones y conclusiones.
La mayor parte del tiempo debe estar escuchando. Así puede prestar atención y entender lo que están diciéndole sus colaboradores. De este modo podrá mantener conversaciones fluidas y productivas.
Saber llegar al corazón de los miembros de su equipo es una tarea que el líder no debería obviar. Eso llega a través de una comunicación accesible y fluida. Cada uno de las personas que trabajan juntas deberían ser capaces de abrirse a los demás, gracias a la empatía generada en el grupo.
La conexión emocional es otro de los factores que hay que tener en cuenta para lograr que todos los miembros del equipo se abran. Reconocer el talento de los colaboradores es una buena forma de empezar a trabajar en este sentido.
Sin motivación, el equipo no va a funcionar. Por ello, es importante que, además de reconocer los logros y talentos, el líder empatice con los demás sabiendo de sus necesidades. El salario emocional, la flexibilidad horaria o la fácil conciliación entre vida laboral y personal son algunos de los aspectos más motivadores de esa relación.
Que cada uno tenga definido su papel y cuál será la responsabilidad dentro del proyecto es otra de las bazas con las que juegan los líderes de los equipos de trabajo. De esta forma, los miembros del grupo sabrán hasta dónde deben implicarse con el proyecto y que va a depender de ellos de manera directa.
De nada sirve tener metas a largo plazo. La procrastinación, es decir, dejar las cosas para mañana y tener la sensación de tener tiempo de sobra van a ser constantes en el sentir general. Por eso es importante ir controlando los resultados de las acciones, de manera periódica, a través de las diferentes herramientas que las nuevas tecnologías ponen a disposición de los profesionales. Aplicando este método, las metas y objetivos serán más tangibles a corto plazo.
Saber dar una opinión y aportar consideraciones de manera constructiva es importante. El líder debe ser capaz de señalar los aspectos positivos del desempeño de las labores, pero también de indicar cuáles son las decisiones equivocadas dando una solución al problema. Así se estará premiando el trabajo bien hecho y, si hay algo que falle, podrá corregirse de manera inmediata.
Es similar al punto anterior, pero esta técnica va aún más allá. Reconociendo el trabajo de las personas, el resto del equipo podrá conocer cuál es el punto en el que se encuentran las misiones de todos.
Este reconocimiento no solo debe ser en forma de buenas palabras. También puede ser un premio en forma de mayor dotación económica, un día de descanso o programar actividades de ocio.
Como se puede ver, utilizar técnicas como estas va a mejorar el progreso y el rendimiento de las empresas. De esta manera, los equipos se sentirán más unidos y las personas más motivadas.