Los inventos surgen de la necesidad. Las tecnologías disruptivas son esas herramientas que se inventan para superar un obstáculo para poder mejorar la calidad de vida de las personas, el tiempo que dedican a su trabajo o su día a día. Desde el principio de los tiempos ha sido así, aunque en los últimos años la revolución en este sentido ha sido tal que las empresas deben renovarse cada muy poco tiempo para poder seguir siendo competitivas en el mercado.
Explicándolo de una manera muy básica, las disruptivas son aquellas tecnologías que, al aplicarlas, se rompe con todo lo establecido hasta el momento. Por ejemplo, el correo electrónico ha supuesto la eliminación de los envíos por correo postal y la desaparición del fax de las oficinas.
En los últimos años la revolución en este sentido ha sido tal que las empresas deben renovarse cada muy poco tiempo para poder seguir siendo competitivas en el mercado
La informática e Internet son en gran medida responsables del crecimiento de estas tecnologías en los últimos años. La digitalización de las tareas manuales, como por ejemplo el archivo de documentos, ha supuesto la desaparición de medios y profesiones más tradicionales.
Como se puede suponer, las tecnologías disruptivas tienen gran impacto tanto en la vida diaria como en el trabajo que desempeñan las personas. Estos ejemplos servirán para entenderlo:
Como se apunta anteriormente, toda tecnología disruptiva supone una mejora para la vida laboral o personal. En los últimos años se ha trabajado en dos grandes objetivos, como son el hacer más eficiente el trabajo o recorrer grandes distancias en menos tiempo, promoviendo las energías renovables y el cuidado del medioambiente.
Otra de las metas es el mejor aprovechamiento de los recursos en la industria, automatizando y analizando procesos, o el mejor acceso al conocimiento y a la información permitiendo la optimización del procesamiento de datos a través del el Big Data. Todo ello centrándose en la mejora de la calidad y en la mejora de las comunicaciones.
Ahora el reto no es seguir avanzando, si no conseguir que cada vez más personas puedan alcanzarlas y disfrutar de las ventajas que suponen
En el campo de la salud o de la ciencia, las tecnologías disruptivas ofrecen soluciones revolucionarias. La colaboración es el eje fundamental, abriéndose el uso de programas gracias al software libre.
Obviamente los «early adopters» de estas nuevas tecnologías deben apostar por el autoaprendizaje para poder utilizarlas, apareciendo nuevas salidas profesionales y nuevas profesiones.
Por supuesto, igual que se encuentran ventajas las tecnologías disruptivas también tienen algunos puntos en contra, como pueden ser la falta de acceso a ellas por parte de grandes grupos de población. Éstas personas se quedan atrás y la brecha digital cada vez se hace más y más grande.
Las últimas tecnologías también han supuesto el mayor aislamiento de las personas, la falta de comunicación cara a cara y la aparición de conceptos tales como la obsolescencia programada, algo que hace 100 años era prácticamente impensable. Los inventos se realizaban para que durasen en el tiempo, pero hoy en día están preparados para hacerlo solo mientras aparece una nueva tecnología más avanzada.
Aunque ya se han señalado algunos en párrafos anteriores, los ejemplos de tecnologías disruptivas son muy numerosos. En esta lista se recogen algunos de los más importantes en los últimos años:
Estas son solo algunas de las tecnologías disruptivas que prácticamente se utilizan en el día a día de los países más avanzados. Ahora el reto no está en seguir avanzando, si no en conseguir que cada vez más personas puedan alcanzarlas y disfrutar de las ventajas que suponen.