La automatización industrial tiene un objetivo primordial: conseguir ser más eficientes a partir del aumento de la productividad. Y siempre manteniendo (o incrementando, si es posible) la calidad del producto. A partir del uso de máquinas de robótica industrial y de sistemas tecnológicos que se implementan en los procesos de producción, la automatización industrial permite que las personas ya no tengan que hacer las tareas más repetitivas o mecánicas. Así se gana tiempo y se cometen menos errores humanos como consecuencia de despistes. Además, se alivia la carga de trabajo de los empleados.
En este sentido, la automatización industrial podría definirse como el uso de la robótica industrial o de sistemas tecnológicos. Eso sí, aquellos que realizan de forma automática los procesos de una empresa. Esto lo que permite es que los sistemas de producción se controlen y se monitoricen mediante tecnologías digitales. Así como que ciertas tareas que se realizaban hasta ese momento por personas pasen a ser automatizadas. En ese caso, pasa a hacerlas un robot, una máquina automática o un software informático.
Estos procesos permiten mejorar los tiempos de producción, la productividad y la calidad de todo el proceso. En definitiva, mejoran claramente la competitividad. Las posibles aplicaciones de la automatización industrial se extienden a empresas de todos los tamaños y sectores. Aunque su visibilidad es más acusada en ámbitos como la automoción, la alimentación o la metalurgia, así como en la industria química y farmacéutica. Porque en un mercado global en el que han aumentado las importaciones y las exportaciones de todo tipo de productos, la automatización en un elemento clave para ser competitivos y una herramienta muy potente para diferenciarse de la competencia.
Pero cuando hablamos de automatización industrial debemos distinguir entre tres tipos bien diferenciados con distintas características:
Los próximos años serán claves para la innovación y el desarrollo y generalización de la automatización de la robótica industrial, pero no podemos obviar el temor que todavía existe en relación al equilibrio entre la automatización y el futuro del empleo. ¿Qué se puede esperar, pues, de esta expansión de los procesos de automatización?
En la actualidad implementar en las empresas este tipo de procesos tiene unos objetivos muy claros:
Todo esto hace que aumente la productividad, se consiga una mayor rentabilidad empresarial y aumente el ROI. Pero debemos ser conscientes que nos encontramos con un mundo en constante evolución, por lo que los objetivos también evolucionan y se adaptan a las nuevas tendencias. Estas son algunas de las novedades tecnológicas que pueden marcar los procesos de automatización industrial los próximos años:
La automatización industrial siempre ha sido un campo de innovación para las empresas. Tecnologías como la robótica, el cloud, la Inteligencia Artificial, blockchain o IoT son cada vez más utilizadas, y esto está impulsando las aplicaciones industriales de la automatización. Las nuevas herramientas conectadas a las tecnologías inteligentes permitirán que estos procesos se expandan y alcancen nuevos niveles de producción.
Con la convergencia de todas estas innovaciones se están construyendo los cimientos para el próximo salto hacia la quinta revolución industrial. Para mantener e incrementar su competitividad, las empresas tendrán que acelerar la implementación de las nuevas tecnologías en el futuro, algo imprescindible para mantenerse a la vanguardia. Así pues, el siguiente paso de la automatización es la actualización de todos los avances tecnológicos para que puedan utilizarse como impulsores de la innovación.
Para crecer y generar más beneficios, las empresas siempre buscan la forma de crear herramientas que mejoren e impulsen la producción de sus productos. En este sentido la automatización industrial se erige como un proceso clave para crear sistemas tecnológicos que puedan producir más en menos tiempo, eliminar las tareas mecánicas o repetitivas, reducir cargas laborales y disminuir el margen de error en la producción. En definitiva, se consigue optimizar las áreas de producción de cualquier empresa o industria, y se generarán también nuevas oportunidades.
