El futuro máquina-humano es brillante, pero...
No hay duda de que la Inteligencia Artificial hará que los procesos sean más eficientes y se incremente la productividad en las empresas. Sin embargo, todavía son muchos quienes temen si seremos capaces de mantener un equilibrio entre la automatización y el futuro del empleo.
Una vez integrada la automatización del trabajo, ¿transformará por completo las habilidades profesionales? ¿Será la responsable de que los modelos de negocio sean realmente competitivos? ¿Supondrá el fin de los perfiles humanos?
La automatización del trabajo implica la transferencia de ciertas tareas de producción de la empresa, de manera que se optimicen y se incremente la calidad y la velocidad de producción en serie. Así, dejan de realizarlas los operarios para pasar a formar parte de las órdenes dadas a elementos tecnológicos.
No cabe duda de que el fenómeno de la automatización de procesos, especialmente en las fábricas, es imparable. Según la Asociación Española de Robótica y Automatización Tecnologías de la Producción, España ocupa el puesto número 11 a nivel mundial en la robotización de procesos del día a día.
¿Debemos temer entonces por nuestros trabajos? Los expertos insisten: no.
Gracias a la automatización, hoy los profesionales de cualquier organización pueden centrarse en mejorar habilidades como la comunicación, negociación, resiliencia, colaboración…
«Hablar de automatización e Inteligencia Artificial ya no es nuevo. Es una realidad. De hecho, la automatización en los puestos de trabajo ha existido desde la primera revolución industrial. Simplemente que ahora, los software inteligentes y la robótica avanzan de manera vertiginosa, incomparable a revoluciones pasadas», advierte Elena Giménez, Directora de Speexx España.
Basta de miedos. Ante este nuevo escenario, que transforma las formas de trabajo más allá de la fabricación industrial, hay que ver los aspectos positivos para los trabajadores. Muchos más de los que creemos.
«Debemos pensar que, precisamente gracias a la automatización, hoy los profesionales de cualquier organización pueden centrarse en mejorar habilidades como la comunicación, negociación, resiliencia, colaboración, etc.», recuerda la experta.
Habilidades que, como señalan desde la compañía especializada en formación en idiomas que recientemente acaba de publicar un White Paper sobre el impacto de la automatización en la cultura y organización de las empresas, son y serán mucho más necesarias que hacer un trabajo robótico. ¿O no?
«A medida que la tecnología inteligente automatiza la función de colaboradores con tareas más repetitivas y administrativas, incluso de perfiles con responsabilidad de equipo, están surgiendo nuevos perfiles de colaboradores.
«Nuevos perfiles profesionales para los que las llamadas ‘soft skills’ van a ser importantes desde el inicio: desde la entrevista al onboarding», explica Roberto Martín, Head and Digital Marketing and Growth de Speexx.
Es más, hablamos de unas habilidades que ya están incorporadas en los procesos de selección de algunas de las más importantes compañías del mundo, “por encima incluso de las calificaciones académicas o títulos”. ¿Cuáles son esos ‘soft skills’?
Desde Speexx señalan algunas de las habilidades clave con esencia puramente humana que necesitaremos para sobrevivir (laboralmente) en la era de las máquinas.
No es algo nuevo. Pero ahora el clásico ‘nivel intermedio’ desaparece de los currículums.
Hasta hace poco, el tema del dominio de un segundo idioma se consideraba un ‘nice to have’ (en el mundo anglosajón) o ‘deseable’ (en el mundo español). “Hoy en día, tanto en grandes organizaciones globales como en startups las habilidades de comunicación en otro idioma puede marcar la diferencia”, advierten desde Speexx.
Si las habilidades del futuro más demandadas (ya en el presente) giran en torno a la actitud, la comunicación y la adaptación a un mundo en continuo cambio. ¿Cambiarán las prioridades de las empresas en los últimos años al incorporar la automatización del trabajo?
Aunque la respuesta a esta cuestión puede discernir según el contexto de cada organización, empieza a cobrar protagonismo un concepto que ya está marcando a los profesionales: la capacidad de seguir aprendiendo.
Entramos en la era del lifelong learning. O lo que es lo mismo, la apuesta por el aprendizaje continuo y el compromiso por parte de profesionales y empresas con el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
¿El gran reto de la automatización? Adquirir el placer del conocimiento. Se buscan talentos capaces de adquirir nuevas habilidades que les ayuden -a ellos y a sus compañías- a sobrevivir en un entorno de cambio constante.
El problema, lejos del miedo a que los robots nos quiten el empleo, es no saber cuáles son las habilidades que necesitamos adquirir. Y esta indeterminación paraliza la evolución de muchas empresas ante el futuro de la automatización.
“Lo mejor es tener un enfoque transparente, crear un ambiente de oferta y demanda de conocimiento, donde los empleados sepan qué habilidades se demandan y por qué estas son importantes para el éxito empresarial”, recomienda Martín.