Brainstorming o lluvia de ideas es una reunión de un grupo de trabajo o de los miembros de una organización con la finalidad de solucionar un problema. Durante este tipo de reuniones se fomenta la creatividad individual o colectiva, se implantan acciones, se analizan problemas y se encuentran soluciones, además de que propician un ambiente de trabajo más cómodo y sin tensiones.
Este anglicismo deriva de la conjunción de dos palabras: brain, que significa cerebro, y storm, que quiere decir tempestad. Cuando se habla de brainstorming se hace referencia a una herramienta para desarrollar un trabajo grupal que hace más sencillo obtener nuevas ideas sobre un problema concreto. Con ella se generan originales ideas en un ambiente distendido y relajado.
Es una herramienta para desarrollar un trabajo grupal que hace más sencillo obtener nuevas ideas sobre un problema concreto
Su creador fue Alex Osborne, en 1941, cuando persiguiendo nuevas y creativas ideas realizó un grupo estructurado e interactivo que producía más y de mejor calidad que las que se generaban al trabajar de forma individual. Con estas reuniones se tenía la posibilidad de realizar sugerencias sobre determinados asuntos y se aprovechaba al máximo la capacidad creativa de cada participante.
Para que una lluvia de ideas pueda tener unos buenos resultados es necesario prestar atención tanto a la composición del grupo como a la moderación o dirección de la reunión.
Para ello lo mejor es contar con un veterano que pueda ordenar, preparar, moderar, controlar y dirigir la reunión. El responsable debe controlar y motivar a los asistentes si no se quiere que el brainstorming caiga en saco roto y sea una auténtica pérdida de tiempo.
Es bueno que se incorporen a este tipo de reuniones personas que están vinculadas a otros departamentos de la empresa. Ellos podrán aportar soluciones a los problemas que se aborden desde una óptica diferente. Si participan los expertos en el tema o si están demasiado involucrados en el objetivo de la reunión, serán contraproducentes, ya que las ideas que se generen serán similares a los patrones que se pretenden evitar.
Si se pretende que la reunión sea eficaz no se deben pasar por alto los siguientes seis puntos:
Aunque en una sesión de brainstorming se lanza cualquier tipo de idea sin ningún filtro, es necesario tener un punto de partida para poder encarar y resolver un determinado problema.
Por ello, hay que fijar cuál es el objetivo de la reunión, qué tipos de objetivos se pretenden cubrir, cuáles hay que conseguir y otros que pueden ser interesantes, pero que tendrán un papel secundario.
Si existen una gran cantidad de objetivos primordiales, lo más conveniente sería realizar varias reuniones para abordarlos en exclusiva.
El moderador de la reunión ha de encargarse de que los asistentes conozcan el procedimiento, las reglas y el problema. Cada uno de ellos debe tener una hoja de papel en blanco, un bolígrafo y escribir todas las ideas que se le pasen por la cabeza sin pensar en lo que pueden pensar los demás o en lo que están escribiendo los demás.
Una vez que todos han escrito sus ideas en sus hojas, hay que organizarlas con cierta lógica para optimizar el tiempo y no hablar varias veces de lo mismo.
Tras la organización es necesario que cada asistente exponga sus ideas sin debatirlas, juzgarlas o criticarlas. Mientras se exponen, se pueden anotar las ideas que surjan a raíz de las que aporten los compañeros y se podrán exponer con posterioridad.
Una vez expuestas todas las ideas hay que proceder a analizar la viabilidad y a la eliminación de aquellas que no encajen con el objetivo que se persigue, o bien que sean muy reiterativas.
Hay que fijar cuál es el objetivo de la reunión, qué tipos de objetivos se pretenden cubrir, cuáles hay que conseguir y otros que pueden ser interesantes
Los miembros del grupo deben votar las mejores y elaborar una lista con las consideradas más adecuadas, que no debe contener más de un 33 % del total de las ideas expuestas. Se eliminarán las menos votadas y se votará entre las mejor valoradas. En caso de que no haya una idea ganadora, sería necesario volver a votar o mantener un debate sobre las ideas restantes hasta dar con la que mejor responda al objeto de la reunión.
Una vez seleccionadas las ideas más atractivas, se debe crear con ellas una solución global que facilite la resolución al problema que se plantea. En caso de que haya únicamente una idea más votada, se decidirá cómo implementarla, pero en caso de que existan varias, será necesario fusionarlas para encontrar un plan concreto que llevar a cabo.
El objetivo de un brainstorming o lluvia de ideas en una empresa es que el grupo pueda idear diferentes soluciones a una situación para solventar un problema concreto. Aunque es importante no valorar las ideas hasta que finalice la reunión.