Los últimos años de investigaciones demuestran que la creación de redes profesionales y el fortalecimiento de las conexiones con los demás es de vital importancia para el éxito laboral. Sin embargo, la mayor parte de la gente teme enfrentarse a eventos y un alto porcentaje admite tener problemas a la hora de desenvolverse en espacios de networking. Al parecer, al ser humano le incomoda profundamente mantener una conversación con personas desconocidas y por eso huye de cualquier tipo de evento en el que este sea el principal objetivo.
En el estudio titulado The Contaminating Effects of Building Instrumental Ties publicado en SAGE Journals se identifican varios factores que pueden determinar si una persona es más o menos proclive a los eventos sociales de networking:
El surgimiento del networking sería un instrumento más para comprender que la manera de actuar en público enfatiza la naturaleza del comportamiento individual en la estructura social. El networking crea un sistema de contactos que se considera crucial para la carrera y el éxito personal pero, si el individuo no se siente cómodo en él, será imposible aumentar su exposición a las mejoras laborales.
Para luchar contra uno mismo y dejar a un lado los condicionamientos personales que impiden disfrutar de las ventajas del networking, el Harvard Business Review publicó un artículo titulado ‘Learn to love networking’ –‘Aprender a amar el networking’– en el que explicaba algunos trucos. Según el texto, la forma en que uno mismo se enfrente al networking es solo cuestión del enfoque mental con el que se interprete. Estas serían las cuatro estrategias propuestas por el HBR para dejar la vergüenza atrás.
El artículo apuesta por interpretar el networking como un utilísimo instrumento para promocionarse profesionalmente. Si el usuario logra concentrarse en los aspectos positivos de ampliar su red de contactos, le será más fácil superar los obstáculos personales que se interponen en su camino.
A veces, la vergüenza por hablar con desconocidos es muy intensa. Sin embargo, es más sencilla de vencer si se piensa que nuestros interlocutores tienen los mismos intereses que nosotros. No se harán silencios incómodos porque todos conocen temáticas y materias que les unen y sirven de conexión en el diálogo.
Cuando la asistencia a un evento de networking está impulsada por intereses sustanciales y compartidos que se han identificado a través de una investigación previa, será mucho más probable que las relaciones que se establezcan sean más sólidas y de calidad.
A la hora de asistir a eventos de networking es fundamental haber asimilado que también nosotros tenemos algo que aportar. No solo el restos de participantes en el acto nos ayudarán a desarrollar nuestra carrera, sino que también nuestra propia experiencia puede hacer que otros aprendan o sea valiosa para terceros.
Incluso aquellos con menor rango y puestos de menor responsabilidad pueden ofrecer más de lo que creen. En el libro ‘Influence Without Authority’ –firmado por Allan Cohen y David Bradford– se deja ver que la mayoría de la gente tiende a infravalorar los recursos que otros podrían valorar. Se enfocan en cosas tangibles relacionadas con tareas tales como dinero, conexiones sociales, soporte técnico e información, mientras ignoran activos menos obvios como gratitud, reconocimiento y reputación mejorada.
Encuadrando el networking dentro de un objetivo que exceda el personal –como, por ejemplo, lograr beneficios para la empresa en la que se trabaja– puede ayudar a vencer los condicionamientos personales. Se trata de superar el sentimiento de que es egocéntrico e indecoroso exponerse en público y trabajar sobre la idea de que la visibilidad es buena tanto para la persona que la practica como para la compañía.