En los últimos ocho años, desde Ihobe se han impulsado más de 200 proyectos industriales de ecoinnovación circular, con un presupuesto público de 7 millones de euros.
Los principales ámbitos que han promovido estos proyectos, con un enfoque de ciclo de vida, son el ecodiseño de equipos, maquinaria y movilidad; el ecodiseño de envases; la remanufactura y reparación avanzada; la servitización para la durabilidad; las mejores técnicas disponibles; y la circularidad en metales, plásticos y materiales de construcción. Casi una cuarta parte de los proyectos impulsados ya comercializa los nuevos productos y servicios desarrollados o, en su caso, ha optimizado los procesos productivos o de reciclaje.
Casi una cuarta parte de los proyectos impulsados ya comercializa los nuevos productos y servicios desarrollados
Los resultados de esta línea de trabajo entre el Gobierno Vasco y las empresas prevén en los próximos tres años una facturación anual adicional de 130 millones de euros, 22 nuevas líneas de negocio, casi 200 nuevos empleos, 228.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero reducidas y más de 300.000 toneladas anuales de residuos no vertidos. Por cada euro público invertido, se ha movilizado una facturación anual adicional de 21 euros en el mercado privado.
Basándose en el acompañamiento y la escucha a estas 200 organizaciones durante estos años, Ihobe comparte las 5 razones por las que las empresas consideran imprescindible la colaboración público-privada en el ámbito de la economía circular.
En el marco del Pacto Verde Europeo, se están desarrollando numerosos instrumentos verdes novedosos como las recién aprobadas “Iniciativa de Producto Sostenible” (SPI) o la nueva directiva IED que impulsa las Mejores Técnicas Disponibles en la industria. El proceso de preevaluación, diseño, negociación, aprobación y despliegue de estos instrumentos suele durar entre 5 y 10 años. Estos instrumentos cambian las reglas de mercado a través de reglamentos, estándares o protocolos obligatorios.
La mayoría de las empresas no consigue estimar las implicaciones de los nuevos instrumentos debido a su complejidad y eso conduce a que, a veces, se escapen oportunidades por no anticiparse a un instrumento que, por lo general, se conoce más detalladamente en el sector público. Como muestra, un 55% de los proyectos apoyados por Ihobe se anticipa a las nuevas regulaciones de reciclaje de residuos, un 30% a la Directiva de Mejores Técnicas Disponibles, un 25% a la estrategia europea de plásticos y un 20% a los reglamentos de ecodiseño.
El sector público no solo maneja grandes cantidades de información ambiental, sino también de información empresarial debido a los numerosos trámites ambientales que realiza. Además, conoce personalmente a los directivos y las empresas con las que tienen una relación administrativa de confianza. La mayoría de las empresas se desenvuelve bien en su cadena de valor, pero desconoce y no tiene apenas acceso a los agentes del resto de los sectores. Cerca del 30% de nuestros proyectos han establecido relaciones de colaboración entre empresas de acuerdo a las sugerencias y contactos facilitados por Ihobe.
Es importante acertar en la apuesta por la ecoinnovación. En el marco del Plan Vasco de Ciencia y Tecnología fomentamos, con la participación de la oferta tecnológica, las empresas y el sector público, la priorización de la ecoinnovación en ámbitos retadores que acelerarían la transición circular de modo integral y colaborativo. En la actualidad ya tenemos mapeadas 100 oportunidades innovadoras menores y, sobre todo, 12 oportunidades retadoras, cada una de las cuales podría facturar aproximadamente 100 millones de euros a 2030 apostando por la ecoinnovación.
El diálogo temprano entre la administración ambiental competente y las empresas posibilita enfocar correctamente pruebas preindustriales para que la información necesaria para posteriores trámites ambientales (como la Autorización Ambiental Integrada) sea la adecuada y se prepare anticipadamente, evitando así cualquier retraso en los plazos de ejecución de la solución empresarial.
La divulgación de experiencias y resultados de ecoinnovación circular por parte del sector público complementa la acción comercial de las empresas. En el caso de Ihobe, el seguimiento cercano de los proyectos permite avalar los resultados de acuerdo con métodos y métricas reconocidas internacionalmente, evitando así el greenwashing o blanqueo verde.
Trabajar codo a codo, más allá de la propia financiación a proyectos, con las empresas vascas en materia de ecoinnovación circular, nos ha confirmado acerca de la relevancia de la colaboración público-privada para generar nuevos productos, servicios y procesos industriales más verdes.
