Como en toda revolución, junto al asombro por lo vivido con la IA, surgen incógnitas e incertidumbres acerca de cómo afecta la IA al empleo y sus consecuencias en el mercado laboral. El Foro Económico Mundial prevé que ya en este 2025 la IA reemplace 85 millones de puestos de trabajo. En los próximos tres años, Gartner considera neutral el balance de empleo que dejará la IA, con pérdida de roles, pero también la aparición de nuevas oportunidades. Gartner prevé que a escala global se crearán unos 500 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos diez años, mientras que McKinsey es incluso más optimista, cifrándolo en 700 millones hasta 2030.
Si extendemos la mirada más allá, PwC estima que para mediados de la próxima década el 30% de los empleos será automatizable. En España, Randstad prevé que hasta 2033 la inteligencia artificial creará 1,61 millones de puestos de trabajo, pero destruirá 2 millones, lo que supondrá una pérdida de casi 400.000 empleos. Actividades comerciales, hostelería y tareas administrativas serán las profesiones con mayor destrucción de puestos de trabajo.
Teniendo en cuenta lo anterior, y sumado a un entorno VUCA como el actual, los expertos alertan de que la vida media de un rol profesional actual está por debajo de los cinco años, y en el sector tecnológico con avances tan exponenciales como el de la IA, este período se reduce a tan solo 2,5 años. Un fenómeno que, sin duda, subraya la urgencia de adoptar estrategias de reskilling y upskilling.
En este sentido, además de puestos técnicos como ingenieros de aprendizaje automático o desarrolladores, la IA abrirá un abanico de posibilidades para profesionales de diversas áreas. Por ejemplo, especialistas en ética de IA, quienes evalúan los sistemas de IA para asegurar que operen de manera justa y sin sesgos; curadores de datos, responsables de la calidad y relevancia del conjunto de datos que alimenta a la IA; y expertos en interfaz humano-máquina, que diseñan las interacciones entre los usuarios y las inteligencias artificiales para que sean intuitivas y efectivas.
Por su parte, la demanda de formadores de IA, encargados de enseñar a los sistemas generativos a realizar tareas específicas sin requerir codificación compleja, irá en aumento.
Pero, ¿cómo afecta la IA al empleo realmente? Y sobre todo, ¿qué acciones serán clave para lograr con éxito el tan necesario reskilling ?
Para las empresas:
1. Flexibilidad en la evaluación de necesidades de habilidades futuras. Realizar un análisis exhaustivo, identificando tanto la necesidad en roles técnicos como en roles que requieran habilidades interpersonales y creativas.
2. Desarrollo de planes de aprendizaje personalizados. Es crucial ofrecer planes de aprendizaje personalizados a cada profesional o puesto o cambio de puesto requerido.
3. Fomento de una cultura de aprendizaje continuo. Mediante la asignación de tiempo durante las horas de trabajo para la capacitación y el desarrollo, así como ofreciendo incentivos.
Para los profesionales:
1. Adopción de una mentalidad de crecimiento. Los profesionales deben aprender nuevas habilidades de manera constante, así como adoptar una mentalidad de crecimiento.
2. Identificación de habilidades transferibles. Es el caso de la resolución de problemas, el pensamiento crítico o la creatividad. Las tres son y serán altamente valoradas.
3. Participación en oportunidades de aprendizaje. Tanto las instituciones académicas como plataformas de aprendizaje ofrecen una amplia gama de cursos y certificados en conocimientos técnicos, pero también competencias blandas muy necesarias.
4. Construcción de una red profesional en el campo de la IA. Participar en conferencias, seminarios web y foros puede ayudar a expandir esta red.