Habitualmente aquellas personas que dirigen equipos se ven en la situación de tener que transmitir diferentes mensajes a los mismos. Claro que cuando no estamos de acuerdo, para la inmensa mayoría de los mortales, la cosa se complica… ¿Cómo dar feedback negativo?
Para afrontar estas situaciones es fundamental contar con buenas habilidades comunicativas, tanto para dar feedback positivo como para trasladar el negativo, lo cual resulta a menudo mucho más complicado.
Cuando vayamos a dar un comentario negativo es importante que tengamos una actitud abierta y flexible, pues quizá algunas de las causas del problema vengan dadas por nuestra parte o de la propia organización. Además si queremos que nuestros trabajadores estén comprometidos es importante que reciban un buen ejemplo por parte de sus superiores. Toma nota de estos 7 consejos para transmitir un mensaje negativo.
A la hora de mantener una conversación difícil con otra persona, es importante prepararla antes y tomar nota de algunas recomendaciones para que se transmita bien el mensaje y no se perciba como un ataque.
Escoger un lugar donde ambos interlocutores se sientan cómodos será esencial, pues los aspectos no verbales cobran especial importancia en este tipo de situaciones. Lo ideal será adaptar una postura y expresión verbal abierta al diálogo.
No olvidemos que el fin de este tipo de conversaciones es mejorar y que las personas sepan cómo hacer su trabajo de mejor manera y una forma más productiva. Además, con esta entrada, conseguiremos que la otra persona se relaje y esté abierta a escuchar.
Si el objetivo es mejorar la comunicación y hacer hincapié en diferentes aspectos de mejora, es importante poner atención en lo que tiene que decir el interlocutor. Escuchando sus motivos, razones o alegatos conseguiremos una conversación útil y fluida en la que podremos exponer aspectos de mejora y conocer el otro punto de vista.
Se trata de ponerse en el lugar del otro para poder comprender sus problemas desde una perspectiva diferente. Este punto está directamente relacionado con el anterior pues es de especial relevancia escuchar primero y hacer los comentarios a posteriori. Para que esto ocurra también es importante dejar espacio para el diálogo, es decir, transmitir el malestar es nuestro objetivo pero escuchar al interlocutor nos puede ayudar a encontrar la solución.
Una vez encontrado el punto de mejora y explicado a la otra persona, es aconsejable que se expongan diferentes recomendaciones de cambio. Pueden ser consensuadas por ambas partes o pueden exponerse directamente si sabemos cómo mejorarlo.
Hay que debatir sobre los temas, nunca sobre las personas, siempre debemos evitar entrar en calificaciones personales, los juicios y las suposiciones; es fundamental limitarnos a hablar sobre los hechos. El mensaje debe centrarse en las acciones que se quieren cambiar, sin criticar el comportamiento o acciones de la persona.
Ir al foco del problema, sin dar demasiados rodeos. Si bien, esto no significa que tengamos que ser duros con nuestro mensaje ni transmitirlo con malas palabras: todo lo contrario. Simplemente se trata de transmitir, con buenas palabras, aquellos puntos en los que se quiere que el interlocutor mejore o cambie una actitud.
Si el mensaje no es claro se corre el peligro de que no se entienda y, en consecuencia, no se corrija.
Lo realmente importante de estas conversaciones es conseguir que el mensaje se perciba correctamente, sin lugar a dobles interpretaciones. Para ello es importante terminar la conversación de una manera respetuosa y teniendo claro que la otra persona ha expresado todo lo que necesitaba, de esta forma evitaremos malos entendidos y problemas posteriores.