La confianza es un factor clave en todos los aspectos de nuestra vida. Demandamos confianza en las actividades e inversiones que realizamos, en los productos que adquirimos, los servicios que contratamos y por supuesto, en las relaciones que establecemos. Además no depende de nosotros mismos, sino que nos la otorgan los demás. Es algo que se gana poco a poco y puede destruirse en tan solo un instante.
Muchas personas tardan toda una vida en construir una reputación que se pierde en menos de una hora. La pregunta es si esto es algo inevitable o simplemente sucede sin más. Os diré algo esperanzador al respecto, en nuestra mano está construir y mantener la confianza, o lo que es lo mismo, resultar confiables a la hora de relacionarnos.
Todo el mundo valora el hecho de trabajar con personas en las que puedan confiar. Si fuera de otra forma, el entorno laboral sería aún más estresante. Los vínculos que se establecen en base a la confianza son sólidos y duraderos, lo que nos permite construir relaciones profesionales más productivas y satisfactorias. Esto es así ya que, a pesar de no necesariamente sentir afecto por la otra persona, la confianza es lo que nos permite saber que no nos perjudicarán, ni obstaculizarán nuestro desarrollo. Es por tanto, la base para crear equipos sólidos y una cultura de trabajo positiva.
El motor de la confianza para inspirar a un equipo de trabajo, se activa a través de tres generadores fundamentales, el conocimiento, la integridad y la empatía.
Un factor que permite al líder conseguir la confianza de su equipo es estár bien informado y conocer los aspectos técnicos del trabajo que desarrolla dicho equipo. Lo que se traduce en que:
Otro elemento que hace al líder transparente es la integridad. A las personas nos gusta la transparencia, en consecuencia ésta contribuye a desarrollar confianza. La integridad sucede cuando hay una alineación entre lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace. El ejercicio del liderazgo desde esta perspectiva implica:
El último elemento en el que se basa la confianza es en la capacidad del líder para generar relaciones positivas con otras personas y equipos, desarrollando sus habilidades para conectar y gustar a los demás, lo que implica:
Este último generador es esencial, ya que a los líderes se les puede permitir alguna incoherencia, pero si las relaciones se dañan o nunca se establecieron por una falta de empatía, es muy complicado construir desde la confianza.
Ya no cabe ninguna duda de que un factor clave para el éxito empresarial es que las relaciones interpersonales sean gestionadas de forma estratégica. En un entorno en el que los equipos humanos cada vez son más competitivos y exigentes, el ejercicio del liderazgo se convierte en un reto difícil, donde solo es posible desarrollar a las personas desde la confianza y la influencia positiva. Cuanta más confianza haya en los vínculos que establecemos con otras personas, más sanos, estables y duraderos serán esos vínculos.