«¿Crowdfunding qué es?», es una pregunta que se hacen numerosos empresarios a la hora de buscar financiación para su proyecto.
Su traducción al español es micromecenazgo. Por lo que, consiste en recibir pequeñas aportaciones de inversores que depositan su confianza en el proyecto.
Para entender este innovador concepto de financiación es necesario conocer su origen. Las primeras campañas de crowdfunding se remontan a finales del siglo XX, coincidiendo con el desarrollo y la expansión de Internet.
Algunos de los primeros casos fueron realizados por grupos musicales como Extremoduro en España o Marillion en EEUU para financiar el lanzamiento de su nuevo disco y una gira, respectivamente.
Posteriormente, este método de financiación fue utilizado por pequeñas compañías cinematográficas, organizaciones no gubernamentales y, finalmente, pequeños empresarios que buscaban alternativas a los métodos tradicionales de financiación para lanzar sus startups.
En 2016 se recaudaron un total de 113.571.990 euros por crowdfunding, lo que supone un incremento porcentual del 116,09% respecto a 2015
Así pues, existen varios tipos de micromecenazgos. El más conocido a día de hoy es el comercial, que busca financiación para una idea o negocio. Sin embargo, los que mayor crecimiento han experimentado en los últimos años son el musical y el solidario (ONG o asociaciones que buscan recaudar dinero para una causa benéfica).
Finalmente, también existe el micromecenazgo personal, que va dirigido a recibir aportaciones para proyectos de ocio (viajes y regalos principalmente).
En nuestro país, el crowdfunding está regulado por el título V de la Ley 5/2015 del 27 de abril y recoge las condiciones que deben de seguir las plataformas de financiación participativa, que es el nombre oficial.
Desde entonces, los datos oficiales son recogidos en el informe anual de Universo Crowdfunding, que realiza en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid.
Este informe agrupa los datos obtenidos de las diferentes plataformas online habilitadas para llevar a cabo las campañas, para así obtener unos datos globales sobre el uso de este método de financiación.
Acorde a los últimos informes publicados, en 2016 se recaudaron un total de 113.571.990 euros por crowdfunding contando todas las categorías. Esta cantidad supone un incremento porcentual del 116,09% respecto al año 2015.
Esta tasa de crecimiento aumentó ligeramente durante el 2017, viendo además un repunte en el número de españoles que contribuyeron a este tipo de campañas, con un porcentaje de la población superior a otros países de la Unión Europea.
Cada año se lanzan miles de campañas de este tipo, aunque no todas consiguen su objetivo. En base a estos ejemplos, no existe una única clave del éxito, aunque por lo general las campañas que logran mayores recaudaciones son aquellas que consiguen más exposición mediática (el partido político Podemos superó los 100.000 euros en 2014).
Otros ejemplos son:
Ante las dificultades de obtener acceso a la financiación convencional, el crowdfunding se presenta como una alternativa muy atractiva. En el plano empresarial, existen muchos inversores dispuestos a apoyar económicamente aquellas ideas que consideran que tienen un buen futuro, especialmente en el área de la tecnología. De hecho, varias de las aplicaciones móviles para teléfonos inteligentes nacieron de esta manera.
Para conseguir la financiación es importante ser transparentes a la hora de presentar el proyecto, de manera que se transmita confianza al inversor.
Para ello, se recomienda dar una explicación lo más detallada posible del mismo, incluyendo fases y plazos aproximados, que ayuden a consolidarlo y legitimarlo, pues el inversor puede ser partícipe del proyecto desde un principio para no llevarse sorpresas desagradables.
Uno de los puntos fuertes de optar por el crowdfunding es que es una fuente de ingresos con durabilidad variable y flexible según las necesidades del emprendedor
Otro de los puntos fuertes de optar por el crowdfunding es que es una fuente de ingresos con durabilidad variable y flexible según las necesidades del emprendedor.
Así pues, existen algunos proyectos que únicamente requieren de una financiación inicial para ponerlo en marcha, pero otros pueden hacer del micromecenazgo una fuente de ingresos sostenible y continua en el tiempo. Basta con demostrar a las personas que participan en la financiación la estabilidad del negocio, de manera que sigan aportando dinero.
En conclusión, el crowdfunding es una alternativa más para obtener financiación, no solo empresarial, sino también para causas benéficas o actividades personales.
Los numerosos casos de éxito que surgen de esta forma de financiación demuestran que es una buena opción, pero no hay que olvidar que solo un pequeño porcentaje de todas las campañas presentadas acaba logrando la confianza del público y logra cumplir el objetivo de reunir fondos.
