7 Congreso de Directivos
LA NUEVA EMPRESA GLOBAL
La globalización y la revolución digital han transformado el panorama empresarial de manera irreversible, introduciendo una elevada complejidad y velocidad en la toma de decisiones. La nueva era de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) se centra en definir y aportar soluciones a los desafíos a los que se enfrentan los liderazgo empresarial en este entorno, donde ya no pueden depender de las fórmulas tradicionales de gestión que fueron efectivas en generaciones pasadas.
Con casi 70 años de trayectoria, APD ha sido pionera en la formación de líderes, adaptándose a las necesidades cambiantes del entorno empresarial. Su misión, impulsar y actualizar la formación y la información de los directivos de empresas y de los empresarios a través de actividades de difusión del conocimiento, capacitación y mejora profesional, responde a la necesidad de ayudar a los líderes a adaptarse a un entorno de cambios rápidos y constantes. Uno de los pilares de este nuevo enfoque de liderazgo es la necesidad de formación continua y acceso a asesoramiento en diversas áreas del negocio.
Los líderes empresariales ya no pueden centrarse únicamente en la gestión financiera o en los recursos humanos; deben ser multidisciplinarios y flexibles
APD se compromete a fomentar el desarrollo profesional y personal de los líderes empresariales, apoyando su crecimiento a través de programas de formación de alta calidad y a poner a su disposición una amplia red de contactos que enriquece la experiencia de sus socios. En este contexto, los líderes empresariales ya no pueden centrarse únicamente en la gestión financiera o en los recursos humanos; deben ser multidisciplinarios y flexibles. La colaboración entre áreas y públicos objetivo se ha convertido en un valor esencial en la gestión empresarial moderna, lo que implica un cambio hacia un estilo de liderazgo más cooperativo, donde el trabajo en equipo y la capacidad de gestionar talentos diversos son fundamentales para el éxito.
Frente a estos desafíos, APD fortalece su oferta de formación y asesoramiento, reafirmando su misión de apoyar a los líderes empresariales en su desarrollo profesional. Así, los nuevos modelos del liderazgo global será el eje central en el 7 Congreso APD de Directivos, que ofrecerá un espacio de debate donde líderes y expertos internacionales de diversos sectores se reunirán para compartir conocimientos y experiencias con el objetivo de mejorar sus habilidades directivas en un entorno empresarial cada vez más exigente.
El congreso, que tendrá lugar en Santiago de Compostela el 20 y 21 de noviembre de 2024, marca un hito para APD y sus socios, impulsando su compromiso con la formación de líderes capaces de afrontar los retos actuales y futuros, y aportando ideas eficaces para la modernización del país. Sin duda, mejores directivos contribuyen a generar mejores empresas y una mejor sociedad.
Uno de los puntos clave que se abordarán en el 7 Congreso Directivos de APD es la necesidad de que los líderes empresariales actuales aprendan a cribar el exceso de información al que están expuestos. La revolución digital ha generado una sobrecarga de datos provenientes de redes sociales, medios de comunicación y otras fuentes, lo que dificulta la tarea distinguir la información valiosa de la que no lo es entre toda lo que generan sus públicos objetivo.
Es por ello que la habilidad de transformar esta enorme cantidad de datos en conocimiento útil se ha convertido en una competencia principal para todos los directivos y que, esta capacidad de análisis, es ya una de las primeras tareas que debe dominar un líder para poder tomar decisiones informadas y estratégicas.
Con la mirada puesta en el mundo que rodea sus alianzas, sus competidores y sus clientes, el líder no solo depende de su capacidad para manejar información, sino también de su habilidad para formar equipos amplios y plurales, donde las distintas especialidades y conocimientos se integren bajo su dirección. Los directivos ya no pueden limitarse a contar únicamente con especialistas en finanzas, ventas y recursos humanos.
Además, a menudo deben tomar decisiones sobre cuándo externalizar ciertos servicios y cuándo mantenerlos in-house, algo que impacta de forma directa en la cuenta de resultados. La agilidad en el análisis de situaciones cambiantes y en la toma de decisiones debe ser una característica fundamental que el líder exija, no solo a sí mismo, sino también a sus equipos. Es así como la colaboración se convierte en una ventaja competitiva, permitiendo que los equipos diversos y coordinados se adapten de manera más efectiva a los cambios del mercado global.
Otro de los grandes desafíos del liderazgo empresarial actual es la lucha por la competitividad en un entorno globalizado en el que las empresas ya no pueden limitarse por posicionarse como las más baratas. Adoptar una estrategia basada en precios conlleva riesgos significativos, ya que siempre existirán empresas con menores costes operativos.
Una marca sólida actúa como un distintivo diferenciador, facilitando el reconocimiento y la valoración tanto por parte de los empleados como de los clientes
En cambio, las organizaciones deben enfocarse en ofrecer un valor añadido. Esto implica hacer las cosas mejor que sus competidores, lo que a su vez requiere una inversión continua en tecnología, innovación, formación y una activa implicación de los empleados, promoviendo un sentido de pertenencia y compromiso en el equipo. Esta estrategia trata de convertir a los públicos en fans de sus marcas, consiguiendo así prescriptores confiables que dimensionan el crecimiento de las compañías.
Hoy en día, son imprescindibles dos decisiones estratégicas que los líderes empresariales deben integrar en su modelo de negocio: la apuesta por una sostenibilidad viable, y la consideración de las necesidades de todos los públicos: accionistas, empleados, proveedores, clientes y la sociedad en su conjunto.
Esto es crucial, ya que las decisiones empresariales no pueden tomarse en un vacío, ignorando su impacto en el entorno. APD continúa siendo un referente clave en el apoyo y formación de líderes comprometidos con su propósito y valores, preparando a las empresas para los retos de esta nueva era, impulsando la dirección empresarial y construyendo un futuro más responsable.
Finalmente, el esfuerzo de liderazgo compartido y comprometido debe reflejarse en la marca de la empresa. Una marca sólida actúa como un distintivo diferenciador, facilitando el reconocimiento y la valoración tanto por parte de los empleados como de los clientes. La marca debe ser el reflejo del conjunto de decisiones y estrategias impulsadas por un líder moderno, y su valor reside en la coherencia entre lo que la empresa comunica y lo que efectivamente realiza. Cuando los empleados se sienten parte de una misión definida, clara, y de largo recorrido y los clientes perciben ese compromiso, la marca se convierte en un activo invaluable para la empresa.
La agilidad en el análisis de situaciones cambiantes y en la toma de decisiones debe ser una característica fundamental que el líder exija, no solo a sí mismo, sino también a sus equipos
En definitiva, el liderazgo empresarial en la era de la globalización y la revolución digital exige una combinación de habilidades técnicas, adaptabilidad y una visión clara. Los líderes deben ser capaces de gestionar la complejidad, impulsar la innovación y promover la sostenibilidad viable, además de crear equipos diversos y efectivos. Solo de esta manera podrán asegurar el éxito a largo plazo en un entorno global cada vez más competitivo.