“La mejora económica es una realidad que se percibe por todos los indicadores cuantitativos y cualitativos». Son palabras del ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, durante el almuerzo-coloquio ‘El papel de España en la refundación de la Unión Europea’ organizado ayer por APD. En su intervención, el ministro hizo hincapié en el “crecimiento equilibrado» de nuestra economía gracias, explicó, a una aportación positiva de la demanda doméstica y del sector exterior, siendo las exportaciones de bienes y servicios la variable «que más tira del conjunto de la economía».
“España va a jugar un papel de primer orden en la refundación de la Unión Europea”, aseguró por su parte el Presidente de APD, Rafael Miranda, quien se encargó de la bienvenida del evento en el que se analizó si la dirección que está tomando la Unión Europea es hacia una mayor integración económica entre los países miembros o no, qué papel que podría jugar nuestro país así como las principales claves para entender las circunstancias actuales y hacia dónde nos dirigimos.
Lleno completo en el madrileño Hotel NH Eurobuilding donde se celebró el evento, el público asistente tuvo la oportunidad de preguntar al ministro sobre la actualidad económica española y europea.
Así, De Guindos aprovechó la ronda de preguntas para abordar uno de los aspectos más candentes de la actualidad económica: la situación del Banco Popular. En palabras del ministro, el Ejecutivo ha descartado la posibilidad de inyectar dinero público en la entidad, enfatizando además su sólida posición financiera.
“Cuando hablo con los máximos responsables del Banco de España todos me dicen siempre lo mismo. La situación de Banco Popular es buena y supera los requisitos mínimos de estabilidad necesarios para poder operar, que son especialmente exigentes en nuestro país. Su nivel de capital está por encima de los niveles regulatorios”, sentenció.
Durante su intervención en la ponencia previa al almuerzo, el titular de la cartera de Economía, Industria y Competitividad también avanzó el nuevo plan maestro con el que el Gobierno pretende acelerar la venta de activos de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), también conocida como el ‘banco malo’.
Según explicó el ministro, la entidad está estudiando la posibilidad de crear que una socimi (Sociedad Cotizada Anónima de Inversión en el Mercado Inmobiliario) para sacar a bolsa parte de sus activos. Con esta solución, la Sareb no solo conseguiría, a priori, mejorar la venta de los inmuebles que tiene en propiedad, sino que además facilitará a la entidad el equilibrio de sus cuentas. Esto se debe a que, según la ley que regula la cotización de estas sociedades, el 80% de los activos que atesoran tienen que estar en alquiler para poder generar ingresos con los que remunerar a los accionistas vía dividendos. Al mismo tiempo, la Sareb sacaría estos bienes de su perímetro de consolidación contable.
En esta socimi, tal y como apuntan algunos medios, se incluirían un total de 1.500 inmuebles de los casi 5.500 que aún mantiene la Sareb entre viviendas y activos terciarios como oficinas o naves industriales. Como parte de su estrategia de venta de activos, la Sareb también ha lanzado otras iniciativas como la venta de más de 1.000 viviendas por menos de 60.000 euros.
“El mayor riesgo es la fragmentación de la economía mundial”, sentenciaba. Tras décadas de globalización económica y mayor integración, y pese a la recuperación económica global y las elevadas tasas de crecimiento; el ministro señaló “incertidumbres y riesgos” como el avance del populismo, las dudas sobre nueva administración americana liderada por Trump o que se imponga el proteccionismo en el ámbito comercial, potenciado principalmente por medidas como el Brexit.
“El Brexit es una noticia pésima”, confesaba De Guindos. Un elemento “extremadamente preocupante” cuyas consecuencias a nivel político, económico y social todavía se desconocen, que el ministro confía en que no se convierta en ejemplo a seguir por ningún otro país europeo.
«España no está en estos momentos en el foco de atención desde el punto de vista de la inestabilidad», aseguraba el ministro. En su opinión, nuestro país “tiene que ser una garantía» en la refundación a la UE: «La cuestión es garantizar que en los próximos tres, cuatro o cinco años siga creciendo en entornos parecidos al actual».
A los datos económicos se remitió el ministro para asegurar que este año finalizará de nuevo con un superávit por cuenta corriente próximo al 2%. O lo que es lo mismo, nuestro país acumula cuatro años consecutivos de superávit.
Convencido de que los Presupuestos de 2017 “van a salir adelante”, De Guindos recalcó factores como la generación de empleo y contar con un sistema financiero que “está funcionando” y que ha permitido el “desapalancamiento de la economía española en más de 50 puntos del PIB respecto a hace seis años”; como ejes principales para que se mantenga el crecimiento económico. Aspectos que, asegura el ministro, “supondrán una señal de confianza para la economía nacional e internacional”.
Sin embargo, como recordó Miranda, la consideración de los propios ciudadanos sobre su país sigue ocupando el último lugar en los rankings europeos. ¿Cómo mejorar ese sentimiento de inferioridad heredado? ¿Hasta qué punto las instituciones y el tejido empresarial pueden motivar el cambio de visión tan negativo? ¿Están los españoles realmente en situación de inferioridad respecto a sus países vecinos?
“Se nos ha olvidado que hace cinco años estábamos al borde del rescate. Está claro que algo hemos debido hacer bien”, apuntaba Enrique Sánchez León, Director General APD, como nota de cierre de una jornada en la que quedó manifiesto que España jugará sí o sí un papel en la refundación de la Unión Europea. Cuál, está todavía por determinar, y tanto empresas como instituciones todavía tienen mucho por hacer.