En un contexto donde la diversidad de género se consolida como un factor clave para la competitividad y la innovación empresarial, Blanca Sorigué, Directora General del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, analiza los desafíos actuales y las estrategias necesarias para acelerar el cambio.
El liderazgo femenino ha avanzado considerablemente en los últimos años, aunque aún nos enfrentamos a desafíos significativos. En mi opinión, la presencia de mujeres en puestos directivos ha crecido, lo que refleja un cambio hacia una mayor equidad en las decisiones estratégicas de las empresas. Sin embargo, este avance no ha sido homogéneo y depende mucho del sector.
En el ámbito tecnológico y de la innovación, que son áreas clave para el futuro de la economía, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas, a pesar de su notable potencial y capacidad. Las políticas de igualdad y las iniciativas que favorecen la diversidad están siendo clave para reducir la brecha, pero necesitamos seguir trabajando en la visibilidad y la accesibilidad de las mujeres a puestos de responsabilidad, sobre todo en sectores tradicionalmente masculinizados.
Estoy convencida de que el liderazgo femenino no solo es positivo para la equidad social, sino que también aporta una gran riqueza a las organizaciones, generando entornos laborales más inclusivos, diversos y colaborativos.
Las mujeres siguen enfrentando barreras estructurales y culturales que dificultan su acceso a posiciones de alta dirección. Uno de los principales obstáculos es la persistencia de estereotipos de género, que asocian el liderazgo con cualidades tradicionalmente atribuidas a los hombres, limitando así las oportunidades de promoción para muchas mujeres. Además, la falta de referentes femeninos en puestos estratégicos reduce las oportunidades de mentoría y dificulta que las nuevas generaciones visualicen su propio crecimiento profesional en estos ámbitos.
Otro desafío importante es la doble carga laboral, ya que muchas mujeres siguen asumiendo mayor responsabilidad en el ámbito doméstico y de cuidados, lo que les dificulta acceder a roles de alta dirección que requieren una gran disponibilidad. A esto se suma la falta de confianza que algunas mujeres pueden experimentar debido a un entorno que históricamente ha cuestionado su capacidad para liderar. Es fundamental que las empresas impulsen políticas de conciliación efectivas y programas de mentoría que ayuden a fortalecer el talento femenino y su acceso a posiciones estratégicas.
La clave está en generar un entorno empresarial que valore el liderazgo femenino, rompa con los sesgos de género y asegure que el talento tenga las mismas oportunidades de desarrollo, independientemente del género.
Una de las más destacadas es la implementación de políticas de mentoring y patrocinio, donde las mujeres tienen la oportunidad de ser guiadas y apoyadas por otras líderes senior para superar las barreras que aún existen. Asimismo, la promoción de la flexibilidad laboral y la conciliación de la vida personal y profesional ha sido clave para muchas mujeres que buscan ascender en sus carreras sin tener que renunciar a su vida familiar o personal.
También veo que las empresas que están apostando por la paridad en sus equipos directivos y consejos de administración están experimentando beneficios en términos de toma de decisiones más equilibradas y sostenibles.
Además, la transparencia salarial es fundamental para asegurar que se están eliminando las diferencias de pago. Las organizaciones que aplican auditorías salariales y comparan los sueldos entre géneros están contribuyendo a eliminar los sesgos inconscientes que afectan a la remuneración.
Las políticas de igualdad de género permiten que las empresas no solo fomenten un ambiente inclusivo y diverso, sino que también mejoren su competitividad. Los estudios muestran que las organizaciones con alta diversidad de género tienen mayores rendimientos financieros, mayor innovación y una cultura empresarial más fuerte, lo que se traduce en una mayor productividad y una mayor capacidad para atraer y retener talento de calidad. Las empresas que abogan por la igualdad de género envían un mensaje claro de que valoran la equidad y el talento por encima del género, lo que también mejora su reputación corporativa y les da una ventaja frente a sus competidores.
Para conseguirlo es fundamental adoptar un enfoque estructural con acciones concretas que fomenten la igualdad en todos los niveles de la organización. En este sentido, la diversidad debe ser una prioridad estratégica respaldada por la alta dirección, estableciendo objetivos medibles y asegurando que la equidad forme parte de la cultura empresarial.
Según el Foro Económico Mundial, el 79% de las empresas ya están implementando programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) centrados en las mujeres, lo que refleja un creciente compromiso con la equidad laboral. Sin embargo, aún queda camino por recorrer para garantizar una integración efectiva y sostenida en el tiempo.
Una de las claves para avanzar en esta integración es la aplicación de políticas de contratación y promoción equitativas, eliminando sesgos en los procesos de selección y garantizando la igualdad de oportunidades en la toma de decisiones. Además, es fundamental invertir en programas de mentoría y liderazgo, brindando formación y acompañamiento a las mujeres para facilitar su acceso a roles estratégicos y de toma de decisiones.
Otro aspecto crucial es la implementación de políticas de igualdad salarial y transparencia retributiva, asegurando que las compensaciones se basen en el mérito y no en factores de género. Asimismo, la creación de un entorno laboral inclusivo y flexible, con políticas de conciliación laboral y personal, permite atraer y retener talento femenino. Según un estudio de la OCDE, en los países donde se promueve la conciliación laboral, se observa una mayor participación de mujeres en el mercado y en posiciones estratégicas.
Apostar de forma decidida por las políticas de igualdad de género no solo es un acto de justicia social, sino que también tiene un impacto directo en la eficiencia y el rendimiento de las empresas. En primer lugar, la inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo y en equipos de toma de decisiones asegura una mayor diversidad de perspectivas, lo que se traduce en soluciones más creativas e innovadoras. Las empresas que promueven una cultura inclusiva tienen más posibilidades de generar productos y servicios que sean relevantes para una sociedad diversa, lo que puede mejorar la competitividad en mercados globales.
Las empresas que implementan políticas de igualdad no solo mejoran su clima laboral, sino que también envían un mensaje claro sobre sus valores, lo que aumenta su reputación y las hace más atractivas para clientes, inversores y nuevos empleados.
El camino hacia la igualdad de género puede ser un motor de cambio para las organizaciones, fomentando una cultura de respeto, innovación y responsabilidad social que beneficia a todas las partes involucradas.
BWAW tiene un impacto significativo en el ecosistema empresarial, consolidándose como una plataforma clave para la promoción de la igualdad de género y la visibilización del talento femenino en distintos sectores. Este evento busca generar un cambio estructural en el ámbito profesional, promoviendo el liderazgo femenino y la equiparación de oportunidades en la toma de decisiones.
Uno de los pilares fundamentales de BWAW es la visibilidad y concienciación. Para ello, reunimos a expertos de distintos ámbitos para compartir conocimientos y experiencias. Además, ponemos en relieve la importancia de la igualdad de género en la empresa y la industria, sensibilizando a la comunidad sobre los desafíos existentes y la necesidad de implementar soluciones efectivas.
Otro aspecto clave es la creación de redes y sinergias. BWAW ofrece un espacio para el networking, fomentando el intercambio de experiencias y la colaboración entre profesionales, empresas e instituciones. Este año, esperamos la participación de más de 60 ponentes de primer nivel, tanto nacionales como internacionales, con el objetivo de clarificar estrategias y tomar decisiones que nos permitan avanzar en la igualdad de género en el ámbito empresarial e industrial.
Una característica diferencial de BWAW es su enfoque inclusivo y colaborativo, dirigido tanto a mujeres como a hombres, ya que considero que debemos avanzar en la igualdad de manera conjunta. La diversidad de participantes y la combinación de perspectivas públicas y privadas enriquecen el debate y nos permiten definir acciones concretas para eliminar las barreras que aún persisten en el mundo laboral.
Eventos como la Barcelona Woman Acceleration Week juegan un papel clave en la creación de referentes femeninos, especialmente para las nuevas generaciones. La visibilidad es fundamental: cuando una niña o una joven ve a una mujer en un puesto de responsabilidad, entiende que ese camino también es posible para ella. Muchas veces, la falta de modelos a seguir limita las aspiraciones profesionales de las mujeres, y estos espacios ayudan a romper esa barrera, mostrando que el talento y la capacidad no tienen género.
En esta edición de BWAW, hemos reunido a mujeres que son referentes en sus sectores, como por ejemplo, Judith Colell, presidenta de la Acadèmia del Cinema Català; Ángels Fitó, presidenta de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC); Gloria Lomana, presidenta ejecutiva de 50&50; y Mónica Vázquez, presidenta de ABANCA Miami. Son ejemplos de liderazgo, de determinación y de éxito en entornos que, durante mucho tiempo, han estado dominados por hombres.
Mi objetivo con BWAW es que ninguna niña sienta que hay límites para ella por el simple hecho de ser mujer. Queremos inspirar, generar conversación y, sobre todo, acelerar el cambio hacia una sociedad más equitativa. La clave está en abrir oportunidades y derribar prejuicios, para que cada vez más mujeres puedan ver su reflejo en estos referentes y aspirar, sin miedo, a alcanzar sus propias metas.
Iniciativas como ‘Ellas en la Ciencia‘ son fundamentales para inspirar y motivar a las nuevas generaciones a involucrarse en campos científicos y tecnológicos, donde la presencia femenina sigue siendo insuficiente.
Un ejemplo destacado que me gustaría resaltar es el programa Feel the ZF Power del Consorci de la Zona Franca de Barcelona. Este programa, que busca despertar el interés de las niñas y jóvenes por las disciplinas STEM, ya ha tenido un impacto muy positivo, con más de 700 alumnos participando en visitas a empresas tecnológicas. La clave está en mostrar a las jóvenes que las ciencias y la tecnología son campos en los que también pueden sobresalir, ofreciendo modelos a seguir en los que puedan verse reflejadas.
Además, programas como este permiten que las estudiantes se enfrenten a realidades prácticas y tangibles del mundo STEM, conociendo a mujeres que están liderando proyectos innovadores y abriendo puertas en campos tradicionalmente dominados por hombres. Es fundamental que las empresas, instituciones educativas y organizaciones colaboren para construir un entorno inclusivo que fomente estas vocaciones desde las etapas tempranas de la educación.