Smart City Revolution
Soluciones digitales para impulsar la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades
Nos encontramos inmersos en un momento en el que nos toca redefinir la viabilidad de nuestro sistema de habitabilidad, y de apostar por la eficiencia y la sostenibilidad como pilares fundamentales del nuevo desarrollo urbano. Se requiere más que nunca de la colaboración público-privada y de una sociedad civil plenamente comprometida capaz de construir un futuro más equitativo, resiliente y sostenible.
De la mano de Carlos Becker, Director de Grandes Empresas y Administraciones Públicas de Vodafone Business España, repasamos las soluciones digitales que conforman las Smart Cities y ponen al servicio de la ciudad un conjunto de utilidades de gestión municipal.
El 5G se despliega en las Smart Cities a través de dos vértices: uno el de las infraestructuras de NarrowBand e IoT sobre el que se articula la sensórica asociada a las ciudades inteligentes y otro que corresponde a las tecnologías habilitadoras de servicios: realidad aumentada, realidad virtual, accesos biométricos y drones. La realidad aumentada se aplica mucho por ejemplo para el desarrollo del turismo inteligente, para la accesibilidad a edificios públicos y para proporcionar información enriquecida al ciudadano. Y por su parte la parte biométrica está más relacionada con la seguridad en el acceso a dichos edificios públicos, colegios u hospitales.
Se enfrentan principalmente a 3 grandes retos. A la gestión de los recursos energéticos y residuos, a la gestión de la movilidad de las personas y de los vehículos y a la gestión del turismo.
La gestión del agua y el consumo energético en edificios públicos es uno de los retos a los que se enfrentan las ciudades inteligentes. Hay multitud de aplicaciones que mejoran u optimizan el consumo de los recursos. Los esfuerzos están orientados hacia la sensorización del consumo de agua debido a la crisis climática que vivimos.
La planificación de la movilidad y del transporte público es primordial en la gestión de las ciudades inteligentes, aunque no debemos olvidarnos de la gestión de la información al ciudadano (señalética). En este sentido nace el concepto de Smart Parking para abordar la gestión de la movilidad de los vehículos.
Por último la gestión del turismo. La mayor parte de las ciudades inteligentes que existen en la actualidad son importantes Destinos Turísticos Inteligentes. Por eso, ya somos testigos de urbes que promueven el turismo con soluciones digitales como, por ejemplo, la realidad aumentada y la conectividad a través del 5G.
La sensorización sobre las infraestructuras de comunicaciones y dos soluciones idóneas que son la analítica del dato y la IA. Para la inversión en la infraestructura es clave tanto IoT como 5G porque su aplicación va a permitir la sensorización masiva e inteligente gracias a la economía de escala y a la capacidad de poder montar muchos más servicios sobre las mismas redes. Además, la inversión en sensorización llega una vez que está la red montada, la inversión en cámaras o en servicios concretos que tienes que sensorizar uno a uno, como puede suceder en el sector energético o el de la telemedicina.
Otro ingrediente es la analítica del dato. El motor de los datos, securizado de una forma confidencial y personalizada para que sea la propiedad del ciudadano.
Por último, la IA que nos permite generar modelos predictivos para saber cómo va a ser el futuro y cómo evolucionará el comportamiento de los dispositivos.
Dentro de la movilidad de las personas existe una funcionalidad muy importante que es la Realidad Aumentada. Por ejemplo, una de las soluciones propuestas para la llegada de las personas de forma masiva a una ciudad es redirigirlos de forma inteligente hacía los puntos de interés más destacados o enviarles hacia zonas de la España vaciada, creando así rutas turísticas de una forma más inteligente. Esto es, unir el 5G con la Realidad Aumentada hacia otro punto de relevancia económica. Otro ejemplo es el de un puerto al que llegan multitud de turistas y les ofreces una pequeña experiencia en Realidad Virtual sobre algo que visitar a 40 km, como por ejemplo el caso en el que hemos trabajado con las Islas Ciés. Así generas demanda para ir a otros lugares.
La gestión digital de la información ha creado muchos servicios enriquecidos, como puede ser el transporte público, pero aún pueden ir mucho más allá, porque las redes van a permitir que se puedan utilizar muchas más cosas de las que se pueden utilizar hasta ahora. Los contenidos digitales en un autobús antes se cargaban donde reposaba el autobús, ahora se pueden hacer en tiempo real, y esto va a permitir tener servicios de información o de mantenimiento remoto como en los parques con los patinetes, bicicletas o los propios autobuses. También merece especial mención los modelos de operación y mantenimiento remoto de bienes urbanos; puedes predecir con cámaras el derrumbamiento de un árbol o que un autobús se pueda estropear en X tiempo. El mundo del acceso a la información en remoto; el acceso a la formación y al conocimiento en tiempo real, que aunque parezca más relacionado con entornos industriales, creo que también se puede aplicar al ámbito educativo.
Yo creo que llevamos muchos años hablando de Smart Cities y mucha gente no lo visualiza del todo bien ni sabe qué son exactamente; no existe un modelo único de ciudad inteligente. Por ejemplo, un pueblo o una ciudad de 30.000 habitantes pueden llegar a tener problemas de aparcamiento y movilidad, falta de comunicación con los ciudadanos o una mala conexión al wifi por la calle. Sin embargo, una ciudad costera tendrá su propia problemática asociada a sus características demográficas, como dificultades en la movilidad global, en la gestión de cuestiones marítimas… Como por ejemplo la instalación de boyas de puerto sensorizadas para detectar la calidad del agua de la zona. La experiencia nos dice que hay tantos modelos de Smart Cities como municipios. La tecnología va entrando en las personas sin que ellas se den cuenta. Desde luego creo que las personas vamos a querer vivir en un sitio donde el ayuntamiento utilice nuestros impuestos de forma correcta y nos sintamos orgullosos de vivir donde vivimos. Igual que ahora se valora que las universidades donde queremos estudiar sean socialmente responsables, cada vez pesará más que tu ayuntamiento también lo sea, que no sea contaminante y que sea capaz de gestionar adecuadamente los recursos de los que disponga.
Es una combinación perfecta porque las personas que habitan en una ciudad demandan un desarrollo sostenible que a su vez resulta un reclamo para los turistas que vienen a visitarla. La búsqueda de la sostenibilidad en el desarrollo de proyectos municipales es algo sobre lo que debería de ponerse más foco y que además está comprobado que favorece el desarrollo económico de la ciudad. Con un modelo de ciudad de este tipo podemos llegar a vivir en ciudades que “molen” y no tener los problemas habituales de la gentrificación o de los habitantes que no quieren recibir turismo ni llegadas masivas de personas. Si yo llevara un municipio, volcaría mis esfuerzos en el desarrollo de proyectos con futuro, pero sin duda también asegurando siempre la sostenibilidad de cada proyecto.