Asumir el liderazgo de definir el propósito, transmitirlo y dirigir en consecuencia es, para Eduardo Dávila, CEO de Aon Iberia y Middle East, un gran reto. Más si cabe en el momento actual, en el que el directivo no tiene ninguna duda de que “las personas se enganchan y ponen su talento y su esfuerzo al servicio de causas en las que creen”.
En un momento tan complicado como el que estamos viviendo cobra especial relevancia seguir poniendo en valor lo humano a través de lo digital. Teníamos miedo a que lo digital desintermediase la labor de la persona y lo digital se ha erigido como un gran intermediador de la función humana de las compañías. Asimismo, se ha puesto de manifiesto que el cuidado personal es fundamental para un liderazgo eficaz, antes de que podamos apoyar e impactar a los que nos rodean, necesitamos atender también nuestro propio bienestar para reforzar nuestra resiliencia.
Es posible que la idea de “propósito” tenga significados distintos dependiendo de las personas. Yo lo asocio a la “dirección”, me ayuda a comprender hacia dónde voy y por qué. Cuál es la razón que está detrás no solo de las decisiones, sino de los propios objetivos a corto y largo plazo. Por eso pienso que no es algo estático, en mi vida personal lo cuestiono, lo confirmo, lo matizo o lo corrijo. Creo que esto debe hacerse también en las organizaciones. Es una reflexión sana y creo que debe ser compartida por toda la compañía.
Es muy habitual, lleva a dar palos de ciego, o a obsesionarse con los resultados. Cuando se pierde el foco de “por qué” o “para qué” estamos haciendo algo, dirigimos mirando solamente al marcador y acabamos perdiendo a las personas. La gente pierde la ilusión, porque los números no “enganchan”. Las personas se enganchan y ponen su talento y su esfuerzo al servicio de causas en las que creen. Necesitan conocer y compartir el sentido de la existencia de la organización para la que trabajan. Para qué está ahí, cuál es su papel en el mundo y de qué manera su trabajo contribuye a conseguirlo.
Es la clave y no es fácil. Es un gran reto para los directivos que deben asumir el liderazgo de definir el propósito, transmitirlo y dirigir en consecuencia. Si se hace bien y con transparencia serán las personas las que podrán ver si sus creencias y aspiraciones están alineadas con las de la compañía o si deben buscar otros caminos. Aon cuenta con un gran equipo de profesionales, llenos de talento, muy independientes. Cuando hablo con ellos veo que viven con propósito, con P mayúscula. Con valores e ideales, que aplican en su vida personal y profesional. Si el propósito de Aon no estuviese en consonancia con el suyo, sería evidente, no estarían aquí.
Haciendo especial hincapié en lo que para nosotros es diferencial: la confianza, el compromiso y la responsabilidad individual. Los modelos de trabajo que ha puesto de manifiesto la COVID-19 no son totalmente nuevos, y lo que ha hecho es acelerarlos. Esta pandemia ha venido a reforzar la importancia de poner a nuestras personas en el centro, ser empáticos, centrarnos en sus necesidades y ser flexibles, lo que produce a largo plazo un mayor orgullo de pertenencia a la compañía.
No hay nada que las empresas necesiten más en este momento que la resiliencia de sus personas. Necesitan personas que puedan “capear tormentas”, que se sientan seguras, productivas y motivadas en sus trabajos, y que puedan adaptarse rápidamente al cambio. En esta situación de volatilidad se requiere, más que nunca, Flexibilidad, Mucha Calma y Buen Humor, y esta está siendo la respuesta con nuestros stakeholders. En estos momentos hemos generado mejores y nuevas soluciones para nuestros clientes, siendo muy conscientes de sus retos y atendiendo a sus necesidades.
…ayudar al mundo a tomar mejores decisiones (“in the world of better decisions”).
…crecer como líder y como persona acompañando y ayudando a los demás a cumplir sus objetivos. Si las personas crecen y desarrollan su potencial, si se ilusionan y se implican, Aon cumplirá su propósito y yo podré acercarme a cumplir el mío como líder de esta gran compañía.
