Ayudar a las cadenas hoteleras a reducir sus costes energéticos mediante la automatización y control de la parte industrial del hotel. Ese es el principal objetivo de Robot, compañía tecnológica especializada en sistemas de automatización de edificios e inmótica. ¿De qué manera lo afronta? Nos lo cuenta Emil Daoura, Head of R&D de Robot, en la siguiente entrevista.
La automatización desempeña un papel fundamental en la mejora de la eficiencia energética, ya que permite controlar y ajustar en tiempo real el consumo de energía. Sensores inteligentes miden variables como la temperatura, la humedad, la demanda y el estado de funcionamiento. A través de algoritmos, procesos de regulación o mediante una API conectada a una inteligencia artificial (IA), se toman decisiones para optimizar el uso de energía, reduciendo así el derroche y los costos de explotación asociados.
La automatización y la eficiencia energética no se limitan al ámbito industrial, sino que también encuentran aplicaciones en edificaciones comerciales y residenciales, sistemas de transporte y agricultura. En el caso de los edificios, la automatización posibilita la gestión inteligente de la iluminación, la climatización, la presencia y la generación de agua fría/caliente, contribuyendo significativamente al ahorro de energía.
Recientemente, realizamos un estudio comparativo entre dos habitaciones de un hotel en Bali. La habitación A disponía de un sistema convencional con un tarjetero, mientras que en la habitación B instalamos detectores de presencia de la marca ROBOTBAS, junto con un sistema de control de clima e iluminación. Tras cuatro meses de medición, observamos que la habitación A tenía una sobrecarga energética del 79% debido a que los huéspedes dejaban la tarjeta insertada con frecuencia, lo que resultaba en una producción constante de aire frío e iluminación. La habitación B, en cambio, logró reducir el consumo eléctrico en un 75% y el consumo térmico en casi un 50%.
Uno de los desafíos fundamentales es la inversión inicial requerida. La automatización a menudo implica una inversión significativa en tecnología y capacitación. Sin embargo, es importante destacar que los beneficios comienzan a notarse desde el primer mes, y en función de la inversión realizada, el payback de la inversión puede establecerse en un plazo de 3 a 5 años.
Los beneficios a largo plazo son notables. La automatización tiene el potencial de reducir el consumo de energía en un porcentaje sustancial, lo que no solo implica un ahorro económico, sino también una reducción significativa en las emisiones de carbono. Este aspecto es esencial para abordar el cambio climático y avanzar hacia una economía más sostenible. Además, la automatización facilita una gestión más eficiente de fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica.
El futuro se enfoca en la integración de tecnologías como el IoT y la IA, con el propósito de mejorar la eficiencia energética y la gestión de recursos. Tan importante es la sostenibilidad en el diseño y la construcción, como la utilización de la automatización para medir consumos, con el fin de establecer procesos de regulación y medidas de optimización de la energía. Además, se otorga una especial atención a la ciberseguridad con el objetivo de salvaguardar la privacidad en entornos interconectados. En resumen, el futuro se define por la convergencia de innovación tecnológica y prácticas sostenibles para crear entornos eficientes y habitables.
Mi consejo sería comenzar con una evaluación exhaustiva de las necesidades y recursos disponibles. Posteriormente, diseñar un plan de implementación que incluya la selección de tecnologías adecuadas y la capacitación del personal. La colaboración con expertos en el campo es fundamental. Además, contar con un equipo profesional que cuente con experiencia y la capacidad de ofrecer supervisión continua y mantenimiento es esencial para garantizar el funcionamiento óptimo de los sistemas.