Revista APD: Panorama CEO
Lourdes Iscar, Directora General de OSALAN, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, hace hincapié en la necesidad de integrar la PRL en las actividades de las empresas. La única forma de conseguirlo es contemplar la prevención desde el inicio en todas las líneas jerárquicas, así como en las propias actividades.
Lourdes Iscar nos explica en esta entrevista por qué el coste de la NO prevención es mucho mayor al de invertir en ella.
Una de las razones fundamentales es la creencia errónea de que la prevención es cara, y que supone un gasto y no una inversión. Como ya se demostró en numerosos estudios publicados hace años, el coste de la no prevención es mucho mayor.
Así, se estimó que en 2016 el coste medio de un AT (accidente de trabajo) leve fue 6,5 veces mayor que el coste de las medidas de prevención que hubieran podido evitarlo, y en el caso de un AT grave de 26,3 veces superior. Parece que se invierte para evitar algo que “tal vez nunca suceda” y, sin embargo, acaba sucediendo. Además, en ocasiones se siente la prevención como algo ajeno a la empresa, algo que sirve para cubrir el expediente y que realiza personal externo.
Prevenir y proteger la salud de las personas trabajadoras es una obligación empresarial que redunda en la calidad de los productos y servicios de la empresa. Invirtiendo en formación, información y métodos de trabajo seguros se consiguen plantillas más entrenadas y, por lo tanto, se disminuyen los accidentes, enfermedades y las ausencias producidas por motivos de salud, además de ser una garantía de fidelización de las empleadas y empleados. La imagen corporativa se beneficiará, por tanto, ante su personal trabajador y ante la sociedad en su conjunto.
En primer lugar, la integración. Es fundamental que la empresa interiorice y que todas las personas trabajadoras conozcan que la prevención es uno de los puntos importantes de cada proceso que se realiza. En segundo lugar, la participación. Es básico escuchar a las personas trabajadoras y a sus representantes. Asimismo, el apoyo experto.
La prevención es responsabilidad de la empresa y debe contar con recursos propios para su gestión. Pero, también debe contar con apoyo experto: con su servicio de prevención que será quien permita conocer qué riesgos existen, cómo evaluarlos o cuantificarlos y propondrá medidas técnicas adecuadas para su desaparición o control.
Y por último, la formación y la información. Es necesario que los y las trabajadoras tengan una formación, sobre su puesto de trabajo y los procesos a realizar, sobre los riesgos que conlleva, sobre las medidas preventivas a tomar y sobre la actuación en caso de accidente o emergencia.
Lo más importante de la gestión de la PRL es que forme parte de la gestión de la empresa, que esté integrada. Esta integración está respaldada en la norma. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales y sus modificaciones tras la Ley de Reforma del Marco Normativo de la PRL, el Reglamento de los Servicios de Prevención entre otros, hacen referencia al Plan de Prevención y a la obligación de que cada empresa realice el suyo. Este plan debe recoger una descripción de todas las actividades y procesos de producción, equipos y herramientas de trabajo, organización preventiva, métodos de evaluación, funciones y responsabilidades de cada nivel jerárquico (desde la dirección hasta las personas trabajadoras) y canales de comunicación. Esta es la base de la integración real: describir, conocer y comunicar a todos los niveles en qué, y cómo se trabaja en esa empresa y cuáles son las medidas preventivas necesarias para realizar un trabajo seguro.
No es fácil encontrar indicadores para responder a esta pregunta. Uno de ellos podría ser la siniestralidad, otro el cumplimiento de la legalidad (inspección de trabajo), pero realmente nos encontramos con empresas de sectores muy diferentes e incluso de tamaños muy diferentes que tienen la PRL integrada dentro de sus actividades laborales como algo natural. Por tanto, es más una decisión y una cultura empresarial que una cuestión de pertenecer a uno u otro sector.
Es necesario decir que hay colectivos en los que puede haber más dificultad para el desarrollo y la gestión de la PRL, como es el caso de las personas autónomas y micropymes. En todos ellos se ha avanzado, pero aún hay camino por recorrer y trataremos de buscar herramientas que puedan facilitarles esta tarea.