Human Lives Matter
Manel Estiarte es el único waterpolista que ha representado a España en seis Juegos Olímpicos, y es considerado como el mejor waterpolista español de la historia. Elegido en siete ocasiones como mejor jugador de waterpolo del mundo y doble medallista olímpico (Oro en Atlanta’96 y Plata en Barcelona’92), representó a España 578 veces y marcó 1.561 goles a lo largo de su trayectoria.
Desde el año 2008 forma parte del cuerpo técnico de Josep Guardiola, con el que colabora actualmente en el Manchester City (y anteriormente en el Bayern de Munich y en el Futbol Club Barcelona). Su rol como Head of Player Support y Protocolo, y su vasto conocimiento del mundo del deporte, le permiten encontrar nuevas formas de inspirar a los jugadores. Hablamos con él de liderazgo de equipos, de talento, de motivación y compromiso y de qué considera que es alcanzar el éxito.
Primero tendríamos que definir qué es el éxito. Si es solamente ganar, hay muchas cosas: ser el mejor de los mejores un día preciso en un momento preciso, y ahí entran en juego muchos factores como la ambición, el sacrificio, el equipo, el talento, el esfuerzo, etc.
Pero a mí me gusta seguir pensando que el éxito es cómo lo has vivido tú durante todo el camino hasta llegar al objetivo, ganes o no ganes. ¿Has sido feliz, o no has sido feliz? ¿Has disfrutado, o no? El éxito para mí, cuando han pasado los años, es esto, más que la victoria final.
Si el éxito es reducirlo a la victoria final, entonces sí, para ser el mejor debes tenerlo todo. Tan fácil y tan complicado como esto. Tienes que tener talento y un equipo unido. Tienes que trabajar mucho, tener ambición y sueños, pero también tienes que sufrir y perder para luego ganar. No hay una receta mágica, o un esquema que si lo sigues lo consigues, porque todo el mundo lo haría. Cuanto más te acerques a la perfección, más posibilidades tienes.
Reducirlo a una sola cosa es muy difícil. Lo primero es que aquel equipo que ganó mucho, perdió mucho antes de ganar. Perdió muchas finales, y de forma muy dura. Aprendió de algo muy doloroso como es la derrota. O más que aprender, supo reaccionar ante la derrota. Pero si me tuviera que quedar con una sola cosa, con el tiempo me quedaría con la comunicación; la capacidad de comunicarte con el equipo, de transmitir todo lo que eres, tus debilidades y tus virtudes. Si comunicas es más fácil poder seguir creciendo todos juntos.
Haber jugado seis olímpicos significa que me lo pasé muy bien durante mucho tiempo. Que trabajé mucho y me esforcé por mucho tiempo. Y que mantuve los sueños durante todos esos años. Que de todo lo que hemos mencionado, tuve la capacidad de hacerlo durar por mucho tiempo. Y eso, a veces, fue muy bonito, pero también en ocasiones fue muy duro. En realidad, me quedo más con el tiempo que pasamos con mis compañeros que en este logro individual en particular.
Siempre intenté buscar la ilusión en alguna parte. Debes tener sueños que te motiven y te hagan crecer la ambición. Aunque es una palabra que no me gusta mucho, porque la ambición desmesurada también te puede llevar por el camino más oscuro de celos, o de egoísmo. Siempre intenté que fuera una ambición lo más sana posible.
Con Pep hablamos mucho de liderazgo y del equipo, y siempre hemos pensado que el liderazgo no es asumirlo todo uno mismo. Tienes que tomar decisiones, ser un ejemplo y tener ciertas capacidades, pero el liderazgo es rodearte de la gente que te haga más fácil tu tarea y te haga sentir feliz en el trabajo.
Toda la importancia del mundo. Tanto en una liga como en la Premier League, como si quieres crecer en una empresa, es imprescindible. En un entorno tan competitivo como el que nos movemos, ya es difícil ganar una vez, así que repetir el éxito lo es todavía mucho más, por lo que sí, tienes que hacer mucho de todo lo que hemos hablado.
Siempre se ha dicho que cuanto más trabajes la suerte, más estará de tu lado, y seguro que sí. Pero tampoco podemos olvidar que todo lo que hemos hablado lo podemos aplicar a nivel personal o de nuestro equipo. Pero el resto hace lo mismo, también trabajan y tienen talento. Así que puede ser que en un momento de paridad y máxima exigencia la surte juegue un papel determinante.
100%. Deporte es aplicable a la vida como la vida es aplicable al deporte. A veces el ejemplo está en aquella persona humilde que trabaja su vida de una manera, y es mucho más valioso que el nuestro, que hemos ganado medallas olímpicas. La vida enseña al deportista como a la inversa. El talento está en todas partes: hay que abrir los ojos y coger de lo mejor que puedas para crecer y ser mejor persona. Porque al final, en realidad, todo se reduce a esto: ser mejor persona.
Que me esforcé, sí. ¿Que tenía un talento natural? Desde luego, el waterpolo se me hacía fácil. También tenía sueños. Perdí y aprendí muchísimo de ello. Tuve una gran suerte de encontrar unos compañeros fabulosos a mi lado con los que construí un gran bloque. Me ocurrieron cosas muy buenas y otras muy malas, y aprendí de todo eso, reaccionando además a lo que el deporte me iba ofreciendo. Y seguramente he acertado más de lo que he errado.