Las herramientas digitales y las innovaciones tecnológicas pueden facilitar la gestión de equipos, mejorar la comunicación y promover la colaboración, la colaboración, a la vez que nos permiten liberarnos de trabajos más administrativos para poder dedicar más tiempo a las personas. En este contexto, el liderazgo debe adaptarse y evolucionar, utilizando la tecnología, para potenciar el compromiso y la productividad en el lugar de trabajo.
Hablamos con Miguel Venegas, Presidente de Valorian sobre cómo la tecnología se puede convertir en una aliada estratégica para afrontar los desafíos del liderazgo y la fidelización del talento, y sobre cómo equilibrar la innovación tecnológica con el factor humano en la gestión de personas.
Las nuevas líneas de empleo en robotización, científico de datos, computación, programación y ciberseguridad, son las profesiones más demandadas, pero la tecnología está irrumpiendo en todos los procesos que tengan que ver con personas, tanto desde la perspectiva del cliente como de la persona trabajadora. Es, por ello, que adaptarse a la tecnología, aportará una ventaja competitiva a la empresa y hará a la persona trabajadora más polivalente, productiva y empleable.
Además, el futuro en nuestro país, respecto al mercado laboral, va a tener dos retos importantes. El primero de ellos es el demográfico, pues contamos con la mitad de personas menores de 35 años en edad de trabajar que a principios de los 2.000. El segundo, es que el sistema de enseñanza actual, tiene un desajuste importante con las necesidades productivas de las empresas.
El principal desafío será la capacidad de adaptación de las empresas y las personas que trabajen en ellas, a un cambio cada vez más rápido. En un entorno totalmente globalizado, se hace indispensable. Es, en ese punto, donde las empresas que sepan comunicar mejor su objetivos presentes y futuros, conseguirán alinear al activo más importante que tienen: sus trabajadores y trabajadoras.
Más que retención, hablaría de fidelización. El salario y la jornada, son dos componentes muy potentes, pero la cultura y los valores de una organización bien transmitida y emanada desde los consejos de administración y los comités de dirección, traspasada hacia los distintos mandos de la empresa y basada en el ejemplo y la consistencia, es de los elementos más potentes para crear comunidad dentro de una organización y que el talento tenga un motivo de mayor fuerza para querer estar en ella. Por eso, las personas no se retienen, las personas se ilusionan, se motivan y, por ende, se comprometen.
La tecnología nos puede ayudar a ser mas justos, tener mayor contacto y tener más tiempo:
Tenemos que aprovechar que todas aquellas tareas que puedan ser desarrolladas parcial o totalmente por un software o máquina, se hagan, para que la persona esté a lo realmente importante: la relación con los compañeros y los clientes. Hablamos de cómo podemos mejorar la experiencia del cliente y del empleado, y esa experiencia si hay una persona por medio, sube los estándares de calidad significativamente.
En nuestro país tenemos que subir los niveles de productividad y, para ello, la irrupción de la IA, si sabemos aprovecharla, será crucial. No es trabajar más, sino trabajar mejor y producir cosas que den más margen y valor, porque ello permitirá tener un beneficio mayor para las empresas y un empleo de mejor calidad.
Además, hay empresas que necesitan incorporar a personas cualificadas para nuevos procesos en los que está irrumpiendo la tecnología y se enfrentan a que no encuentran personal adecuado. ¿Por qué no le damos una vuelta a la solución y son las propias empresas las que tienen la capacidad de reconvertir a parte de las personas que tienen en sus plantillas, en trabajadores de mayor cualificación y mejor remuneración? Sería genial, ¿verdad?, pues su nivel de compromiso subiría, además de su productividad.