Con una hoja de ruta definida por la sostenibilidad, la innovación y la colaboración público-privada, el Puerto de Gijón afronta una década decisiva para consolidarse como nodo logístico-industrial y energético de referencia en el norte de España. Su presidenta, Nieves Roqueñí Gutiérrez, defiende una visión de puerto competitivo, limpio y abierto, donde la descarbonización, la digitalización y la integración puerto-ciudad se convierten en los pilares de un modelo de desarrollo sostenible.
La Autoridad Portuaria de Gijón está comprometida con su entorno y por eso un objetivo estratégico irrenunciable es mejorar las relaciones puerto-ciudad, para lo cual es indispensable avanzar en sostenibilidad medioambiental y responsabilidad social.
Muchos han sido los proyectos que se han implementado y se continúan realizando para un desarrollo portuario sostenible, por ejemplo en materia de gestión de residuos, de eficiencia energética y renovación de instalaciones (flota eléctrica, alumbrado LED, eficiencia en edificios, renovables), o de gestión ambiental avanzada para el control y mejora de la calidad del aire y la prevención de vertidos, entre otras cuestiones.
Como primer puerto español en tráfico de graneles sólidos, la prevención de la contaminación atmosférica ha sido y es uno de los ámbitos de actuación a los que se ha dedicado más recursos, dotando planes de inversión anuales con medidas como la pavimentación de zonas destinadas a graneles sólidos, la dotación de infraestructuras de riego o de apantallamientos.
Todas estas medidas se han traducido en una mejora de la calidad del aire en el entorno del puerto, aunque han planteado un nuevo problema que se está abordando en la actualidad: la gestión y el adecuado tratamiento del agua residual en muelles y explanadas, tanto de la utilizada para el riego y humectación de acopios como de las propias aguas pluviales.
Además de los aspectos de sostenibilidad comentados, el puerto tiene que responder y prepararse ante el reto global del cambio climático, que supondrá perturbaciones cada vez más importantes, tanto por las implicaciones económicas de la descarbonización, como por los impactos físicos ligados a una meteorología cambiante y cada vez más adversa que puede afectar a la propia operativa portuaria. Por esa razón la Autoridad Portuaria va a trabajar en un plan de adaptación al cambio climático, que incorpore la variable climática para mejorar su resiliencia.
En el marco de la transición energética, el puerto apuesta por la descarbonización del sector del transporte marítimo, de la industria regional y de la propia operativa portuaria. Para ello se están planificando distintas actuaciones para dotar de las infraestructuras y los servicios necesarios que permitan dar respuesta a la demanda de combustibles bajos en carbono, aprovechando la cercanía de una incipiente industria verde que suministrará vectores energéticos sostenibles como el hidrógeno o el e-metanol.
Así mismo la certificación de la regasificadora de ENAGAS para suministrar BioGNL, supone una oportunidad para descarbonizar el transporte marítimo con origen-destino en el Musel, así como el de otros medios de transporte terrestre o de consumos industriales.
Se apuesta también por la electrificación de muelles con un proyecto para conectar a la corriente los barcos atracados en la terminal de contenedores, lo que redundará en la reducción de emisiones en el entorno.
La electrificación de muelles y maquinaria portuaria ha de ir acompañada de una mayor producción de energía renovable, para lo cual se está analizando un modelo de generación, distribución y consumo basado fundamentalmente en energía fotovoltaica con una gestión inteligente para el conjunto de la comunidad portuaria.
Los servicios intermodales y ferroviarios son otra de las prioridades porque permiten reducir entre un 60 % y 80 % las emisiones frente al transporte por carretera. Para ello se están realizando importantes inversiones para ampliar, modernizar y mejorar la amplia red ferroviaria con la que cuenta el Puerto de Gijón.
La Autoridad Portuaria de Gijón impulsa la innovación como uno de los ejes estratégicos de su desarrollo y avanza hacia el concepto de “puerto inteligente” mediante la incorporación de procesos más eficientes basados en datos. Se vienen realizando proyectos de renovación del sistema de gestión portuaria, desarrollando la plataforma de administración electrónica y ventanilla única portuaria como canal digital de interlocución directa. Se busca modernizar servicios portuarios, fomentar la sostenibilidad energética, y mejorar la competitividad logística mediante nuevas herramientas digitales.
La innovación en Gijón no se limita a lo digital, también se centra en los nuevos vectores energéticos y la descarbonización. Así se abordan proyectos singulares de los que también se benefician distintos operadores del ecosistema portuario, como el proyecto para el suministro eléctrico renovable a buques (OPS) para la terminal de contenedores, los proyectos para promover la intermodalidad ferroviaria, o los proyectos para incorporación de energías renovables y sistemas inteligentes de gestión energética.
Estas iniciativas buscan situar al puerto como referente en la transición energética y portuaria verde.
La Variante de Pajares reduce los tiempos de tránsito entre Asturias y la meseta, y sobre todo mejora la capacidad y fiabilidad de la línea. Esto crea una ventana real de competitividad para el transporte ferroviario de mercancías desde el Puerto de Gijón hacia el eje León-Valladolid–Madrid y hacia el norte de Europa, en el Corredor Atlántico que conecta Portugal y Francia.
Con la mejora de la conectividad, las navieras y operadores logísticos van a poder integrar trenes regulares desde el puerto hacia su hinterland, usando las infraestructuras ferroviarias existentes en el propio Puerto de Gijón como plataforma intermodal, con costes competitivos frente al camión.
Es el caso del nuevo servicio de tren para contenedores que va a operar de forma regular desde el puerto hacia León, o de trenes que ya mueven graneles agroalimentarios y productos siderúrgicos y químicos. La ZALIA y los nodos de León y Villadangos se posicionan como puertos secos de Gijón.
Los proyectos industriales que se están definiendo, tanto en terrenos portuarios como en su área de influencia, están alineados con la ola de reindustrialización verde que se está impulsando en el marco del Pacto Verde europeo. En una región como la nuestra, con una industria intensiva en emisiones de gases de efecto invernadero, resultan estratégicos los proyectos del área de energía y descarbonización y ello puede suponer una ventaja competitiva para que el puerto de Gijón que tiene una posición central en el Cantábrico, se convierta en nodo de un corredor atlántico para nuevos combustibles sostenibles, como el bioGNL, el hidrógeno, el emetanol u otras moléculas sostenibles que se produzcan en el entorno, así como para el apoyo a los proyectos ligados a la captura y almacenamiento de CO₂.
Igualmente, la existencia de superficie libre y la proximidad a áreas industriales y logísticas, como la ZALIA, nos permite ser atractivos para empresas de componentes energéticos y metalmecánicos vinculadas a sectores de energías renovables, como la eólica offshore o la fotovoltaica, y de movilidad eléctrica, protagonistas de la transición energética.
La existencia de una importante base de actividades portuarias vinculadas a la logística, las energías marinas, la reparación naval, la pesca y su transformación, la acuicultura o el turismo y los deportes náuticos, por nombrar algunas, nos sitúan en las mejores condiciones como actores de la economía azul.

La colaboración público-privada es una pieza clave de la estrategia del Puerto de Gijón para ejecutar con éxito su agenda de inversión 2025–2028 y posicionarse como nodo logístico-industrial y energético de referencia. No se trata solo de cómo actúa la Autoridad Portuaria de Gijón, sino de cómo articula un ecosistema colaborativo entre todos los agentes -empresas concesionarias, operadores logísticos, transportistas, administraciones y centros tecnológicos- para acelerar proyectos, atraer inversión y modernizar el puerto.
En la nueva estructura de la organización se ha creado el departamento de Comunidad Portuaria que va a actuar como núcleo operativo de la gobernanza del puerto: un espacio donde confluyen intereses logísticos, industriales, tecnológicos y medioambientales; y en este contexto, la Autoridad Portuaria actúa como facilitadora: coordina, media, agiliza y digitaliza los procesos que permiten que las inversiones fluyan con rapidez y seguridad jurídica. Se están constituyendo, en ese marco, grupos de trabajo temáticos en materias tales como digitalización, sostenibilidad medioambiental, seguridad, emergencias o formación, que canalizan propuestas concretas y revisan procedimientos y normativas.
También se va a impulsar una Oficina de Proyectos Estratégicos para evaluar, asesorar y facilitar la tramitación de los proyectos de inversión que se desarrollen en terrenos del dominio público portuario.
La visión del puerto hacia 2030 se puede sintetizar en tener un puerto competitivo, seguro, limpio y abierto. Esto nos obliga a mantener el liderazgo logístico, tanto marítimo como ferroviario; impulsar la movilidad sostenible y la protección del medio ambiente; apostar por la innovación tecnológica o abrir el puerto hacia la ciudad, con especial atención a su zona oeste verde.
Se trabaja con la ambición de que el Puerto de Gijón tenga un papel clave en el desarrollo económico e industrial de la región y sea en un nodo logístico-industrial multimodal referente del Arco Atlántico, integrado con el territorio y capaz de ofrecer empleo y servicios avanzados, sostenibles y digitalizados.
El plan de inversiones del Puerto de Gijón y sus planes de empresa anuales recogen estos objetivos. En 2025 la Autoridad Portuaria de Gijón está desplegando el plan de contratación aprobado por importe de 17 millones de €, de los cuales 4 millones se destinan a transformación digital; 8 millones modernización de infraestructuras y competitividad; 3,2 millones a sostenibilidad ambiental y transición energética. Entre los proyectos previstos para 2026 destacan la renovación de vías de ferrocarril, con 4,9 millones de euros; el edificio para las instalaciones fronterizas de control de mercancías, en el que se prevé una inversión de 5,3 millones, o el acondicionamiento del Faro Peñas, con una inversión de 600.000 euros. En 2026 se va a elaborar también el proyecto de implantación de servicios de electrificación de los muelles (OPS), con una inversión prevista de 8,2 millones.