Especial Fondos NGEU
Tras un complicado 2020 marcado por la pandemia, en el que se ha producido una histórica caída del 11% del PIB y las cifras de desempleo alcanzaron el 16,1%, buena parte de las esperanzas acerca de una rápida y sólida recuperación de nuestra economía están depositadas en la llegada de los nuevos Fondos Europeos. Pero, ¿cuál es el objetivo de estas ayudas? ¿A quién van destinadas? ¿Qué requisitos hay que cumplir para acceder a ellas? Víctor Cruz, Director de Estrategia de FI Group y Presidente de AFIDI, despeja todas las incógnitas en la siguiente entrevista.
La actual crisis de la COVID-19 ha hecho que afloren muchas de las debilidades de las economías de los países integrantes de la UE. En este sentido, el foco de estas ayudas está puesto en dos aspectos fundamentales: por un lado, la recuperación de la economía, tomando medidas que mitiguen el impacto social y económico de la crisis. Por otro lado, las reformas e inversiones deben ser sostenibles y favorables al crecimiento, poniendo solución a las debilidades estructurales de las economías de los Estados. Esto es, una reconversión o reformulación de los modelos productivos, que permitan una mayor competitividad.
Lo que no podemos dudar, es que se trata de una oportunidad sin precedentes para transformar la economía y las empresas españolas. Debemos estar a la altura, y trabajar todos para que así sea.
Cualquier organización puede optar a este tipo de ayudas, eso sí, siempre y cuando los planes estratégicos estén enfocados a la tipología de actuaciones que marca Europa, y que España recoge en su plan de Recuperación y Resiliencia, ‘España Puede’. Los proyectos, de manera muy resumida, deben responder a alguna de las 10 políticas palanca, contribuir a alguno de los cuatro ámbitos considerados ejes transversales de la transformación de la economía española.
En España, aproximadamente el 46,2% de las empresas son pequeñas o medianas, y el 53,6% profesionales autónomos. Cerca del 99% del tejido empresarial español está constituido por pymes. En este sentido, las pymes son uno de los motores de la economía de nuestro país. Sin embargo, la carencia de recursos puede ser limitante para desarrollarse y crecer. Es por ello, que la colaboración es fundamental, sobre todo entre grandes corporaciones y pymes.
Las grandes corporaciones son capaces de traccionar iniciativas disruptivas que supongan una reformulación del modelo productivo nacional, a largo plazo, y es aquí donde la cooperación entre grandes y pequeñas es fundamental.
Esta situación se ha tenido en cuenta desde nuestra Administración, y de hecho, a modo de ejemplo, la Manifestación de Interés promovida por Industria, implicaba que, además de tratarse de proyectos tractores y cooperativos, se instaba a que del conjunto de empresas o entidades interesadas en realizar el proyecto, al menos el 40% deberían ser PYMES.
Los proyectos deben potenciar la competitividad de la economía española a nivel internacional, crear empleo estable y de calidad, fomentar la creación de ecosistemas participativos entre empresa, administración pública, universidades y sociedad, ser viables y tener un presupuesto justificado, tener unas metas y objetivos, así como hitos e impactos bien definidos.
Efectivamente, la inversión en I+D+i en España se encuentra en una posición retrasada comparativamente a otros países en el ámbito internacional. El esfuerzo innovador de nuestro país se sitúa más de un 40% por debajo de la media de la UE, siendo la aportación empresarial muy mejorable.
¿Dónde está el problema? En muchos casos no se trata tanto de buscar culpables de que no se invierta lo suficiente en España: puede ser el sector público, por no aportar suficiente financiación o por no ejecutar las políticas de fomento de la inversión; también puede ser el sector privado, que es el que verdaderamente debe invertir.
No obstante, asegurar que en España no se hace innovación es una de las peores mentiras que se pueden decir. Tenemos un tejido innovador potente, con grandes iniciativas y proyectos, pero es preciso fomentar la cultura de la innovación no como un fin en sí, sino como un medio para mejorar la competitividad y asegurar el estado de bienestar a largo plazo. En este contexto, sí que estamos preparados para aprovechar las ayudas, pero es preciso reenfocar la innovación de manera diferente.
Las principales inquietudes vienen dadas por dos aspectos claramente definidos:
Desde FI Group, creemos que la recuperación del empleo y la economía en España pasa por la recuperación de los diferentes sectores que hoy atraviesan la mayor y más larga crisis de su historia. En este sentido, a día de hoy hemos trabajado conjuntamente con asociaciones sectoriales, comunidades autónomas y nuestros clientes, habiendo traccionado más de 30 MDI con una inversión aproximada de 80.000 M€ en total.
Está claro que tener una buena idea no lo es todo, pero es el mejor principio. Conseguir la mejor vía de financiación para los proyectos es fundamental. Vemos en algunos casos empresas que optan por un planteamiento de financiación que no es el idóneo para llevar a cabo sus proyectos, y que acaban muriendo de éxito. Actualmente el marco de posibilidades de financiación es muy amplio (deducciones fiscales, bonificaciones, ayudas, fondos de inversión, crowdfunding, licitaciones públicas, compra pública innovadora…). Realizar un buen análisis previo es fundamental, así como el seguimiento durante toda la vida del proyecto.