Pasamos mucho tiempo tratando de averiguar qué hace que los equipos funcionen y cómo mejorar su efectividad, pero ¿con qué frecuencia nos paramos a pensar por qué y en qué momento debemos desplegar equipos de trabajo? La esencia de los equipos de trabajo eficaces consiste en crear un producto a través de un esfuerzo colectivo que supere la calidad del esfuerzo individual.
Sabemos que los equipos son cada vez más importantes. En 2016, un artículo de Deloitte University Press señalaba: «La capacidad para construir, desplegar, disolver y reformar equipos con agilidad es una habilidad crítica en las organizaciones actuales».
Entonces, ¿qué ventajas tienen los equipos sobre las personas a nivel individual? ¿Y cómo capitalizamos las ventajas del trabajo en equipo al mismo tiempo que sorteamos las dificultades que conlleva?
Una persona no puede hacer todo con excelencia. En los equipos, las personas pueden compartir sus fortalezas a través de sus roles complementarios para producir resultados significativos. La colaboración derivada de las interacciones que se generan en los equipos, aporta mucho más que la suma de sus partes. Cualquier equipo necesita una composición de Roles de Equipo que refleje su propósito y objetivos, de lo contrario puede darse el caso de que “el equipo no sepa lo que no sabe”
En los equipos, las personas pueden compartir sus fortalezas a través de sus roles complementarios para producir resultados significativos.
De la mano de la diversidad, trabajar en equipo beneficia a las personas ya que, en el mismo, están expuestas a los diferentes enfoques, experiencias, perspectivas y habilidades de los integrantes de su equipo.
Además de nuestros Roles de Equipo «naturales» o preferidos, todas las personas contamos con Roles de Equipo capaces de asumir, comportamientos que podemos adoptar de vez en cuando y que se pueden desarrollar para añadir nuevas competencias a nuestro repertorio de habilidades. Ver a otras personas en acción desempeñando estos roles es una excelente manera de aprender.
A medida que aumenta la complejidad, las tareas pueden superar la capacidad que tienen las personas para resolverlas. Según Ernst & Young en un estudio realizado en 2013: «Casi 9 de cada 10 empresas encuestadas para este informe están de acuerdo en que los problemas a los que se enfrentan en la actualidad son tan complejos que los equipos son esenciales para proporcionar soluciones efectivas».
Los miembros de los equipos pueden ir y venir. Pueden ofrecer sus habilidades, experiencia y las contribuciones asociadas a sus Roles de Equipo en la fase en la que son más necesarios para saltar a otro equipo o proyecto en un momento determinado. Las aportaciones individuales se pueden coordinar de manera efectiva para, al mismo tiempo, ayudar a las personas a trabajar de manera más efectiva, ahorrar tiempo y evitar frustraciones.
Cuando los equipos trabajan de manera óptima y la carga de trabajo se comparte de la manera adecuada, el progreso es más rápido que el esfuerzo individual asociado.
Un equipo fuerte puede ser un microcosmos de la organización, un equipo que abraza sus valores y trabaja en pos de un propósito compartido y un objetivo común. Los trabajadores pueden llegar a convertirse en los mejores embajadores de la marca.
Cuando un equipo trabaja en armonía y con una perspectiva amplia, el sentido de pertenencia y el compromiso con el equipo también puede hacerse extensivo a la organización, proporcionando a los trabajadores mayor sentido de lealtad hacia su organización.
Los equipos son el lado humano del trabajo. Para ser un miembro eficaz de un equipo, debes escuchar a los demás y mostrar sensibilidad hacia sus sentimientos y necesidades. El Proyecto Aristóteles de Google, investigación sobre equipos efectivos, mostró que la empatía y los turnos de conversación llevaban a la seguridad psicológica, el mejor indicador del éxito.
La cuestión es: si los equipos son tan importantes, ¿por qué tenemos tantos problemas a la hora de trabajar en equipo?
En 2016, la revista Harvard Business Review (HBR) publicó un artículo sobre la «sobrecarga colaborativa»: la excesiva dependencia de los equipos y la colaboración. Según sus datos, el tiempo dedicado por mánagers y empleados a actividades colaborativas había aumentado en un 50% o más en las últimas dos décadas, pero con frecuencia no en beneficio de las personas o sus organizaciones.
Demandados, pero desconectados. La HBR descubrió que quienes eran más demandados como colaboradores en sus empresas tenían las puntuaciones más bajas en compromiso y satisfacción profesional, a pesar de que sus compañeros los identificaban como contribuyentes valiosos y expertos. Esto se debía a que estaban frustrados por dedicar mucho tiempo a solicitudes ad hoc y deseaban recibir más formación, coaching y mentoring. Cuando se conseguían entornos colaborativos más efectivos, los niveles de compromiso aumentaban.
Quienes eran más demandados como colaboradores en sus empresas tenían las puntuaciones más bajas en compromiso y satisfacción profesional
Las personas tienen un rendimiento inferior porque están saturadas. Es responsabilidad del mánager asegurar que el trabajo se distribuye de manera efectiva, y que no se carga sobre los pocos que muestran mejor disposición. Permitir que las personas más cooperativas se conviertan en un cuello de botella es un perjuicio para todas las personas involucradas, desde el individuo hasta el equipo – ¿incluso el cliente?
¿Cuáles son las claves para construir un equipo eficaz y cómo aprovechamos los beneficios del trabajo en equipo?
La revista Harvard Business Review nos da una serie de recomendaciones.
¿La tarea se realizará de manera más efectiva por una única persona o por una pareja laboral que se complementa bien?
Los equipos no deberían ser amalgamas de personas sin identidad ni propósito común. Es importante que el tamaño de los equipos sea pequeño para evitar la desconexión, el pensamiento grupal y las reuniones largas e improductivas. Cuatro es un número ideal.
La estructura, propósito y objetivos de los equipos tienen que tener una intención clara para que sean verdaderamente efectivos.
La clave es distribuir las tareas de manera efectiva y esto significa identificar lo que cada persona puede ofrecer y asegurarse de que utilizan sus fortalezas. Pero hay más…
Gracias a las diversas fortalezas que aportan, los equipos tienen potencial para superar a las personas que los integran, sin embargo a menudo no son capaces de capitalizar dicho potencial.
Encontrar formas de informar a los miembros de un equipo sobre cómo su comportamiento afectó positivamente a otros en el pasado, puede compensar las preocupaciones relativas a la aceptación social que conlleva exponer la identidad y perspectivas propias, y únicas, a los demás.
No solo hay que distribuir las tareas de manera efectiva y esto significa identificar lo que cada persona puede ofrecer y asegurarse de que utilizan sus fortalezas
Hacer que las personas tomen conciencia de sus propias fortalezas genera una comunicación mejor entre los miembros de un equipo y, por lo tanto, incrementa los niveles de desempeño.
Para crear un clima de equipo realmente positivo se requiere reflexión sobre lo que ha funcionado bien y sobre cómo se han utilizado los comportamientos de sus integrantes para beneficiar al equipo. Esta retroalimentación positiva se transmite al siguiente equipo al que se incorpore cada miembro, lo que hace que esa persona sea un colaborador más efectivo y comprometido