Para hacer frente a la distintas situaciones por las que atraviesa una empresa, más en tiempos de cambio como los que estamos viviendo; para lograr que las organizaciones superen los numerosos obstáculos que deben salvar; para que puedan seguir siendo competitivas y eficientes ante la adversidad… hoy, más que nunca, se requiere de personas con altos niveles de compromiso e implicación. Pero, ¿qué significa el compromiso y en qué beneficios se traduce para las organizaciones? ¿Y para los trabajadores?
Comencemos por el principio. Compromiso es la capacidad de alinearse y adherirse, voluntariamente, con los objetivos de la empresa. Es un contrato afectivo no escrito que actúa a modo de vínculo entre una persona y la propia compañía en forma de actitud positiva que beneficia a ambas partes.
El equilibrio entre lo personal y lo laboral, el disfrute del tiempo de trabajo, el desarrollo profesional y los beneficios, entre otros intangibles, son factores indispensables
El hecho de que las personas que componen una organización estén motivadas es necesario, pero no suficiente. Si queremos estar entre los mejores, es imprescindible que la mayor parte de los trabajadores que componen la empresa estén implicados. ¿Y esto cómo se consigue? No es tarea fácil.
Betterfly y la agencia de estudios de mercado Criteria han elaborado recientemente el estudio ‘Betterwork, primera radiografía del compromiso organizacional’, con el objetivo de dar a conocer de qué manera viven hoy las personas la relación con su trabajo y el impacto directo que eso tiene en el compromiso. Como señala el informe, “el equilibrio entre lo personal y lo laboral, el disfrute del tiempo de trabajo, el desarrollo profesional y los beneficios, entre otros intangibles, son elementos indispensables que, precisamente, comenzaron a ganar terreno tras la pandemia como factores de atracción y fidelización, más allá de la compensación monetaria.
“El compromiso en España es, en general, bastante elevado. Se encuentra en 74 puntos sobre 100, y aunque varía entre generaciones y ligeramente en función del tamaño de la empresa (hemos encontrado mejores resultados en las empresas de más de 1.000 empleados que en las de menos de 300), los datos también apuntan a que la modalidad de trabajo presencial consigue más compromiso que la remota o la híbrida”. Así lo afirma Guillermo Sánchez, Senior VP Europe en Betterfly, quien asegura que en comparación con el resto de los países de Latam, “las cifras son bastante similares, aunque el compromiso aumenta ligeramente en los países de Sudamérica”.
Pero el compromiso no es cosa de uno. Históricamente, los empresarios han querido contar con personas motivadas y comprometidas, pero no siempre han sido conscientes de que es un ‘baile de dos’: empresa y trabajadores. Compromiso sí, pero, ¿a cambio de qué?
Solo un 15% de las personas considera que los beneficios se ajustan a sus necesidades
Como destaca Carmen Arroyal, Head of Employee Experience en Santalucía, es fundamental atender también a la parte emocional, es decir, a “cómo la experiencia de los empleados impacta en la experiencia de los clientes finales, por lo que la propuesta de valor que ofrezcas al empleado es muy importante en este sentido”.
De ahí que, teniendo en cuenta además la enorme diversidad propia de la actual realidad de las organizaciones, la necesidad de personalizar los beneficios y la propia experiencia de los empleados sea, como afirman desde Betterfly, “un reto más que importante”.
El estudio refleja los resultados de una encuesta realizada a mujeres y hombres de entre 18 y 65 años de empresas españolas de más de 100 trabajadores, así como de empleados de otros países de LATAM.
En definitiva, existen multitud de formas de aumentar el compromiso de las personas en las organizaciones. La clave es, como recalca Sánchez, que se adapten a la empresa y a las necesidades de las personas.