Ejercer la influencia para el bien común es una tendencia naciente que irá asentándose en paralelo a la capacidad de los ciudadanos para presionar a las organizaciones públicas y privadas para que formen parte activa de la construcción social del Estado.
Hoy en día, gracias a una sociedad civil empoderada por el desarrollo tecnológico y una mayor participación en la vida pública, los ciudadanos están demandando a las compañías que pasen a la acción.
Así, el “Lobbying for good” es una vertiente del Activismo Corporativo centrado en generar políticas públicas sostenibles. Es una nueva dimensión de la gestión de la influencia que tiene todos los ingredientes para convertirse en un área relevante para la reputación de las compañías en los próximos años.
El siguiente artículo elaborado por Desarrollando Ideas, el Centro de Liderazgo a través del Conocimiento de LLORENTE & CUENCA, demuestra cómo, por medio de un análisis sobre Activismo Corporativo, articular políticas públicas que impactan, importan y preocupan a todos está dejando de ser de dominio exclusivo del sistema de partidos políticos con representación parlamentaria y que otros muchos agentes, como las empresas, quieren tener voz propia.