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En el mundo de las finanzas, existen diversas herramientas que las empresas pueden utilizar para gestionar su flujo de efectivo y asegurar su estabilidad financiera. Una de estas herramientas es el factoring financiero. En este artículo, explicaremos qué es el factoring financiero, para qué sirve, cómo funciona, los tipos que existen y, además, aclararemos la diferencia entre el factoring y el confirming.
El factoring financiero es una estrategia que las empresas utilizan para mejorar su liquidez y gestionar de manera más eficaz sus cuentas por cobrar. En esencia, el factoring implica la venta de facturas pendientes de pago a una entidad financiera o a una empresa de factoring. A cambio, la empresa recibe un adelanto de efectivo por el valor de esas facturas, lo que le permite disponer de fondos de inmediato en lugar de esperar a que sus clientes paguen en el plazo establecido.
Este proceso es especialmente útil para las empresas que enfrentan dificultades para cobrar sus cuentas pendientes a tiempo, lo que puede afectar su flujo de efectivo y su capacidad para cubrir gastos operativos y financieros. El factoring financiero proporciona una fuente de financiamiento rápido y flexible sin incurrir en deudas adicionales.
La empresa cobra de manera anticipada la factura que le debe su deudor perdiendo un porcentaje del importe original a favor de la entidad financiera o banco que asume el riesgo de impago
Si no estás familiarizado con el mundo financiero, es posible que te preguntes qué es el factoring financiero y que el término resuene en tu cerebro como un sonido ininteligible. Sin embargo, desde finales de la década de los 80 se ha ido colándose poco a poco en la vida de los empresarios como una eficiente ayuda a su negocio.
Tanta relevancia ha ido ganando el factoring que, en 1988, se creó la Asociación Española de Factoring. Según esta organización que actualmente cuenta con 19 miembros –tanto entidades de crédito, como otras entidades mercantiles–, el factoring es “un instrumento de financiación a corto plazo, destinado a todo tipo de empresas, que paralelamente al servicio de carácter financiero desarrolla otros de gestión, administración y garantía por la insolvencia de los deudores de los créditos cedidos”.
El funcionamiento básico del factoring implica los siguientes pasos:
Existen varios tipos de factoring, cada uno adaptado a las necesidades específicas de las empresas. Los tipos más comunes incluyen:
El factoring financiero ofrece varias ventajas para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que pueden enfrentar desafíos de liquidez. Aquí están algunas de las principales ventajas:
Toda operación de factoring tiene un coste financiero importante porque los bancos o entidades financieras que asumen el riesgo cargan una comisión por cada una de las operaciones. Esta comisión puede llegar a suponer hasta el 3% del crédito cedido.
Veamos ejemplos prácticos para poder entender mejor el concepto.
Laura es la fundadora de una startup que se especializa en el desarrollo de software a medida. Recientemente, una corporación multinacional ha contratado a su empresa para desarrollar un sistema de gestión empresarial personalizado, comprometiéndose a pagar 20,000 euros por el proyecto, con un plazo de pago de 120 días tras la entrega. Aunque la entrega se ha realizado con éxito, Laura necesita el pago de forma inmediata para invertir en un nuevo proyecto de inteligencia artificial que requiere contratación de personal adicional y compra de equipamiento especializado.
En esta situación, Laura puede optar por el factoring con notificación:
Si Laura acuerda un contrato de factoring con su entidad financiera, esta le adelantaría el importe de la factura, pero no la totalidad del monto debido al riesgo que asume la entidad. Suponiendo que el banco aplique una comisión del 4% por el servicio, el cálculo sería el siguiente:
20,000 x 4% = 800 euros de comisión.
20,000 – 800 = 19,200 euros serían abonados a la cuenta de Innovatech.
De este modo, Laura no recibe el total de los 20,000 euros, pero obtiene 19,200 euros de forma inmediata para financiar su nuevo proyecto. Posteriormente, cuando se cumpla el plazo de 120 días, la corporación multinacional pagará los 20,000 euros completos al banco. Así, el banco obtiene una ganancia de 800 euros, mientras que Laura consigue la liquidez necesaria sin tener que esperar los cuatro meses estipulados.
Antonio es un empresario que desarrolla su actividad de negocio a través de una compañía de refrescos. El Restaurante La Flor compra a Antonio varias cajas de refrescos por importe de 5.000 euros que le paga en facturas a 90 días, pero Antonio necesita cobrarlas antes de ese plazo para poder seguir haciendo frente a los gastos derivados de su trabajo.
En este caso, Antonio podría recurrir al factoring con notificación para solucionar su situación:
Así las cosas, si Antonio firma un acuerdo de factoring con su banco de confianza, el banco le pagaría el importe de la factura emitida al ‘deudor’ –en nuestro ejemplo, los 5.000 euros que le debe el Restaurante La Flor–. Pero el banco no ingresaría a Antonio la totalidad de los 5.000 euros: puesto que se entiende que la entidad financiera asume un importante riesgo de impago, le descontará un porcentaje previamente estipulado –imaginemos que, en nuestro caso, es del 3%–.
Con estas cifras, el banco ingresará a la cuenta de Antonio un total de 4.850 euros.
Antonio no ingresa la totalidad de la factura adeudada por el Restaurante La Flor, pero se asegura disponer de liquidez para seguir haciendo frente a los pagos derivados de su actividad.
Después, cuando pasen los 90 días estipulados para el cobro de la factura, el restaurante pagará la totalidad de los 5.000 euros al banco –ya que se trataba de un caso de factoring con notificación–. El banco habrá ganado 150 euros, pero Antonio habrá conseguido liquidez sin tener que esperar 3 meses al cobro de la factura.
María tiene un negocio de jardinería y floristería. Para la celebración de una importante fiesta, el Hotel Embajador le compra 100 centros de flores por un valor de 10.000 euros que deberá abonarle en un plazo máximo de 60 días. Durante ese periodo de tiempo, María recibe otros encargos y no dispone de liquidez suficiente para poder comprar la materia prima necesaria, así que recurre a un servicio de factoring sin notificación con el que conseguir dinero de manera anticipada.
En este ejemplo:
La caja de ahorros pagaría el importe de la factura emitida al ‘deudor’ –en nuestro ejemplo, los 10.000 euros que le debe el Hotel Embajador–, pero no le ingresaría la totalidad a María: puesto que se entiende que la caja asume un importante riesgo de impago, le descontará un porcentaje previamente estipulado –en este caso, imaginemos que es del 2,3%–.
Con estas cifras, la caja de ahorros ingresará a la cuenta de María un total de 9.770 euros.
De esta manera, María no recibe en cuenta la totalidad de la factura adeudada por el Hotel Embajador, pero se asegura disponer de liquidez para comprar la materia prima que necesita para preparar otros encargos.
Tras los 60 días estipulados para el cobro de la factura, el hotel pagará la totalidad de los 10.000 euros a María –puesto que se firmó un factoring sin notificación–, que deberá remitirlos íntegramente a la caja de ahorros. La caja habrá ganado 230 euros, pero María dispondrá de líquido sin tener que esperar 2 meses al cobro de la factura.
Es importante destacar conocer las diferencias entre Factoring y Confirming para evitar confusiones. Mientras que en el factoring, la empresa cedente vende sus facturas pendientes a una entidad financiera, obteniendo financiamiento inmediato y trasladando el riesgo de impago. Sin embargo, en el confirming, la empresa cedente simplemente delega la gestión de pagos de sus facturas a una entidad financiera, que realiza los pagos en su nombre, sin comprar las facturas ni proporcionar financiamiento adicional. Mientras que el factoring está destinado a mejorar el flujo de efectivo, el confirming busca simplificar el proceso de pagos a proveedores.
El factoring financiero es una herramienta valiosa para las empresas que desean mejorar su flujo de efectivo y mantener una posición financiera sólida. Permite convertir las cuentas por cobrar en efectivo de manera rápida y eficiente. Al comprender cómo funciona el factoring y los diferentes tipos disponibles, las empresas pueden tomar decisiones informadas sobre cómo utilizar esta estrategia financiera para optimizar su gestión de cobros y su liquidez.