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Diferencias entre factoring y confirming para evitar confusiones

Aunque comparten algunas características, las diferencias entre factoring y el confirming son notables. Si bien es cierto que existe cierta relación entre ambos términos, el resultado final de estas acciones repercute de manera diferente sobre distintos actores implicados en la actividad comercial.  Ambos términos se refieren a herramientas financieras, pero uno va dirigido a empresas y otro a proveedores.

¿Qué es el factoring?

El factoring es una herramienta financiera que permite a las empresas el cobro de sus facturas de manera adelantada, evitando el riesgo de insolvencia por parte de sus proveedores a cambio de un porcentaje. En otras palabras, el factoraje –como así también se llama al factoring– concede a las compañías la posibilidad de obtener recursos líquidos a cambio de la cesión de sus derechos de cobro.

Y, ¿el confirming?

El confirming, por su parte, también es un instrumento de financiación, pero en este caso no se perciben los cobros desde el punto de vista de la empresa. En pocas palabras, si el factoring era un servicio de pago a las empresas, el confirming es un servicio de pago a los proveedores de la empresa.

El resultado final de estas acciones repercute de manera diferente sobre distintos actores implicados en la actividad comercial

El funcionamiento de esta fórmula financiera es sencillo: la empresa contrata con una entidad financiera el servicio de confirming –también llamado línea de crédito, con o sin recurso, al igual que en el caso del factoring– y encomienda a ella la gestión de sus pagos a proveedores. Veamos un ejemplo práctico para entender mejor en qué consiste.

Manuel tiene una empresa textil con múltiples facturas por pagar que no puede abonar de manera inmediata. Contratando un servicio de confirming, se asegura que la entidad financiera con quien cierre el acuerdo responderá por los pagarés pendientes que tenga, es decir, que el banco o caja de ahorros adelanta el pago de las facturas a los proveedores de Manuel –según las condiciones pactadas–.

Las principales diferencias entre factoring y confirming

Además de responder a definiciones distintas, el factoring y el confirming señalan algunas diferencias principales entre ambos. Veamos la siguiente tabla para comprenderlas.

El factoring es un servicio que se contrata para cobrar pagarés; mientras que el confirming es un servicio que se contrata para pagar deudas a proveedores. Resumiendo la tabla anterior en otros términos, podría decirse que:

  • El factoring se acuerda con el objetivo de lograr liquidez para la empresa; mientras que el confirming busca como meta que sean los proveedores los que obtengan recursos líquidos.
  • En el factoring es el cliente el que decide anticipar la factura. En el confirming también es la propia empresa la que decide favorecer a sus proveedores permitiéndoles la posibilidad de cobrar de forma anticipada sus facturas.
  • Además, con el confirming se asegura el cobro de las facturas emitidas por los deudores y se mejora con ellos la capacidad de negociación –es más fácil llegar a acuerdos con los proveedores porque tienen garantizado el pago–.

Las ventajas del factoring vs las ventajas del confirming

Las necesidades que llevan a una empresa a redactar un contrato de factoring desembocan en una serie de ventajas para el cliente. Entre ellas aparece la eliminación del riesgo de que la empresa refleje balances con falta de liquidez inmediata –ya que la entidad financiera a la que se haya solicitado el servicio de factoring habrá adelantado el líquido necesario–.

Por otra parte, también mejora la gestión financiera y comercial del cliente, a la vez que facilita el crecimiento y desarrollo de la empresa si, por ejemplo, se le presenta una oportunidad de negocio y gracias al factoring dispone de liquidez para asumirla.

En lo que al confirming se refiere, también hay un buen número de ventajas que lo posicionan como una herramienta financiera muy útil para las empresas. El confirming no solo ayudará a que los proveedores cobren de forma anticipada sus facturas, sino que también colaborará en otros aspectos intangibles como, por ejemplo, la imagen de la compañía de cara a terceros: al presentarse ante los proveedores como una sociedad solvente que paga incluso antes de lo establecido, los proveedores tendrán en buena consideración a esta empresa.

Este hecho deriva de manera directa sobre la capacidad de negociación que adquiere la empresa con el proveedor, otra consecuencia positiva del confirming. En otras palabras, si el proveedor percibe que su relación con la empresa es siempre cumplidora con los acuerdos pactados, será mucho más sencillo para el cliente llevar a cabo contratos ventajosos para él –como descuentos, mejoras en el servicio, adelantos a la hora de la entrega, etc.–.

Otra diferencia principal entre el factoring y el confirming es que, si bien en el primer caso la empresa veía lastrado su beneficio por la comisión cobrada por la entidad bancaria al haberle adelantado un pago, en el confirming no hay gasto alguno para ella –ni en concepto de concesión de la línea de crédito ni en concepto de gestión de remesas–. Por el contrario, sí hay ‘penalización’ para los proveedores que decidan anticipar el cobro de sus facturas, ya que lo harán siguiendo las condiciones estipuladas en todo anticipo de facturas –en función del riesgo del deudor y del plazo de vencimiento de la factura–.

Contratando un servicio de confirming, se asegura que la entidad financiera con quien cierre el acuerdo responderá por los pagarés pendientes que tenga

Entre las ventajas del confirming también destaca la posibilidad de reducción del pasivo en el balance, por lo que los proveedores tendrían más capacidad de endeudamiento para realizar futuras inversiones o cubrir imprevistos. El anticipo de facturas sin recurso merma la cuenta de clientes del balance y no supone un incremento de deuda, por lo que puede usarse el endeudamiento para invertir en activos productivos.

Los inconvenientes del factoring vs los inconvenientes del confirming

En la parte negativa del factoring encontramos, por ejemplo, que es un sistema de financiación que resulta muy costoso cuando las facturas por cobrar son numerosas y pequeñas en su cuantía. Además, también es difícil de implementar cuando la empresa que solicita la firma del contrato se encuentra en dificultades económicas que el factor no está dispuesto a asumir.

El confirming, por su parte, implica como desventaja que la empresa pierde la iniciativa a la hora de efectuar sus pagos –ya que los abonos los realiza la entidad bancaria con la que ha contratado el servicio–. Conviene tener en cuenta que esta herramienta financiera supone la obligación para el proveedor de trabajar con un tercero –el banco o caja de ahorros con el que el cliente ha firmado el confirming– y, en algunos casos, este tercer actor puede imponer algunas obligaciones al proveedor como la apertura de cuentas en esa entidad.

Desde el punto de vista del banco, el confirming también supone una serie de riesgos –sobre todo si es sin recurso, es decir, si ante el impago de la empresa la entidad asume la posible insolvencia–. Al asumir todas las facturas de los proveedores de un mismo cliente, este peligro se multiplica, por lo que suele restringirlo estableciendo algunos límites en los contratos.

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