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Formación para empresas, un mercado que crece al 5%

Contabilidad y finanzas, normas ISO, calidad y gestión de recursos, dirección y gestión, logística y comercial. Estas son las áreas de formación más demandadas en 2015 según un estudio de la Fundación para el Análisis Estratégico de Desarrollo de la Pyme. La empresa española ha asumido que el reciclaje en competencias de sus plantillas es imperativo si quiere mejorar y competir, lo que ha contribuido a generar un mercado de 1.750 millones de euros en formación a la empresa en el pasado ejercicio.

La recuperación económica y el aumento de la inversión empresarial animaron el mercado de la formación para empresas, según el Observatorio Sectorial DBK de la empresa Informa. Esta actividad movió unas ventas de unos 1.750 millones de euros en 2015, lo que representó una subida del 4,5% con respecto al año anterior.

Según los expertos de Informa, las perspectivas de crecimiento hasta 2017 son positivas, en torno al 5% anual. De este modo, para el próximo ejercicio sus ventas podrían alcanzar los 1.925 millones de euros.

Un sector en manos de pequeñas empresas

Son las consultoras y las empresas de formación especializadas las que acaparan una mayor cuota de mercado en este sector de actividad. De hecho, el 90% de su valor, unos 1.595 millones, está en manos de estas empresas si bien su crecimiento fue ligeramente inferior al de la media del mercado, del 4,2%.

También se trata del tipo de empresas más numeroso en el sector, el 96% de su conjunto. Se trata de consultoras y pequeñas empresas de formación especializada con implantación mayoritariamente local y que compiten con el restante 4%, en este caso escuelas de negocios y universidades.

Por su parte, las ventas de estas últimas representaron el 9% del total, aportando unos ingresos al sector de 155 millones de euros y un aumento de negocio con respecto a 2014 del 6,9%. Una tendencia que los autores de este análisis consideran en alza, ya que universidades y escuelas de negocios muestran un claro interés por potenciar su oferta educativa para empresas.

En cualquier caso, se trata de un mercado enormemente fragmentado, unas 2.600 empresas en total, si bien el estudio de Informa constata una creciente concentración del negocio: «Los cinco primeros operadores reunieron en el año pasado el 5,6% del valor total del mercado, mientras los diez primeros concentraron el 8%, un punto por encima de la participación registrada en 2014».

La enseñanza no presencial gana terreno

La formación presencial sigue siendo la modalidad dominante cuando el trabajador abre el libro de estudio. El 53% de la oferta total se imparte en la clásica aula, si bien en 2015 continuó cediendo terreno frente a otras propuestas, en especial a distancia. En este grupo, es la formación no presencial la que va ganando más terreno en los últimos años, y ya representa el 33% del sector. El 14% restante se corresponde con modelos semipresenciales, un formato que también avanza.

Siete de cada diez pymes se forman 

La pyme es una parte importante en la demanda de este sector. Recuperando el citado Informe Pyme 2015, de la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pyme, defiende que casi siete de cada diez de estas empresas invierten en la capacitación de su capital humano, en la parte negativa ese 32,8% que aún se mantiene al margen de los beneficios de capacitar a sus empleados. En estos datos hay que tener en cuenta además que el sistema de formación bonificada permite acceder a determinados programas sin un desembolso adicional por parte de las empresas, siendo esta la opción más habitual.

Pese a esta ventaja, los programas de formación de la pyme solo incluyen al 42,6% de las plantillas, que se forman una media de 5,34 horas por empleado/año. Quedando claro que hay un margen de mejora, donde sí reconoce el informe una buena práctica de los empresarios pyme es en la detección de necesidades formativas, ya que una mayoría de ellos realiza un análisis previo para determinar las áreas en las que los equipos precisan mejora de competencias. Un punto en el que se destaca que son las empresas de mayor tamaño, las no familiares y las que cuentan con un gerente con estudios universitarios las que realizan un análisis más sistemático y planifican mejor sus acciones de formación.

¿Qué motiva a la pyme? 

El informe sostiene que la pyme se forma sobre todo por alicientes exógenos. Cumplimiento de una nueva normativa legal, presión de la competencia o de las organizaciones sindicales (un factor más determinante en las empresas de mayor tamaño) son algunas de las principales razones por la que envían a sus empleados al aula. Quizá esta sea la razón por la que sus decisiones no incluyen áreas de conocimiento más centradas en el desarrollo de innovación, gestión del conocimiento, recursos humanos o idiomas. Unas áreas que los expertos relacionan más con posicionamiento de crecimiento empresarial que de sostenibilidad o defensa de posiciones empresariales ya conseguidas, y un tipo de competencias en donde pocas pymes se forman.

Es aquí donde la pequeña y mediana empresa muestra una gran diferencia de sus políticas formativas con respecto a la gran empresa. Las organizaciones empresariales de mayor tamaño valoran la formación de sus plantillas como un factor diferencial de crecimiento, promoviendo la adquisición de nuevas competencias enfocadas a la innovación de producto o de los procesos productivos y de gestión. Una asimilación de la formación con eficiencia empresarial donde quizá la pyme tiene aún un importante camino por recorrer.

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