Sí, existen estructuras organizativas diseñadas para que la innovación surja de manera natural, así como culturas corporativas que la incentivan y la recompensan. Pero más allá de los procesos y la cultura, el verdadero motor de la transformación reside en los liderazgos y estilos de gestión que no solo reaccionan ante la velocidad del cambio, sino que lo generan activamente. Es aquí donde entran en juego los líderes innovadores.
El papel del management y los enfoques de gestión empresarial resulta clave en este contexto. No es casualidad que expertos de renombre, como Richard Straub, fundador y presidente del Global Peter Drucker Forum y del Vienna Center for Management Innovation, señalen que “la disciplina de la gestión tiende, por naturaleza, a priorizar la ‘explotación’ sobre la ‘exploración’”, reflejando así la necesidad de un liderazgo que impulse la experimentación y la búsqueda de nuevas oportunidades.
En un mundo en constante transformación, la innovación se ha convertido en un factor clave para el éxito empresarial. Los líderes innovadores no solo impulsan el cambio, sino que lo anticipan y lo convierten en oportunidades estratégicas. Su capacidad para adaptarse, fomentar la creatividad y guiar a sus equipos hacia soluciones disruptivas los distingue en entornos altamente competitivos. Pero, ¿qué características los definen?
Desde ICA2 insisten en que “la innovación es emoción, pero también es método y acción”, y por tanto, para cultivar dicha innovación “es necesario crear un entorno organizativo propicio que coordine elementos estratégicos y operativos”.
Al final, de lo que se trata es de encontrar o propiciar lo que los expertos denominan los ‘espacios liminales’, lugares inexplorados que surgen al derribar barreras y silos por la confluencia de diferentes áreas de conocimiento. Son esos lugares donde lo que va a ser todavía no es, pero definitivamente ya no es lo que era. Son el sustrato donde germina la creatividad y donde aflora el talento. La antesala donde se cocina la innovación: la misma que, tarde o temprano, acabará por influir en la estrategia de la compañía.