Actualmente vivimos en la cuarta revolución industrial o Industria 4.0, visión que surge del gobierno alemán y que consiste en la digitalización de los procesos productivos en las fábricas. Esto supone una nueva manera de trabajar gracias a losavances en sistemas de información y otros componentes electrónicos, que hacen el proceso productivo más eficiente. La Industria 4.0 no es una tecnología, es un cambio organizativo sin precedentes.
Así se ha puesto de manifiesto durante la jornada celebrada hoy en Sevilla titulada “El retorno y palancas de rentabilidad en la industria 4.0: ¿Por dónde empezamos?”, organizada por APD y patrocinada por Sisteplant.
Según un estudio del Foro Económico Mundial, un 88% de las organizaciones reconocen no entender las implicaciones de la industria 4.0 para sus modelos de negocio.
En este nuevo entorno, la tecnología y la digitalización como habilitadores del cambio abren una ventana a la gestión del conocimiento avanzado para el dominio de los procesos y con ello la aparición de nuevos modelos de negocio donde las personas siguen siendo las protagonistas para una innovación diferencial y aporte de valor basado en conocimiento.
La fábrica del futuro es el nombre con el que denominan el cambio global que necesita acometer la industria en España. Este representa una oportunidad para aumentar la flexibilidad, eficiencia y productividad de nuestras organizaciones con el objetivo de ofrecer la máxima calidad de productos cada vez más personalizados y en el menor tiempo posible.
Los consumidores han comenzado a aportar datos y a decir qué quieren. “Esa visión del sistema de información de convertir lo analógico en digital, ayuda a las empresas a anticiparse en lo que deben producir”, ha asegurado José María O’Kean, Catedrático de la Universidad de Sevilla. El consumidor ha pasado de ser una estructura ordenada al híper modernismo: “No queremos tener cosas, queremos sentirlas. Si las empresas no son capaces de abrir un mundo de sensaciones, será difícil que capten valor”, explicaba.
Los bienes físicos ahora se conectan a través de la red y mejoran la eficiencia. En esta nueva revolución de la Industria 4.0 no vale toda la información, si no la estratégica. O’Kean ha expuesto que “no vamos a trabajar tanto en la creación de valor, si no en la eficiencia. Si recibo toda el Big Data y no consigo controlarlo, no sirve de nada”. Blockchain, Cloud, Big y Small Data… sin duda, todos estos sistemas generan valor y eficiencia.
La industria 4.0 parece estar asociada al desembolso de grandes inversiones en robotización, en nuevas tecnologías de fabricación y en innovadores sistemas de información y comunicación. Nada más lejos de la realidad: la inversión más importante habrá de realizarse en el capital humano, pues la persona, su conocimiento, su inteligencia, su pasión y sus capacidades, estarán en el centro del modelo de fábrica del futuro.
Esto es lo que ha transmitido David López, Director de Proyectos de Fabricación Avanzada en Sisteplant. En opinión del experto, cada vez es más difícil dar grandes saltos de eficiencia, se necesita algo más para ser realmente competitivo y diferencial: “La fabricación avanzada es mucho más que digital. La fábrica del conocimiento es una fábrica del bien intangible y muchas veces infrautilizamos los recursos actuales”, ha recalcado López durante su intervención.
Por último, y como cierre de esta jornada dedicada a analizar el retorno y rentabilidad en la industria 4.0, ha tenido lugar una mesa redonda con representantes de ACESUR, AGRO SEVILLA, MP CORPORACIÓN y GONZÁLEZ BYASS, donde se han debatido los diferentes ejes y palancas que hay que trabajar para la transformación industrial. Fundamentos que todos los sectores, cada uno desde su estado de madurez, deben aplicar.
Todos han subrayado la importancia de aumentar la formación por parte de las propias empresas y tener un mapa definido de capacitación de la organización en este entorno digital. Se trata de desmitificar la industria 4.0, conocer lo que hay detrás y ver cómo cada empresa, independientemente del tamaño y sector, puede y debe trabajar esta trasformación de sus modelos productivos para ser sostenible y ganar en competitividad.
El encargado de clausurar la jornada ha sido Gaspar Llanes, Secretario General de Economía en la Consejería de Economía y Conocimiento. Llanes ha querido aportar una visión más humana y realista, alegando a la inconsciencia por parte de las organizaciones y sus trabajadores. “Necesitamos procesos donde se cree más valor y menos infraestructura”,señalaba. La economía es una adaptación a la realidad, por lo que hay que revalorizar los activos empresariales y facilitar inversiones: “Si tenemos pasión en los que estamos haciendo, cambiaremos las cosas. Aquellos que no apuesten por el cambio, fracasarán”, advertía Llanes.